Kassandria. La Ciudad Perdida

Cap. 67 Justicia

 

Cuando Louis le avisó a Jason que estaban por iniciar la sesión, el sujetó a su hija y la miró.

  • Llegó el momento, bebé

Cassandrea no había asistido a los juicios del día anterior ni a los de esa mañana, pero al que seguía sí debía asistir, pues tenía que declarar. Para esto fue preparada en el aspecto legal por los gemelos Morgan, porque tanto Joseph como Bill opinaron que se sentiría más cómoda con ellos, pero Jason se encargó del aspecto emocional. Sin embargo, antes de salir hizo un último ajuste y luego partieron. Ben que había estado con ella esa mañana fue con ellos y se quedó al lado de Cassandrea mientras daba inicio la sesión.

El primero en enfrentar al tribunal fue Devlin Vasey. Aunque Harry era uno de los sujetos más controlados del departamento, en cuanto vio aparecer al desdichado aquel sintió el violento deseo de hacerlo polvo, pero si bien él era capaz de disimularlo, James era otro asunto y tenía una pésima expresión, de manera Rowena y Ginny estaban librando una batalla para mantenerlo tranquilo y Albus estaba colaborando con ellas. El proceso en contra de Vasey fue conducido por Bill que hasta ahora había dejado los anteriores en manos de Dànaee y de los gemelos, pero a este infeliz no iba a soltarlo, y como cabía esperar, le dio un gran placer hacerlo polvo dejando sin ningún argumento válido o no a la defensa, con el previsible resultado de enviarlo de cabeza a Azkaban por el resto de su vida. Antes de que se lo llevasen y siendo que los miembros de la familia estaban en primera fila, y que Ginny si bien había hecho denodados esfuerzos por mantener tranquilo a su hijo, lo que no iba a hacer era dejar pasar la oportunidad, cuando los aurores lo sujetaron para sacarlo y él quedó de frente a las gradas, Ginny sonrió en forma maligna.

  • Hace años te dije que me daría un gran placer cuando mi hermano te mandara de cabeza a Azkaban  --  le dijo  -- Aunque tuve que esperar un poco, finalmente sucedió y debes sentirte agradecido, porque la otra alternativa era que mi marido  -- acentuó sujetando el brazo de Harry  --  te enviase al infierno

Fue evidente para todos que aquel infeliz estaba a punto de sufrir como mínimo una trombosis cerebral y miraba a Harry con un extraordinario odio que se hizo extensivo hacia su copia que estaba de pie al lado de Ginny, y a diferencia del padre, sonreía con satisfacción.

Una vez que Vasey fue desalojado de la sala y transcurridos unos minutos, trajeron a Evil. A las chicas no les gustó nada verlo conducido por los aurores y les gustó menos aun ver las cadenas en sus manos, pero aquel era el procedimiento y no había nada que hacer. Los aurores lo condujeron hasta su sitio y uno de ellos apunto su varita para retirar las cadenas. A continuación, quienes se asombrarían mucho serían Bill, Joseph y Dànaee al ver entrar al defensor de Evil, pues se trataba de Welan McFarlan, un mago muy hábil que había dedicado su vida a las leyes mágicas, pero aparte de que hacía mucho tiempo que casi no litigaba, cobraba groserísimas sumas por sus servicios. Por todo lo anterior, Bill y Joseph se miraron con la misma pregunta en los ojos.

  • ¿Crees que…?  --  comenzó Joseph
  • Suponiendo que Radvansky aprecie tanto a este sujeto y lo dudo, sabes bien que McFarlan no puede decírnoslo, pues si aceptó prestar sus servicios está sujeto a un contrato mágico vinculante.

No obstante, aun iban a sorprenderse mucho más, pues, aunque ellos habían planeado aceptar lo que la defensa sin duda iba esgrimir como atenuantes, lo que no esperaban, si Radvansky se había tomado las molestias de enviar a un individuo como aquel, era que declarase a su defendido culpable y que aceptase todos los cargos que se le imputaban. Con las cosas así, Joseph tenía en realidad poco qué hacer, de manera que después de una brevísima presentación de cargos, pasaron al interrogatorio de los testigos. La primera en ser llamada fue Cassandrea que expuso con claridad lo que sabía y que, más que todo, estaba basado en lo que Evil había hecho por ella mientras estuvo en Kassandria. El siguiente en ser llamado fue Altair, quien se mostró frío y conciso. A él lo siguió Ben que hizo una exposición más detallada, y mucho hincapié en la valiosa ayuda de Evil tanto cuando lo necesitaron debido a sus estados, como para el escape de Altair. Y por último pasó a declarar Harry, y aunque los chicos habían contestado las preguntas de Joseph relacionadas con las actividades que realizaba Evil para la organización, dejando a la defensa lo concerniente a la ayuda que Evil les había prestado, Harry se presentó como un testigo de la defensa y únicamente para exponer la ayuda de Evil en el escape de Altair y el rescate de los otros dos, así que Joseph declinó hacer preguntas.

La resolución del caso fue rápida y condenaron a Evil a quince años de prisión, algo que horrorizó a Ben y a las chicas, incluida Cassandrea, porque, aunque Evil nunca se había mostrado especialmente simpático con ella, la había ayudado cuando había sido necesario. Sin embargo, después que el tribunal había dado su veredicto, McFarlan se puso de pie, miró hacia las gradas y luego de nuevo al presidente.

  • Señor presidente, en vista de que el señor Kindelan ha aceptado los cargos y la condena, la defensa solicita que se le permita cumplir la misma prestando un servicio a la comunidad, es decir, dado que el señor Kindelan es un sanador, lo que estamos solicitando es que su condena se haga efectiva trabajando en el hospital

Un murmullo que iba en ascenso se esparció entre el público, pues teniendo en cuenta el papel que había desempeñado Evil en los sucesos, aquello no les parecía lo más apropiado y Albright interpretó aquel pensamiento con corrección.

  • Señor McFarlan, teniendo en cuenta que el señor Kindelan fue el artífice de los peligrosos virus que atentaron contra la salud de nuestra comunidad, creo que es un riesgo colocarlo en un lugar donde tendría fácil acceso a un laboratorio y podría incurrir en los mismos crímenes.
  • Entiendo eso, señor presidente, y es por ello que no estamos solicitando una libertad bajo palabra, sino una condena orientada a cumplir un servicio a la comunidad con el doble propósito de que, si bien ya no puede resarcir el daño causado, al menos pueda contribuir con sus conocimientos a evitar daños futuros. Pero adicional a lo anterior, este servicio sería naturalmente supervisado por algún sanador competente y capaz de prevenir cualquier posible desviación y, o por un auror que se haga responsable porque el señor Kindelan permanezca en su puesto sin causar ningún daño. 
  • ¿Señor Morgan?  --  dijo Albright y Joseph se puso de pie
  • No hay objeción, señor presidente




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.