Kecia Y El Dragón Blanco

9 El castillo de Kecia.

***

-Entonces de donde dicen que vienen?

-Mi nombre es diamon Hoffman y él es lestat.

-¿Hermanos?

-No, esposos, casados bajo la luna azul.-Dijo diamon con orgullo; la chica tenía el cabello rubio y largo con ondas, tenía ojos rasgados y azules, y su piel blanca iban muy bien con sus labios rojos, llevaba un vestido negro y bastante descarado y una diadema parecida a una corona, y en su brazo derecho, desde su codo hasta su mano, había marcas negras, parecían serpientes, era bastante atractiva; el chico tenia cejas abundantes y oscuras igual a su cabello, tenía unas botas junto a un pantalón y una capa negra, también era atractivo. Ambos tenían aspecto oscuro, la reina sakara sabía que se veían sospechosos pero aun así decidió darles una oportunidad y conocerlos, sobre todo a la chica, la observaba por todas partes.

-Eras una ramera antes de casarte o algo parecido?

Diamon rio, sin ofenderse.

-No, majestad, me gustan los vestidos así, tanto como a mi esposo.-Dijo mirándolo y él le dedico una sonrisa.

-Hace frio, no?

-Si majestad, pero soy de sangre fría, mi animal es la serpiente, hacen todo lo que les digo, soy como ellas.

-Oh, así que ¿una serpiente me está pidiendo quedarse en mi casa?

-Esta serpiente está a su servicio, además solo será por unos días…y en realidad tu y yo majestad somos bastante iguales, practicamos lo mismo, o eso he oído.

La reina tenso su rostro.

-De que hablas serpiente?

-Diamon, recuérdalo majestad. Hablo de nuestras costumbres, corazones de hombres, de niños, su hermoso rostro lo confirma majestad…yo también lo práctico, pero más que todo con niños.

Del rostro de la reina salió una sonrisa.

-Me caes bien Diamon, y él, es un joven muy hermoso, jamás se te ha antojado su corazón?

-Tengo fuerza de voluntad, majestad, además yo jamás me comería el corazón del hombre al que amo.-dijo Diamon mirando al chico, quien estaba algo tenso, mirando a la nada.

-Entonces, cuál es su espíritu?.-Dijo la reina.

-No tiene.-Dijo diamon mirándolo.-Se lo que piensa de los que no lo tienen, piensa que son unos inútiles y débiles, pero él me ha comprobado lo contrario. Yo soy como su espíritu.

-Me caes bien Diamon, y él.-la reina volteo a mirarlo.- aún no ha hablado así que no diré nada de él, pero les daré una habitación. Guardia.- El guardia que cuidaba la puerta se acercó.- Llévalos a la segunda mejor habitación que halla, serán nuestros huéspedes, así que cuídenlos bien. 

-Si majestad.

Diamon y lestat siguieron al guardia hasta salir del gran salón, en donde la reina se quedó sentada en su trono.

-Gad, acércate.- El skies salió de las sombras, de una parte oscura que había en el gran salón.

-Vigílalos, no confió en ellos….en especial en ella.

 

***

-Lo siento chicos, sé que debí traer ropa más acorde a este clima.-Dijo skyles al ver que kecia, Wayne y sean estaban frotándose las manos del frio y al ver que la nieva estaba cayendo intensa sobre sus caras.

-Está bien, pero puedes conseguirnos unos abrigos cuando lleguemos a la torre.

-Así será Sean, lo prometo.ABAJO TODOS AHORA!.-Grito skyles y todos le obedecieron, por encima se podían oír alas gigantes, volaban por lo alto.

-¿Qué son?.-Dijo Wayne.

-Cállate!.-susurro y ordeno skyles.

Al rato skyles se levantó.

-Ya se han ido. Lamento callarte Wayne pero son espías de la reina, murciélagos gigantes, bestias, son ciegos pero pueden oír muy bien.

-Hay muchas bestias por aquí, no es así?.- Dijo Wayne.

Skyles asintió.

-Ven, tenía razón, la reina mando espías. Tenemos que llegar a la torre…estamos cerca.

Al cabo de unos minutos caminando llegaron, todo estaba pintado de blanco, era nieve y se veía el castillo y enfrente había un lago que conectaba al mar estaban congelados, con montañas y más montañas todas pintadas de nieve.

-Va a oscurecer hay que entrar rápido, por suerte por estos lados no hay guardias.-Dijo Skyles.

Kecia dirigió su mirada a la torre, estaba bastante apartada del castillo, en medio del lago una pequeña isla sin árboles, solo con cesped blanco por la nieve y una torre alta y vieja. Cruzaron el lago congelado hasta llegar a la torre.



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En el texto hay: aventura, amor, magia

Editado: 02.01.2020

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