Kecia Y El Dragón Blanco

26. EL PRINCÍPE.

—Solo eramos ella y yo en la inmensidad de un castillo, nos cuidabamos el uno al otro, las personas suelen decir cosas sin conocer quien eres realmente, decían que yo tenía celos de Kecia, pero no era así, nos amabamos y nos odiabamos como cualquier relación entre hermanos. Hubo un tiempo en el que todo era distinto, la gran estrella de oro nos daba calidez no siempre fue fría, mi hermana y yo corriamos al borde de la playa y jugabamos, aquel día encontramos una bruja de mar, tenía lastimada una aleta y la ayudamos,como agradecimiento nos dio dos obsequios, eramos niños, esperabamos que fuera un obsequio fantástico, pero solo eran dos rocas pequeñas, le agradecimos de todas formas, quizá sea una roca mágica, le dije a Kecia y ella solo nego y coloco la roca en su oído y luego como si fuera un huevo lo partio y la roca se partio en dos, por dentro tenía una caracola hueca y brillante , yo la imite y de mi roca salió otra caracola, la colocamos en nuestros oídos, era como si dentro hubiera un oceano, tenemos grabado el sonido del mar le dije y ella sonrio, ambos dimos las gracias a la nada sabiendo que aquella bruja de mar ya se había ido. Teníamos una colección especial, coleccionabamos cosas de momentos juntos, lo llamabamos nuestro tesoro, entre ellas nuestra mas valiosa eran las caracolas, en la oscuridad supimos que las caracolas destellaban luces como estrellas, tenías razón si son magicas me dijo Kecia; jamás volvi a ver nuestros tesoros, todo se lo llevo el fuego de aquel día, aún imagino todos nuestros recuerdos juntos volviendose cenizas, como si nunca hubiesen existido.

Maya escuchaba atentamente lo que Ceom le estaba contando, se imaginaba a una Kecia pequeña junto a su hermano, parecía que Ceom tenía miedo, miedo y tristeza, Maya no podía imaginarse a un Ceom con miedo, era un chico fuerte y su rostro era muy atractivo y  llevaba trenzada su larga cabellera blanca, un princípe, estaba al lado de uno de verdad, parecía un chico normal, podría cortarse el cabello y teñirlo de negro, cambiarse su ropa extraña y colocarse unos vaqueros una camisa y el buzo  de la escuela  y podría hacerse pasar perfectamente como uno de los chicos del equipo de futboll américano de la escuela; pero le gustaba mas así como estaba, con su cabello largo y blanco con su trenza extraña y perfecta y con esa extraña inocencia en sus ojos, aunque Maya sabía que este chico era un guerrero y había asesinado a malas personas, su mirada aún parecía inocente, si hiciera parte del equipo de la escuela seguramente su mirada cambiaría, en la escuela los chicos populares solían creerse los dueños de todo y jamás miraban a chicas como Maya, miraban siempre a chicas como Megan y solo por su fisico por querer conocer que hay detrás de su ropa, se creían los reyes de la preparatoría, he aquí a un rey de verdad; Ceom el chico de nombre y apellido extraño, que ni siquiera alardeaba acerca de su belleza ¿si quiera el mismo notaba lo bello que era? No, no era así, a Ceom no le importaba eso, ni siquiera presumia ser un principe a las personas de allí, no le gustaba verse superior a otros. "Todos son iguales a mi, lo mio solo es un titulo" había dicho Ceom una vez. 

—Entonces si la extrañas.

—Todo el tiempo.—Dijo Ceom tomando un pedazo de cristal sostenido por una fina pita negra.—Kecia me enseño muchas cosas, mi única hermana, jamás sabremos quien nació primero pero a veces me gustaba imaginar que ella era la mayor,porque era valiente, me enseño a tener coraje, todo el mundo incluso mi padre, hacían que me sintiera excluido, a veces pensaba que avergonzaba a mi padre, una vez escuche que  discutia con mi madre, le decía: ¿y si en verdad esta maldito? ¿acaso es en verdad mi hijo? Aquel día quería irme lejos, muy lejos, pero Kecia me dijo : si te vas yo ire contigo, siempre cuidare de ti y tu de mi. Odio no haber podido cuidarla todo este tiempo. Gracias Maya del otro lado por hacerle compañia.

Maya sonrió recordando el día en que conoció a Kecia, para entonces y ante los ojos de Maya como una chica normal.

—Ella es una chica fuerte y hermosa, como tu.— Dijo casi sonrojandose por la parte de como tu. Entonces lo pregunto , solo porque su curiosidad le gano.—¿que es eso?.

 —Un collar...aquí dentro esta una parte del espiritú de Kecia, una amiga me lo trajó, es importante, quiero mantenerlo seguro, aún no se en donde esta el otro pedazo, pero siempre y cuando no se una con este, todo estara bien.

   —¿es peligroso?

 — En las manos equivocadas si, imaginate a un dragón adulto saliendo de aquí.—Dijo mostrandole el collar.

   — Así que es la prueba de que lo que dijiste es real, sobre las bestias espiritu y eso. Aún no he visto alguna, ni siquiera entiendo muy bien que son los cambia formas.—Maya parecía curiosa respecto a todo, cuando Ceom les había explicado a Maya y a Megan algunas cosas sobre Takroan ambas casi no podían creerlo.

-Aún no has visto el mio....¿quieres conocerlo?-Dijo levantandose de la gran roca en la que estaban sentados.

-Claro que sí.-Dijo Maya tomando la mano de Ceom mientras la ayudaba a levantarse.

Ceom la llevo a una cueva que había cerca de allí junto a un prado verde. Estaban dentro de un gran refugio protector donde solo los cambia formas podían abrir y cerrar la unica entrada y salida. Hasta allí en aquella cueva y un poco más allá del prado , llegaba el refugio protector, si iban más allá podrían verlos y el refugió se quebraría. A lo lejos por encima de unas nubes (había un limite del cielo protegido)  Maya podía ver como unas gigantescas alas daban vueltas alrededor del refugio. Parecía un angel desde lejos. Ceom silbo y llamo a su espiritú.



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En el texto hay: aventura, amor, magia

Editado: 02.01.2020

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