Kecia Y El Dragón Blanco

34. UN PINCHAZO Y NADA MÁS.

~hola tú que estas leyendo esto, primero que todo muchas gracias por leer la historia de Kecia, y segundo , me disculpo por los errores de ortografía y quizá de redacción, no siendo más me despido, espero lo disfrutes.~

M.W Star.

 

***

Hay infinidad de cosas que las personas pueden hacer por amor, una de ellas es querer llamar la atención, y la peor de todas es matar. Gad sabía que la había defraudado una vez mas, no había podido atrapar a la chica, sin embargo su corazón sentía alivio, pues le llevaría al chico de los ojos verdes, aquel al que ella quería tanto, su reina disfruraría del bello cadaver.

—Levanten el cuerpo, se lo llevaremos.—Gad ordeno a las bestias murcielago y a Jim el otro Skies.

—¿Que hay de la chica?.—Preguntó Jim sin temor alguno.—Mi misión es hallar a su hermano, no llevar el cuerpo de un extranjero. 

—Tu has venido a ayudarme, esas son las ordenes.—A Gad le molestaba que Jim el otro cambiaformas, (el que parecía no temerle a nada) se sintiera superior.

Jim se acerco, su mirada gelida e intimidante se acerco mas hacía Gad y antes de hablar las bestias murcielago gritaron de dolor y cayeron al suelo. Jim volteo y saco su espada al igual que Gad. Ambos confundidos se acercaron a las bestias y notaron que estaban muertas, tenían mordidas exageradamente grandes. Gad corrió hacía donde estaba el cadaver y se encontro con la  sorpresa de que no estaba, había desaparecido.

Su corazón acelerado y su ceño fruncido de ira le hicieron soltar un grito de decepción.

—Imposible, estaba muerto, yo le di en el corazón.—Jim parecía sorprendido, por primera vez un sentimiento de angustia se escuchaba en su voz.

—Bienvenido a mi maldito mundo.—Gad estaba furioso y buscaba rastro alguno del muchacho.—Has que la maldita niebla se vaya, no puedo ver bien.—Al instante la niebla desapareció, y cuando lo hizo Gad noto algo particular y familiar, una uña de la forma de un colmillo gigantesca y afilada, proveniente de una garra estaba enterrada en uno de los murcielagos.

—Margot.—Susurro Gad mirando hacía todas partes.

***

Katia era el claro ejemplo de las cosas torpes que se hace por amor, había durado quince días esperando a que la atraparan, en su momento se quedaba en su otra forma para recapacitar lo que estaba haciendo, y esperaba a ver a sus amigos buscandola, pero aquello no paso. 

Decidió quedarse en su forma de cambiaformas, con su cabello platino y con sus ojos azules, su piel era algo morena, aquello era lo que la diferenciaba de los demás y la hacía más bella ante otros cambiaformas, sin embargo la belleza no logro captar la atención de Ceom, el chico del que siempre había estado enamorada. A él le parecía hermosa, pero jamás la veía como ella quería que lo hiciera.

Fue atrapada mientras comia una manzana en una aldea pobre en donde la nieve se combinaba con estiercol de animal.

Un pinchazo desprevenido y nada más, la sangre azul había salido y el hombre con la sonrisa mas extraña que ella había visto, la atrapo y ella no se quejo, y a pesar de que hubiera podido con todos esos guardias y con el hombre extraño, no se defendió.

Fue llevada encadenada hacía el castillo blanco, el que una vez fue el hogar del chico que tanto le gustaba. Era hermoso y pudo imaginarse a Ceom allí, en cada pasillo por el que ella estaba caminando.

Cuando atravezo un umbral, la vió por primera vez, mas cerca que nunca, Sakara, y vio junto a ella a la bestia que parecía ser su espiritú. En la aldea Katia había visto demasiados espiritus, de niños y de personas que pasaban por allí, había visto perros alados, aves con cuernos , insectos que parecías mariposas combinadas con mantis, bestias extrañas y hasta un extraño primate con alas, pero ninguno le había causado tanto temor como aquella bestia que estaba rondando la sala junto a Sakara.

—Así que fue un pinchazo y nada más, su majestad, le he traido a una asquerosa sangre azul. Sé que debe de tener mucha información, fue fácil, ni siquiera se defendió.—Gary Gambell se hizo a un lado y acerco mas a Katia quien solo miraba al suelo.

—Habla cambiaformas, ¿dime por qué no te defiendes?.—Katia no respondio.—¡Estas ante tu reina! ¡ARRODILLATE!.—ordeno Sakara y Katia obedeció. Se estaba arrepintiendo de lo que había hecho.

—Ellos vendrán por mi.—Dijo aún mirando al suelo.

—Mejor para mi. Pero quizá lleguen tarde, hablame de ellos si quieres darles tiempo de llegar. Dime... ¿ustedes tienen a Ceom De los Cryptids?

Katia no dijo nada,¿lo traicionaría? ¿Traicionaría al chico que le gustaba? Al que era su amigo. Entonces lo recordo con la chica extranjera y aquella  imagen hizo que su sangre azul hirviera.

—Han pasado quince días, ellos no vendran en mi busqueda, ni siquiera saben que estoy aquí. Y si le prometo estar de su lado y contarle todo, ¿Acepta usted no quitarme la vida? ¿aceptaría que me quede? 

Sakara esbozo una sonrisa y se acerco a la chica.

—Huelo a un corazón roto, de ambas formas hay dolor en ti. Creo que dices la verdad.—Sakara le acarició su cabello y le toco la mejilla limpiandole sus lagrimas.—Yo te entiendo. Eres la primera persona que no llora por temerme, tu lloras por aquel que rompió tu corazón, mi niña yo admiro eso, y aunque seas una sangre maldita, te exonero y te nombro mi nueva hija. Quitenle las cadenas, aquí esta la nueva princesa de Takroan. 



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En el texto hay: aventura, amor, magia

Editado: 02.01.2020

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