Kecia Y El Dragón Blanco

35. LA MEJOR SENSACIÓN DEL MUNDO.

~Hola, perdon nuevamente por la ortografía y los problemas de redacción, y sé que parece algo lenta, pero la historia de Kecia esta conectada, así que nada es lento, todo pasa por un razón, cada cosa que hacen es importante para lo que sucederá a futuro. Y cada personaje es igual de importante para la trilogía. Eso es todo bye~

M.W Star

Seguro han sentido el vacío que queda al perder algo, una mascota, un objeto, una persona. Era como kecia se sentía, sentía impotencia y unas ganas tremendas de llorar; sus amigos estaban dormidos, podía escuchar sus respiraciones al compas, tres respiraciones, parecía extraño y desconocido pues estaba acostumbrada a escuchar cuatro respiraciones masculinas y a ver a tres hombres y un niño durmiendo cerca de ella, sin Wayne todo parecía ir lento y pesado; quizá era por el momento, quizá esa sensación pasaría con el tiempo.

Al amanecer Kecia estaba fuera de la cueva, caminaba de un lado a otro, ni siquiera había querido desayunar algún mango, no sentía hambre, comer le recordaba a Wayne, respirar y sentir su corazón latir mientras que Wayne ya no lo hacía le causaba nauseas, el silencio le recordaba a Wayne, todo le recordaba a Wayne. Pensó en lo que tendría que afrontar, ya no tendría a Wayne para pelear, para no sentirse extraña, lo necesitaba para no sentirse sola.

Estaba acompañada de personas a las que quería con su alma, pero se sentía sola sin su mejor amigo. Se sentía tensionada y no pudo evitar llorar. Se sentó y cubrió mientras lloraba.

—Te prometo que el dolor pasara.—La voz de Glazunov la hizo levantar. Kecia limpio sus lagrimas al instante.

—¿como lo sabes?

—Bueno...el también era mi amigo, lloro cuando las personas no me ven, así como lo hace Sean. También he perdido a mi familia, no tengo a nadie, todo dolio en su momento, pero luego paso. 

Kecia recosto su cabeza sobre el hombro de Glazunov.

—Jamás me arrepentire de haber caído en la trampa de Sakara, porque si no lo hubiera hecho, jamás te hubiera conocido y jamás te hubiera ayudado...entonces te equivocas al decir que no tienes a nadie, me tienes a mi, a Sean y al pequeño Storm.

Glazunov sonrio.

—Entonces...piensa en tus deseos mas profundos y hazlos realidad, no te rindas, pequeña gran reina.

—Cuentame sobre tus deseos Glaz.

Glazunov se quedo callado por un momento, parecía pensar en toda las cosas que anhelaba tener.

—Familia...siempre quise una esposa e hijos, siempre quisé saber que se siente tener a alguien que te ame, siempre quisé calmar sus llantos de medianoche...jamás podré hacerlo, pronto cumplire treinta...treinta, por años no pude disfrutar nada, estuve atrapado en mi mismo, no pude disfrutar de mi juventud, la serpiente me lo quito todo. Además,¿para que tener hijos en un mundo así?

Kecia se soprendio, ¿treinta? Entonces supo que no sabía nada de sus amigos, y se sintio avergonzada y al mismo tiempo triste por su amigo.

—No lo creo...eres hermoso, en algún lugar del mundo debe haber una mujer para ti, tendrás hijos Glazunov, serás el mejor padre.Y te prometo que haré de este lugar, un lugar mejor para tus hijos.

Glazunov sonrio. Ella hacía sentir a las demás personas unicas y especiales, esa era su especialidad, lo hacía sin darse cuenta.

—Yo solo quiero verte reinando, a ti y a tu hermano, ver como el mundo cambia por ti.

—Prometo cumplir tu deseo Glazunov.

Storm se acerco con  un arco en sus manos.

—Ya estoy listo señor.

—¿Desayunaste?.—Pregunto Glazunov.

—Dos frutas del dragón.

—Entonces, vamos.—Glazunov se levanto no sin antes sonreir a Kecia y luego se alejo con Storm.

Kecia agarro un mango y entro a la cueva, quería ver al dragón negro de nuevo. En medio de la oscura cueva se detuvo en seco al escuchar la voz de Sean.

—.....Y pierdes algo ireemplazable y veo las lagrimas caer en tu rostro sin que te des cuenta, incluso triste luces hermosa, te amo como eres, quise que duraras para siempre, quisimos ser por siempre jovenes y olvidamos que todo pasa y en el campo de flores un lirio destacaba, y el fuego brillo en sus ojos, y la oscuridad se convirtio en noche y el delirio en una flor, un lirio.

Kecia no pudo evitar sentirse extraña ¿con quien estaba hablando? ¿Y a quien le recitaba aquellas palabras?. ¿había alguien con él?

—¿Te gusto?.—Kecia se sobresalto pensando que le preguntaba a ella, pero no era así.—Me alegra mucho que te haya gustado, intentemoslo otra vez, tranquila, no te hare daño.

Kecia sintio un pinchazo dentro de ella, ¿había una chica con Sean? Y ¿que era exactamente lo que estaban haciendo?

Kecia se sobresalto nuevamente al ver como del suelo brotaban flores, lirios que brillaban azul, Kecia se agacho y toco una pero esta no toco nada, era como una flor hecha de vapor, al instante la flor se convirtio en llamas y desaparecio, Kecia solto un grito ahogado, pues por poco se habría quemado la mano.

—¿Kecia?.

Kecia salio rapidamente de su rincón de espionaje improvisado. Se sentía algo avergonzada y se sorprendio al ver a la dragona al lado de Sean, este estaba en su otra forma, con su cabello largo y blanco, no tenía camisa y sus marcas brillaban azul.



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En el texto hay: aventura, amor, magia

Editado: 02.01.2020

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