Kecia Y El Dragón Blanco

39. NARCISO.

***

Hi! lamento mucho si hay faltas de ortografía y redacción, también si hay palabras mal escritas (a veces me pasa que de escribir rapido se me saltan letras :c) lo siento por eso, tan pronto acabe el libro lo voy a releer y a corregir todos esos errores. No siendo más gracias por acompañar a Kecia y a sus amigos, gracias por leer :) 

A lo largo de dos meses y medio —al menos eso era lo que sentían que habían pasado—, habían podido reunir a personas que les apoyaban, eran bastantes, casi un ejercito; perfeccionaban sus movimientos,Gadath y —sorprendentemente— el pequeño Storm, quien ahora era todo un arquero perfecto, enseñaban a diferentes hombres a manejar mejor el arco. Se habian instalado en las cuevas de las montañas empinadas que se encontraban a un día del castillo blanco, habían formado todo un campamento. Entre todos se dividian trabajos, Glazunov afilaba armas con herreros  que habían decidido ayudar a los hermanos Cryptids, Irin  junto a Maya recogían frutos de arbustos que se encontraban al borde de congelarse, Wayne y Margot se encontraban  recogiendo ramas secas para hacer fuego, estaban en un bosque que se encontraba cerca al campamento.

—No hemos tenído mucha suerte.—Habló Margot rompiendo el silencio que los había acompañado durante su camino.

—Estoy de acuerdo contigo. Todas las ramas que he conseguido estan humedas y heladas.—Wayne devolvió al suelo la rama que tenía en su mano.

Wayne estaba diferente a como había llegado la primera vez,aquel lugar les había cambiado sus apariencias de adolescentes de secundaría, por el contrario, ahora Wayne lucía una cicatriz en su ojo izquierdo, aquella causada por Sakara la última vez que estuvo con Wayne, y la barba le estaba creciendo, lucía bastante varonil, pero aquel no era para nada el estilo del Wayne Jackson del pasado, se había acostumbrado a la ropa gruesa y pesada, aquella que lo protegía del intenso frío, además parecía que las luchas recientes y las largas caminatas que hacían de un lugar a otro lo habían puesto más fuerte, algo delgado, pero su fisico ahora era más energico, quizá por las cosas extrañas que comía; sobrevivían con peces medio asados de lagos congelados, además de frutillas de arbustos y manzanas que les hacía pasar corriente en sus dientes cada vez que las mordían, pues estas estaban demasiado frías. Frío, demasiado frío y copos de nieve en pestañas y cabellos sucios, ya se había acostumbrado a ello, y ni hablar de las necesidades de ir al baño, aquel será un dato que será mejor ignorar.

—¿Extrañas tu mundo Wayne Jackson?.—Preguntó la bella Margot, que, aunque ya no lucía vestidos hermosos y coronillas de flores en su cabello dorado y con ondas ahora alborotadas, lucía preciosa.

Wayne la miró fijamente, la muchacha tenía ojos hermosos y cansados, el sueño la carcomía, pero aquello era algo a lo que ya estaban acostumbrandose, levantarse muy temprano y acostarse muy tarde para sobrevivir. Wayne la tomo de las manos y observó sus dedos astillados, aquellos dedos que antes lucían suaves como los de cualquier princesa,ahora lucían rojos por el frío y con rasguños causados por las ramas llenas de astillas que sostenía.

—Algo, no del todo, si en estos momentos estuviese allí de seguro estaría en la escuela, con mi abrigo con el nombre de mi generación, quizá en una nueva escuela pues me habían expulsado de la antigüa.—Wayne sonrió al recordar aquel día.—No sé en que estación o día esten allí, pero de seguro encendería la calefacción, y tomaría chocolate caliente con queso...queso de verdad, y pan, muuucho pan, creo que ya olvidé su sabor...sin embargo y si me dieran la oportunidad de elegir entre conocer a Kecia o no, volvería a elegir esto, conocer a Kecia fue lo mejor que me pudo haber sucedido, si no me hubiese encontrado a Kecia en aquel teatro probablemente no estaría aquí contigo, con mis amigos de verdad. Por ello no lo extraño del todo, estaría allá con amigos falsos y una vida que gira en constante aburrimiento e ignorancia.

Wayne comenzó a sacar cuidadosamente las astillas de Margot mientras hablaba.

—Suena como un mundo hacedero.—Margot intentaba no gritar de dolor por cada astilla que Wayne le sacaba.—¿Seguro que prefieres esto?

Wayne sonrió y asintió.

—Dime, Margot, ¿Preferirías estar en tu castillo blanco rodeada de cosas faciles?

Margot negó al instante.

—Tenía ostentaciones que hacían mi vida más sencilla, pero era una vida triste, vivía observando el tedioso día a día y vivía rodeada de maldad que yo misma ignoraba...jamás quiero volver allí. Me atemoriza, Wayne.

—En el otro lado hay cosas faciles, pero las personas son ignorantes y la mayoría es igual...por eso no quiero volver, no quiero ser igual a ellos. Quiero estar aquí con mis amigos, contigo.—Lo último lo dijo casi en un susurro.



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En el texto hay: aventura, amor, magia

Editado: 02.01.2020

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