Kennya:cazadora de lobos. ©

Nikolaí Ivanov

Dos semanas antes.

 

 

— Sea bienvenido señor Ivanov..— Un imponente hombre bajo de la limusina. Llevaba un impecable traje a corbata. En su mano izquierda, un curioso bastón.

 

Sus ojos era tan fríos como el clima en rusia ese año. En su cara las arrugas le daban un aspecto curtido pero bastante fuerte.

 

Su postura era rígida. El antiguo Alfa de la manada Steelfang. Un hombre que exigía perfección.

 

Nunca errores.

 

Caminó por los largos pasillos de aquella enorme y lujosa mansión.

 

Llegó a la oficina principal. La que había ocupado sólo unos años atrás. Podría encontrarla con los ojos vendados.

 

Los guardias le cedieron el paso junto con una reverencia.

 

Miro el lugar. Tres lobos y su querido hijo... Afiebrado en el sofá del mismo.

 

— ¿Cómo esta? Dmitriy explicame con detalle...—

 

— Mi señor, Alekséi... Ha encontrado a su luna — decía el tipo del cabello largo y negro.

 

El antiguo Alfa esbozó una sonrisa algo retorcida.

 

— Esas son buenas noticias. Al fin se calmaran un pocos los ánimos entre las demás manadas. Sin embargo Alekséi ¡¿No ha podido controlar aún a su lobo?! ¡En que diablos estuvieron trabajando entonces! ¡Esa era tú prioridad Dmitriy! Que él se contenga y tenga mas control. Y al contrario de eso, lo encuentro afiebrado y débil ¡Es inaceptable parvada de inutiles! —

 

El aludido sólo bajo la cabeza en señal de fracasó. Era cierto. Habían trabajado duro para que Alekséi pudiera controlar su lobo interior.

 

Pero evidentemente habían fracasado.

 

— ¡Pa - Padre!...— el joven lobo entre abrió sus ojos enfocando a su padre.

 

—Todos. Salgan — su voz salió apesumbrada.

 

Y así lo hicieron.

 

— ¿La chica esta aquí? De ser así y viendo el estado en el que te encuentras, temporalmente asumiré el cargo una vez más. Hasta que puedas marcarla como es debido. Deberás aprender a convivir con ella sin perder el control, oh de lo contrario... Ambos morirán. Lyosha estará encerrado en tu interior con una droga especial. Alekséi, estoy muy decepcionado de todo esto. ¡Te creí más fuerte! Un cachorro fuerte... pero como siempre me equivoqué.

 

Había reproche en sus ojos, Alekséi sé giró sumamente avergonzado y apretó los puños en señal frustración.

 

De alguna manera su padre tenia razón. Ni siquiera pudo proteger a su Luna de unos Rogues y ahora.

 

Casi la forzá... Casi la lastima.

 

— ¡Padre... Yo .... No!

 

— ¡Basta! ¡Harás lo que te he ordenado! Podrás ser el Alfa de esta manada pero aún eres mi hijo y yo tú padre. Espero te haya quedado claro. Mientras tanto ella será cuidada y protegida por tus Betas. Cuando hayas progreso hablaremos de esto...

 

Y salió del lugar él duro hombre, sin mirarlo a los ojos. Pues no había mas que decir, pues lo único que sentía era una gran vergüenza de su propia sangre.

 

Era de esperarse. Siempre fue un incompetente.

 

Lo supo desde que nació. La diosa luna lo había bendecido con un grandioso poder en su interior pero al fin y al cabo un desperdicio en él. Era débil. La carcasa era endeble.

 

Su lobo era de lo mas peligroso, poderoso y feroz.

 

La antigua oráculo de la montaña les había advertido que si Alekséi no lograba controlar ese poder y toda esa furia moriría.

 

La solución estaba en su luna, su compañera. Sólo ella podría ayudarlo.

 

Y ahora.

Todo se venía a abajo.
Por una mujer.

 

Y lo mas humillante era saber que era una simple humana. Esta situación era de lo peor.

 

Una simple, débil he insignificante mujer humana como su mate.

 

En manos de un ser inferior.

 

Que maldita broma era esta.
Un despreciable y agridulce sentimiento de impotencia lo embargo.

 

El legado de los Ivanov estaba en juego. Todo por lo que había luchado podría derrumbarse.

El podría a verle dado muerte a la chica pero... era pronto.

 

Y lo haría. Pero esperaría.

 

"Haber que cartas juega esta niña"

 

De lo contrario, que se vaya despidiendo de este mundo.

 




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