· SHINGEN- Siempre me alegra que me visites, MC. Pero si estás aquí para preguntar por Kenshin e Isehime, no puedo llamar a esta visita particularmente acogedora.
Shingen invitó a entrar a sus hombres, ofreciéndome una taza de té caliente como él.
· MC- Gracias, y siento mucho haber preguntado, sé que es una petición extraña.
· SHINGEN- No te sientas mal por ello. Y no te preocupes por mí. Vivo con la esperanza de que me visites.
Shingen se rio con suavidad.
· SHINGEN- Entonces, ¿quieres saber sobre Isehime?
· MC- ¿Quizás? Honestamente, me quedé sin ideas. No quiero abrir viejas heridas... Pero cuando han sanado mal, a veces no tienes elección.
· SHINGEN- ¿Y por qué vienes a mí?
· MC- Ustedes dos eran rivales. Esperaba que supieras más de lo que pasó.
· SHINGEN- No éramos amigos. Pero sabía cosas. Y compartiré mis conocimientos contigo.
· MC- Gracias.
Shingen dejó su té y se acomodó en la postura de un sabio narrador.
· SHINGEN- Como dijiste, Kenshin y yo éramos enemigos en aquellos días. Y me gusta recopilar información de mis enemigos. Doblemente por Echigo, ya que eran un enemigo poderoso. Así es como oí que Kenshin había elegido a Isehime como su pareja. ¿Te dijo que fueron sus vasallos los que los separaron?
· MC- Sí. Me dijo que la obligaron a convertirse en monja, y que se quitó la vida inmediatamente después.
(Ella había perdido la esperanza de una vida fuera de su control, dijo. Esa pobre chica)
Traté de imaginarme lo desesperada que debió estar y sentí compasión.
· SHINGEN- Cuando ella murió, Kenshin abandonó todo. Se fue de Kasugayama esa noche, sin planes de volver. No podía creerlo cuando mis espías me dijeron que el joven guerrero cenó con la túnica de un monje en el Monte Koya.
· MC- ¡¿Que hizo qué?!
· SHINGEN- Kenshin, de ahí sacó ese nombre, se convirtió en monje. Estaba a punto de renunciar a todo. Así es él, en pocas palabras. Siempre saltando antes de mirar.
(Me pregunto si pensó que era una forma de unirse a Isehime. ¿O tal vez no le quedaba nada?)
· SHINGEN- Perder a su joven Dios de la Guerra hizo que Kasugayama entrara en pánico. No tenían a nadie lo suficientemente fuerte para asumir el liderazgo.
(Y obviamente, la historia no termina ahí, de otro modo no estaríamos aquí)
· MC- ¿Qué le hizo cambiar de opinión?
· SHINGEN- Hubo una revuelta dentro de Echigo. Sus vasallos le suplicaron que volviera.
· MC- Así que, si no hubiera sido por una revuelta al azar, entonces Kenshin...
· SHINGEN- Sí. Todavía estaria en esa montaña, supongo. Vivo, pero no viviendo.
(La atracción de la batalla lo hizo retroceder de ese camino solitario. Era lo único que le quedaba que le producía alegría)
Shingen se acarició la barbilla y sonrió.
· SHINGEN- Hubo que mover muchos hilos para que la revuelta saliera bien.
· MC- Espera. ¡¡Shingen...!!
Casi se me cae la taza de té.
("Me gusta recopilar información sobre mis enemigos." No, ¡¿no pudo haberlo hecho?!)
· MC- ¿TÚ causaste la revuelta? ¿Fuiste la razón por la que abandonó el monacato?
· SHINGEN- Ese sería yo.
· MC- ¿Pero por qué? Eran enemigos. ¿Por qué animar a tu mayor rival a volver a la batalla?
· SHINGEN- Porque nunca mostró interés en conquistar Kai. Peleamos, pero no lo odiaba. Lo respetaba. De hecho, vi como un desperdicio que un hombre de su talento acortara su carrera. Así que envié una docena de cartas a varios de sus vasallos y preparé el escenario para que Kenshin volviera a la lucha.
(No puedo creer que haya funcionado)
· MC- ¿Crees que Kenshin lo sabe?
· SHINGEN- Nunca ha surgido en una conversación, pero siempre lo he asumido. Actúa mucho más de lo que piensa, pero cuando usa su cabeza, es astuto.
· MC- ¿Lo ayudaste para proteger tus propios intereses, para mantener a un enemigo fuerte pero honorable?
(No estoy segura de cómo una situación de dos rivalidades se convirtió en amistad. ¡Son hombres muy excepcionales!)
Me senté allí, mirándolo fijamente, impresionada.
· SHINGEN- Traté de ayudarlo también por su propio bien, pero fue sólo una medida provisional. Podrías argumentar que lo que hice lo empeoró. Regresó al mundo, pero sólo para hacer la guerra. Kenshin no ve su segunda oportunidad en la vida como el valioso regalo que es.
· MC- ¿Crees que no quiere vivir más porque perdió a Isehime?
(Si ella era tan valiosa para Kenshin, ¿es posible ayudarlo?)
· SHINGEN- No creo que sea así.
Las palabras atentas de Shingen llegaron justo cuando sentí que mi propia esperanza se desvanecía.
· SHINGEN- No es que no pueda olvidarla. Es que ha llegado a temer perder a cualquiera y a todos los que ama. Lo de ellos era un amor joven. Si ella hubiera vivido, él la habría superado con el tiempo. Pero ella eligió quitarse la vida, y eso lo dejó con una herida sin curar.
· MC- ...así que, intencionadamente o no, ¿se lo llevó con ella?
· SHINGEN- No es así. No te subestimes. He visto lo mucho que Kenshin ha mejorado gracias a su amor por ti.