Kenshin me abrazó de repente. Hijo después, sus labios estaban sobre mí en esta hermosa, casi ilusoria noche.
KENSHIN- MC...
MC- Mmm...
Agradecí el calor resbaladizo de su lengua dentro de mi boca. Mi lengua se enroscó con la suya, empujándole, animándole, y luego cediendo cuando arcos de placer se dispararon por mi espina dorsal.
MC- Oh... Ohh...
Respiré entrecortadamente cuando el beso llegó a su fin.
MC- Menudo beso...
Kenshin me miró con las mejillas enrojecidas, una pizca de color en esta fantasía plateada.
KENSHIN- Siempre consideré que las palabras de Shingen no tenían sentido, pero ahora creo que lo entiendo.
MC- ¿Entender qué?
KENSHIN- En una noche como esta, parece como si la luz de la luna pudiera arrastrarte y llevarte de vuelta al cielo... Realmente eres tan hermosa como una diosa.
MC- Oh... pero... Oh, Dios...
La cara me ardía de calor. Lo dijo tan directo que no supe como negarlo. No dejándome más remedio que aceptar. Todavía estaba aturdida por el cumplido cuando me atrapó y volvió a besarme. Jadeé en su boca, mis suspiros tanto más calientes por sus palabras... y su beso anterior.
KENSHIN- El calor de tus mejillas, el rocío en el rabillo de tus ojos... Todo lo que haces es hermoso. Un lugar como este... un lugar donde se reúne la luz... realmente le sienta bien a tu hermosura.
MC- Kenshin...
Más palabras dulces se deslizaron entre sus hermosos labios en... entre cada beso.
(Es increíble. Supongo que ha luchado con Shingen durante años, así que no debería sorprenderme demasiado pero... no tenía ni idea de que Kenshin fuera tan bueno haciendo cumplidos como Shingen. ¿O debería decir mejor, porque son suyos?).
MC- ¡Mmph... mmm...!
Me estaban flaqueando las rodillas y apenas podía mantenerme en pie, Kenshin estaba inundando mi mente y mi cuerpo con tantas buenas sensaciones.
KENSHIN- Cada hora del día que pasamos separados me dan tantas ganas de tocarte. Siento como si pudiera volverme loco si no lo hago. ¿Tengo tu permiso, MC?
MC- Sí...
El reflejo de la luna en el agua le devolvió la mirada convirtiendo sus ojos en joyas. Ese brillo colorido era como la mirada de un lobo hambriento. Pero también, un gran tesoro.
(Oh, pero...)
Una luciérnaga pasó revoloteando ante mi vista.
(No sé si aquí fuera, por muy bonitas que sean las luces, es un espacio privilegiado para hacer el amor)
MC- ...Aquí fuera no. Parece que nos falta intimidad.
KENSHIN- ¿No estamos solos?
MC- De la gente. Pero de las luciérnagas. Y... la luna también nos observa....
Sus ojos brillaron con aquella luz dorada.
KENSHIN- Tienes razón.
MC- ¡Wah!
Kenshin me levantó en brazos con poco esfuerzo, llevándome como a una princesa.
MC- ¿Kenshin?
KENSHIN- Ahora mismo, estás bañada en toda esta luz dorada. Te da un brillo etéreo. Pero... quiero ser lo único que toque tu piel desnuda esta noche.
Se me calentó el vientre, deseando monopolizarle esta noche tal y como él me deseaba a mí.
MC- Me encanta esa idea.
KENSHIN- Entonces volvamos al castillo. No queremos que el aire frío de la noche afecte en nada a nuestra recuperación.
Empezó a caminar. Le frené lo suficiente para darle un abrazo.
MC- Gracias por acompañarme.
KENSHIN- Guárdalo hasta que volvamos, o puede que cambie de idea y te lleve aquí mismo después de todo.
MC- ¡Haha! Entonces tendre paciencia...
La forma en que gruñó esas últimas palabras, como si realmente necesitara todo lo que tenía para contenerse, era embriagadora. Me costaba impacientarme, sabiendo lo que me esperaba. Me apresuré a seguirle.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------
MC- Oh, Kenshin... ¡Oh!
KENSHIN- MC...
Cerramos la puerta y caímos juntos en su futón, una maraña de miembros que buscaban enroscarse aún más. Nuestras ropas estaban medio deshechas. Incluso la luna se mantenía detrás de una cortina de privacidad.
KENSHIN- ...¿Crees que se está curando bien?
Me pasó una mano por la espalda, mirándome como si la herida que se había hecho no fuera nada comparada con la mía.
MC- Muy bien. Con el tiempo, la gente ni se creerá la historia cuando se la cuente.
KENSHIN- Bien... Me alegro...
MC- El tuyo tiene mejor aspecto. ¿Qué tal el dolor?
KENSHIN- Ni siquiera un problema.
Nos pasamos las manos por las cicatrices con suave admiración.
MC- ¡Mmm...!
KENSHIN- ...¿Todavía te duele? Lo siento. No debería...
MC- No. Eso no era dolor...
(Al menos, no era el dolor de la herida. Creo que toda mi espalda se ha vuelto sensible. ¿Quizás porque me estoy curando ahí atrás? Aunque ese sí que lo sentí de verdad...).
Me ardía hasta las orejas, un calor duradero que no se iba.
KENSHIN- ...A veces, son tus respuestas no verbales las que me dicen tanto.
MC- ¡Ah...!
Besó mi frente mientras acariciaba tentadoramente la punta de sus largos dedos sobre mi espalda. Los movimientos de Kenshin eran cariñosos, hechos a mano para arrancarme placer. Pero sus ojos me decían que había mucho más por venir.
KENSHIN- Y eso me hace... querer empujarte más...
MC- ¡Ah! ...¡Ahh...!
Se inclinó sobre mí, con el pelo haciéndome cosquillas en el cuello, y empezó a besarme y a tocarme la zona sensible con la lengua.
(Sabe que normalmente no estoy así y se está aprovechando de ello)
KENSHIN- No puedo esperar más. ¿Seguimos, MC?
MC- Kenshin...
Nos divertimos explorando las partes más nuevas del otro. Algo que no tenía ni idea de que podía ser tan placentero. Kenshin jugueteaba con los restos sueltos de mi kimono, sus dedos ansiosos por quitármelo.
MC- Dámelo... Y te daré todo lo que tengo. Déjame probar todo lo que me has estado ocultando...
KENSHIN- Por supuesto... Te quiero, MC. Todo lo que soy es tuyo.