Khalid Cafiero.

Capítulo 9

Poco a poco veo como la luz pasa por las pequeñas aberturas de las ventanas, hago a un lado las sábanas y camino hasta la ventana, la abro y dejo que la brisa de la mañana entre por la habitación, me siento en la orilla y observo el maravilloso amanecer.

En la distancia, puedo ver una playa tranquila, haciendo leves olas hasta desaparecer en la arena, mientras que hay una tranquilidad en el aire, un silencio que aunque parezca imposible, me siento bien. Al sentir mi piel helada, decido cerrar la ventana, pero antes, observo dos camionetas y dos hombres se encargan de abrir las puertas de atrás y empiezan a subir cajas. Visualizo a Levi montándose en el auto mientras va arreglando las cajas dentro de este.

Es el quinto día de la semana desde mi secuestro y mi tercer día encerrada en la habitación, sin derecho a salir; miro a una distancia a Khalid subirse en el otro auto más pequeño; los autos arrancan y se pierden de vista. Cierro la ventana y camino hasta el baño.

Espero a que Martha suba mi desayuno, me tiro en la cama a esperarla, hasta que escucho que mueven la manilla de la puerta. Eliseo asoma un poco su rostro y al verme me regala una pequeña sonrisa.

—Buen día.

—Buen día —puede ver un moretón leve, casi visible— eso tuvo que haber dolido.

—No fue nada, estoy acostumbrado.

Subo una de mis manos a mi nuca—. Uh, gracias por defenderme.

—No pienso hacerte daño, Odette, no soy esa clase de hombre… o bueno, no contigo.

Recuerdo lo que Khalid le dijo ese día, «haz matado a mujeres», respiro con fuerza para llenar mis pulmones.

—Pero ¿haz matado a personas, no?

Escucho a Eliseo suspirar—. Sí, lo he hecho. —Hubo un silencio entre nosotros, no sé qué más preguntar, tampoco quiero parecer muy chismosa en temas que no me corresponden, como: «¿Quién es Elena?»—. Ven, sal de esta habitación, debes de estar cansada de estar tres días encerrada.

Veo que abre por completo la puerta, lo pienso dos veces y camino hasta la salida. Llegamos hasta las escaleras y veo que se sienta en uno de los peldaños, le hago compañía tomando algo de distancia.

—Debes de entender, Odette, que este mundo es un tanto oscuro, aquí tratamos de sobrevivir a nuestro modo, sin que nadie nos controlen, o mejor dicho, en casi todo.

Cambio de tema—. Pensé que te habías ido.

—Ja, tengo años en esta mafia, le he dedicado mi vida a esto y Khalid me ofreció su mano cuando más lo necesitaba; no puedo abandonarlo, además que le debo mucho, se ha vuelto mi familia, mi hermano.

No entiendo muy bien el concepto de hermano para él—. Entiendo.

—Además de que soy el único que puede controlarlo un poco, no lo suficiente, pero si hacer que lo piense dos veces. ¿Tienes hermanos?

—Sí, pero con él no tengo una buena comunicación —hago una pausa al recordarlo—, y más que tengo muchos años sin verlo… pero si tengo a una mejor amiga, es como mi hermana.

—Eso es bueno, Odette, me alegra.

Hubo otro silencio entre nosotros, miro parte de la casa y al parecer nos encontramos solos, todo es reinado por el silencio.

—¿Puedo hacerte algunas preguntas?

Veo como su cuerpo da un leve brinco por la risa—. Con tal que no sean peligrosas, suéltala y te lo diré.

Me tomo un segundo para analizar bien mis preguntas—. ¿Qué idioma es el que hablan ustedes?

—Alemán —dice— y ya que vas a durar un poco aquí, somos una mafia de Alemania, y como vez, Khalid es el jefe.

—¿Todos son de allá?

—La mayoría, a veces reclutamos de otros países, pero son muy pocos.

—¿Algunos tienen familias?

Noto que Eliseo piensa un poco—. Cuando entras a una mafia, una de las reglas es no ligar el trabajo con la familia, no tener contacto y ni siquiera verse en persona. Pero sí, algunos tienen familia, algunos les envían el dinero que ganan, otros envían cartas anónimas —espera un momento—; es un mundo peligroso como para poner en riesgo a sus familiares.

—¿Tienes familia?

—No, mis padres murieron cuando era un niño y no tengo hermanos.

Me atrevo—¿Y quién es… Elena? —muerdo mi labio.

—Elena… —pronuncia poco a poco— es alguien importante para mí.

—Mm, entiendo —algo me dice que es más, pero mejor lo dejo así.

—¿Algo más?

—Eh, cuando estaba con Khalid, que el doctor le colocó la anestesia, a los minutos se puso a balbucear… y dijo…

—¿Yo maté a mi padre? —termina él.

—Sí.

—De seguro, te asustaste. El padre de Khalid, no fue el mejor en su papel, sí, hay que reconocer que fue un excelente jefe en la mafia, él abrió los caminos para estar como estamos hoy en día y era muy bueno en el combate —hizo una pausa—. Pero se burlaba de su esposa, la madre de Khalid, hasta que todo estalló en una noche, él estaba golpeando a su esposa, Khalid lo vio y retó a su padre a un duelo a muerte.



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En el texto hay: mafia, drama, accion

Editado: 16.06.2022

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