Ryu nos dijo a todos que debíamos irnos del sitio pues aunque sus esbirros le harían caso en marcharse y no volver, una vez que lleguen al castillo y el consejero del antiguo príncipe (el cual está tomando ahora el reino en sus manos) Les ordene que regresen, sin lugar a dudas lo harán y en ese momento ya no podré detenerlos, pues desde el momento en que decidí quedarme aquí con ustedes me he convertido en un traidor.
Al dar su respuesta, Mikhen se dio la media vuelta y camino hacia el lago una vez más se colocó justo a la orilla y se arrodillo, Khana se colocó detrás de ella y nos miró, creo que pidiéndonos que hiciéramos lo mismo; yo me arrodille justo como Mikhen pero Ryu únicamente se recostó. Segundos después Mikhen dijo en voz alta: “Pido permiso para irme en busca de mis hermanos”
Al decirlo un gran crujido se escuchó, el aire comenzó a soplar con fuerza y la tierra temblaba violentamente, alcance a escuchar un rugido que parecía muy molesto y el agua del lago comenzó a burbujear de nuevo, el nivel del lago empezó a bajar, pues el agua se empezaba a condensar y el viento acarreaba con el muchísimas hojas de los arboles las cuales se fueron pegando en aquella agua la cual comenzaba a flotar hasta formar una especie de figura humanoide similar a Mikhen, de hecho su figura era endemoniadamente idéntica.
Mikhen no detenía su andar por lo que nosotros dos únicamente nos limitamos a seguirla sin preguntarle algo, suponíamos que no nos respondería y esperaría a que lo viéramos por nosotros mismos, Ryu intentaba preguntarle a Khana, pero por lo que entendí ella únicamente le respondía que lo vería pronto.
Nos encontrábamos en el extremo del bosque, básicamente a la salida y Mikhen se detuvo en seco, miro hacia atrás por una última vez, agacho su cabeza, puso su mano sobre su pecho y extendió su mano hacia el exterior, cuando lo hizo una gran barrera cristalina se rompió como si fuera vidrio, pudo verse como la ruptura se fue extendiendo por el cielo como si siempre hubiéramos estar cubiertos por un gran domo hecho de cristal y cuando todo fue roto Mikhen dio un solo paso hacia el exterior, se dejó caer al suelo arrodillada y comenzó a llorar. No entendíamos la razón hasta que todo comenzó… Los troncos de los arboles comenzaron a craquear y su color vivo se encontraba cambiando a uno grisáceo, las hojas caían y al contacto con el suelo se marchitaban rápidamente, a lo lejos aún podía verse una parte del lago con aquella criatura en la orilla mirándonos y su cuerpo se evaporizo, junto con el agua del lago dejándolo completamente seco, el cielo se comenzó a llenar de nubes las cuales dejaron caer una extraña lluvia seca, el agua que caía no nos mojaba simplemente caía y desaparecía al contacto con cualquier objeto, y tras varios minutos todo el entorno cambio bruscamente… De ser un gran bosque lleno de magia y vida, ahora solo era un montón de troncos muertos.
Editado: 12.05.2022