Al acercarnos a aquella figura, nos percatamos de que no solo tenía la figura exacta Ryu, sino que además… Era Ryu. Khana al mirarlo comenzó a aullar hacia el cielo de una forma que me partía el corazón solo de escucharla. Se sentó al lado de aquel pedazo de roca y continúo aullando algunos segundos más. Yo sólo me quede ahí pasmado, mirando como a lo lejos una figura se movía de forma complicada, y aunque la distancia no era exagerada, me era poco difícil discernir exactamente sobre que era. Tras varios minutos más, Khana termino de aullar y al regresar la mirada hacia ella, algo había cambiado. De sus ojos salían pequeñas lágrimas de color rosa, las cuales al momento de separarse de sus ojos se evaporaban.
- ¿Estás bien? – Pregunté. – Es evidente que el vínculo que tenías con Ryu era bastante alto… Pues definitivamente ustedes dos podían comunicarse, y estoy seguro de que verlo en ese estado te parte el corazón. Pero no creo que esto sea suficiente para detenerlo, ¡Es Ryu a fin de cuentas!
Estaba intentando por cualquier medio darle al menos un poco de ánimos a Khana, pero me tuve que tragar mis propias palabras, pues segundos después de haber terminado de hablar con ella sobre eso, aquella piedra comenzó a derretirse lentamente. En el suelo un charco que no emanaba vapor se quedó estático. De pronto este charco comenzó a moverse, como si tuviera vida propia, y se acercó hacia donde se encontraba Khana, impregnándose en su piel y siendo absorbido por ella. Al momento de hacerlo, Khana no parecía estar sufriendo o impactada por el hecho, simplemente se quedó estática mirando con sus ojos hacia todos lados y parecía que estaba esperando a que algo más sucediera, aunque de alguna forma, ni ella misma sabía que podría llegar a ser eso (algo muy sensato, pues es un suceso que nadie podría adivinar). El agua concluyó de ser absorbida por la piel de Khana, y fue aquí cuando todo comenzó.
Khana volvió a aullar nuevamente, pero ahora lo hacía de una forma mucho más nítida, su voz se tornó un poco más femenina; y me refiero a que verdaderamente daba la impresión de que una mujer joven estaba aullando intentando imitar el sonido de los lobos. Su pelaje comenzó a cambiar poco a poco y a adquirir tonalidades de grises de diferentes matices, y junto con esto, algo más cambio en ella, en sus patas donde tenía aquellas piezas de madera, específicamente en las patas traseras, aquellas comenzaron a disolverse y a formarse nuevamente, pero ahora hechas por completo de roca con algunas “venas” de color rojo como si estuvieran encendidas en llamas. Al terminar todo este espectáculo, Khana volteo a mirarme fijamente a los ojos y su hocico se movió.
- Los recuerdos de Ryu habitan mi mente. – Dijo con una hermosa voz. – Hola Loan, he querido hablarte desde hace mucho tiempo, pues considero que eres alguien realmente importante… - Khana volteo la mirada hacia donde aquella figura a lo lejos se movía y con un tono ahora entristecido, concluyo: – Solo que nunca quise lograrlo a costa de la muerte de Ryu… Me duele mucho haberlo perdido.
Khana ahora pasó a ignorarme un poco, pues en realidad ni siquiera esperó a que yo le respondiera y comenzó a caminar hacia donde aquella cosa, justo frente a nosotros continuaba moviéndose. Yo como pude, intenté caminar detrás de ella, y aunque el paso que llevaba era algo rápido pude mantenerme a su lado; solo que sin decir una sola palabra. No sabía que podía decirle.
Llegamos hacia donde la figura se movía y miramos a un dragón completamente cansado y echado en el suelo, moviéndose con demasiada dificultad, en su hocico se podían ver quemaduras realmente graves, las cuales aún poseían un poco de fuego negro que continuaban quemándole el hocico. Pero aun así, tuvo el descaro y la osadía de decirnos en la cara:
- ¡Jajaja!, Dudo mucho que incluso Ryu haya soportado algo como eso. – Su risa nos hacía enojar demasiado tanto a Khana como a mí. – Un estorbo menos, solo faltan dos.
Concluyó diciendo, mientras se intentaba levantar, sin tener éxito; pues era evidente que realizar ese ataque de fuego negro lo había dejado completamente agotado y sin básicamente nada de reservas de energía.
- No te odio. – Dijo Khana con una voz sollozante.
- ¿Acaso crees que eso me importa? – Respondió desafiante el dragón. – No tengo la más mínima idea de que especie seas, pero dudo que algo como tú pueda derrotar a un majestuoso dragón como yo, y espero que…
Todo fue demasiado rápido, solo parpadeé un segundo y de un momento a otro el dragón dejó de hablar, mi cara tenia humedad en las mejillas y una pequeña ráfaga de viento me soplaba en los brazos. Al mirar más detenidamente, noté como Khana ya no se encontraba en la misma posición y estaba completamente con la cara volteada hacia otro lado. En su hocico mantenía gran parte de la cabeza del dragón la cual había sido completamente arrancada de su lugar de origen y el dragón ahora permanecía callado… En ese momento, mi cerebro no pudo procesar adecuadamente la imagen hasta que pasaron varios segundos y pude darme cuenta de ello. ¡Khana le ha arrancado la cabeza a esa criatura!
- Regresemos. – Dijo Khana de forma tranquila, y regresando su voz a un estado normal; sin una emoción dominante. – Mikhen y el pequeño nos esperan.
Al momento de decirlo, ella dio marcha atrás y emprendió camino hacia donde los demás nos aguardaban.
- Khana… - Pregunté. - ¿Qué fue todo eso? – Le cuestioné, sin poder mirarla a los ojos, aún y cuando ella seguía siendo la misma Khana.
- No lo sé. - Sus ojos me miraron unos segundos y después regresaron hacia el frente. – Creo que de alguna manera Ryu con su último aliento me entregó el resto de su fortaleza y con ello la capacidad del habla, pues recuerda que el también es de alguna forma un animal con capacidades humanas, entonces al mezclarse conmigo, me entrego algunas de sus capacidades. Pero junto con ello me regalo todos sus recuerdos, y entre ellos existe uno del cual deberías tener conocimiento.
- ¿Yo? – Pregunté, con mucha confusión. - ¿Por qué debería tener conocimiento sobre aquel recuerdo?
- Porque habla de ti. – Y luego rectifico: – Bueno, no necesariamente de ti, sino de tu arma, esa que mantienes a tu lado con una forma de cristal y a quien la maneja, que en este momento, pues eres tú.
Khana comenzó a contarme una historia que parece ser que la madre de Ryu le contó cuando era pequeño, sobre el gran Rey original y el primero en obtener el poder de todos los Henheas en uno solo; el mismo.
“Los Henheas son criaturas místicas, demasiado poderosas, poseedores de la magia original o primigenia. En sus poderes existe una muy irónica restricción y es que no pueden herir a ninguna criatura viva, aún y cuando su vida dependa de ello; y si tu pregunta es: ¿Entonces para qué poseen ese tipo de magia?, la respuesta es simple; los Henheas no habitan este mundo para otra cosa que no sea darle belleza y calidez al mundo mismo. Su magia es la más hermosa de todas; pues a pesar de todo su poderío, jamás podrían usarlo para lastimar, sino al contrario. Los Henheas son los creadores de lo más bello del mundo y ellos ni siquiera lo saben.
Pero como todo en el mundo, cualquier cosa que sea buena puede ser utilizada para el mal. Existe en el mundo un tipo de arma especial que se caracteriza por no tener un contenido, se le llama Esaraque. Este tipo de arma no puede ser empuñada por nadie a quien no le sea otorgada, y no solo eso, sino que una vez que se le otorgue a alguien, este tendrá capacidad de atar el poder de los Henheas en ella y si logra atar el poder de todos ellos… El mundo será sumido en su dominio total.
Te cuento esto hijo mío, porque sé que eres bueno y quisiera que busques esa arma y la destruyas. Los Henheas son criaturas dóciles y bondadosas, y no quiero que el mundo se quede sin ellas justo como ya sucedió una vez. Por favor hijo mío, destruye esas armas; búscalas y rómpelas.”
Editado: 12.05.2022