Khana

Capítulo Final: Almas Sagradas

El final de esta aventura está cada vez más cerca de lo que parece; al mirar el mapa ya tenía una dirección hacia dónde dirigirme y no había duda alguna, el sitio donde la otra espada se encuentra es “Ol-hon” Cualquiera pensaría que al momento de sepultar a un rey, todas las cosas que alguna vez le pertenecieron se van junto con él, sin embargo parece ser que a petición propia de él, el mismo rey ordeno que la espada Esaraque fuera escondida en Ol-hon.

¿Qué es Ol-hon?, seguramente es la pregunta que les da vueltas en la cabeza en este momento y la verdad es que no quisiera arruinar la sorpresa sino hasta que esté allí, el camino lamentablemente es demasiado largo, podría tomarme quizás un mes en llegar hasta allá y lo malo de esto es que también puede ser tiempo suficiente para que Mikhen logre su cometido y encuentre a todos los demás Henheas. Durante este tiempo me he estado preguntando sobre la posibilidad de convertirme en el próximo Rey supremo y aunque en un principio dije que no sería el caso, Que tal que, aquello que quiero lograr es justamente posible con el poder supremo de un Rey sin igual.

  • ¡No! – Grité al aire a la vez que me abofeteaba a mí mismo. - ¡No! – Repetí.

La razón de este grito y esta negativa eran evidentes. Soy humano, un humano con un poder que sobrepase su propio entendimiento no hace más que volverse loco, justo como sucedió con el anterior el cual según cuentas las leyendas no fue hasta el final que pudo darse cuenta de lo mal que estaba, el dolor que había causado, la angustia, agonía y sufrimiento de un mundo ya de por sí, demasiado lastimado. En este momento conforme voy pasando y caminando los alrededores no lo parece, pero basta ver un poblado o algún sitio para darse cuenta de que las cosas no están tan tranquilas como al menos yo, quisiera.

De pronto comencé a sentirme observado, perseguido… Gire mi cabeza en todas las direcciones en las que pude hacerlo y por más que intentaba ver algo, ninguna figura aparecía, el sentimiento fue haciéndose más y más persistente hasta que sin darme cuenta mi brazo tomo a Esaraque y defendió justo a mi espalda obligando a mi cuerpo girar bruscamente y lejos de toda percepción algo impacto a Esaraque rompiéndola nuevamente en muchos pedazos.

  • ¿Qué esta ahí? – Grite a la vez que subía mis brazos intentando defender mi rostro ya que como he dicho antes, no podía ver más que nada. - ¡Muéstrate!

Claro está que nada me respondió y en cambio comencé a escuchar como el viento soplaba por el sitio, algo que curiosamente no podía escuchar antes. Sin bajar la guardia di algunos pasos hacia atrás, abrí mi puño e incline mi palma hacia Esaraque logrando que esta se reconstruyera y flotara hacia mi mano para tomarla de nuevo y apenas hacerlo sentí como por uno de mis costados algo quería atacarme y nuevamente bloquee perfectamente y aquella cosa logrando nuevamente que Esaraque se rompiera.

  • ¿Qué te sucede? – Grite nuevamente sin recibir una sola respuesta y vi algo que parecía un patrón.

Pues cuando Esaraque se volvió a reconstruir otro instinto se hizo presente, aunque no parecía querer dañarme a mí, solo parecía no querer que esta arma se mantuviera, ya que mi cuerpo nunca sufrió un solo daño, solo la espada.

  • ¡Está bien! – Dije en voz alta pero algo más calmado. – No la reconstruiré más. ¿Qué eres?
  • Vete. – Dijo una voz femenina, que por el tono parecía ser de una avanzada edad.
  • Lo hare, pero antes dime. ¿Quién eres?
  • Eso no le importa al próximo rey supremo, ¿O sí? – Respondió con algo de sarcasmo la voz. – Esa arma solo trae miseria para quien la porta y aunque es curioso que no poseas la segunda, supongo que te diriges hacia ella dado el camino que llevas y por supuesto, ese mapa.
  • ¿Qué sabes de estas armas? – Pregunté dirigiéndome hacia todos lados, pues la voz se escuchaba alrededor de mí.
  • Lo sé todo y a la vez nada, mi antiguo amo poseía las dos  y me maldijo, ahora soy un ser inmortal e invisible y no importa que haga no puedo lograr que otros me vean, solo tú puedes sentir mi presencia tal parece, aunque debe ser por esa asquerosa arma que posees en tu mano y conciencia.
  • ¿Tu antiguo amo? – Le interrogué, aunque comenzaba a sospechar sobre la persona o cosa que se encontraba cerca de mí.
  • Si. – Dijo de una forma que me hizo sentir de una forma realmente mal, se notaba el dolor y sufrir de esta criatura. – Yo solía ser una de los sirvientes del antiguo Rey Supremo, como todos le comenzaron a llamar después de un tiempo, y justo al momento de morir… - En este momento su voz se quebró aún más. – Esa estúpida arma que tienes ahí, la clavo en mi pecho y entono unas oraciones que me es imposible recordar, rio de forma sarcástica y saco el arma de mi cuerpo, tras ello caí al suelo y después de un tiempo mis ojos comenzaron a percibir la luz, los abrí y el castillo donde vivía se encontraba completamente en ruinas, no había una sola persona ahí. Salí del castillo y me dirigí al pueblo más cercano y cada vez que hablaba con alguien solo huían gritando que un espíritu maligno los perseguía; fue entonces cuando me di cuenta que nadie podía verme. Después de ello mi mente simplemente se rompió e hice lo imposible para acabar con mi sufrimiento y en ese momento descubrí lo segundo que me haría sufrir por siempre: Yo soy inmortal.
  • Lo lamento. – Le comente, pues en realidad no sabía que decir.
  • No tienes que lamentar algo que no causaste. – Respondió la voz con melancolía en su tono. – Solo lamenta aquello que hiciste y evita aquello que harás. – Concluyo.

Después de eso el silencio se apodero de la zona, la voz ya no se oía más y el viento dejo de soplar; por curioso que parezca gracias a esta ligera charla con aquel ente inmortal, llegue a una conclusión sobre qué hacer una vez llegue a la sala de la espada: El Rey Supremo, debe renacer, debe haber un Rey Supremo que lleve al mundo a un futuro mejor y que arregle todo el mal que hizo el pasado, debe haberlo. Creo que después de todo Mikhen sabía que esto debía ser así…



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En el texto hay: criaturas magicas, lobo, magia

Editado: 12.05.2022

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