Khata

Capitulo 3

Capítulo 3

 

 

 

 

Las cosas se habían calmado un poco. El movimiento seguía de la mejor manera y el pueblo al parecer había superado la muerte de unos de los hombres más ricos de lugar. Claro que para sus familiares dolía internamente. Aunque lo demostraban de diferente manera.

Bárbara no había dejado tienda sin visitar desde que no se encontraba en el pueblo.

Acassia no comía y lloraba por largas horas hasta quedarse dormida. Sin embargo, tristemente su madre no lo notaba del todo.

 Khata había salido un par de veces de su habitación para darse cuenta que todo estaba tal cual antes y eso la molesto un poco a decir verdad, aunque eso precisamente era lo que se debía. Y Baran, pues, él, ha tomado las riendas de todo como su padre hubiera querido.

 

 

—Señor. —había dicho Julio entrando a su despacho mientras se quitaba el sombrero y lo pegaba a su pecho.

 

El hombre ya era mayor, tenía treinta años trabajando para su padre y era un hombre ejemplar. Sabía que su padre lo tenía como un hombre de confianza y ahora él también lo haría, nunca había tenido queja alguna como para no hacerlo.

 

—¿Pasó algo con el ganado? —le dijo de forma tranquila mientras lo invitaba a pasar con una mano.

 

Éste negó levemente con la cabeza ya que se encontraba sucio por el trabajo.

 

—Su prima Rosio está en la sala esperando por usted.

 

Baran frunció el entrecejo confundido. Su madre aún no llegaba y para ser sincero no le caía del todo bien esa chica. No tenía idea para que quería verlo.

 

—¿Te dijo que quería? —se levantó de su asiento caminando con pasos firmes seguido por Julio.

 

—No, señor. También quería hablarle de su hermana. —se detuvo de golpe la oírlo.

 

—¿Pasa algo con Acassia? —dijo realmente preocupado.

 

Julio negó con rapidez al notar la confusión del joven.

 

—Khata. —al decir el rostro de su ahora patrón de transformó por completo. Había olvidó que él odiaba que le dijeran eso, solo que pensó que ya lo había superado con la edad. Aparentemente no. —Nos preocupa que no ha comido nada, se puede enfermar si sigue así. Esa niña tiene las defensas muy baja y es peligroso.

 

Baran reflexionó en silencio mientras asentía en su dirección.

 

—No te preocupes Julio. —dijo a punto de entrar a la sala de visitas. —Yo me encargo de ella. —el hombre asintió un poco más calmado.

 

Como la querían, pensó Baran por un segundo.

 

Sentada con un vestido tan diminuto que sus largas piernas eran lo primero en notarse estaba Rosio. Con su rostro perfectamente maquillado y su cabello perfectamente arreglado. Al mirarlo su cara se transformó por completo y el dolor de único en ella para luego saltar a abrazarlo.

 

—Baran. —dijo sollozando. —Tenia tantas ganas de verte. —No supo en que momento pero la tenía colgada en su cuello mientras repetía cosas incoherentes una y otra vez. —Tranquilo yo estaré contigo en todo momento..

 

—Disculpen. —la voz de Khata resonó de manera cortante haciendo que Baran empujara levemente a Rosio con nerviosismo.

 

Eso había sido muy raro. Demasiado ha decir verdad.

 

—Khatita, estás aquí. —Rosio habló separándose un poco de Baran para mirarla.

 

—No interrumpes nada. —dijo él a su vez. —Rosio nos vino a visitar.

 

De pronto la mirada de la recién nombrada se posó con rapidez sobre él al oír lo que decía. Khata por su parte no se movía de su sitio con una expresión difícil de describir.

 

Baran se acercó a ella.

 

—Me dijeron que nos has querido comer. —dijo un poco bajo pero no lo demasiado para que Rosio escuchará.

 

Khata resopló, sin saber muy bien el porque estaba tan molesta.

 

—Venia a decirte que volveré a la escuela hoy.

 

Estaba en su último año y lo menos que quería era reprobar mucho le costaba pasar las notas en la línea como para luchar más con ello.

 

—No has respondido mi pregunta. —dijo mirándola a los ojos fijamente.

 

Rosio la cual estaba siendo ignorada de gran manera aprovechó el momento para hablar de golpe.

 

—Tú hermano se preocupa por ti, respóndele.

 

El rostro de Baran se había dirigido a Rosio con una expresión para nada amable sin embargo el grito de Khata lo había dejado totalmente aturdido.

 

—¡No es mi hermano! —respondió para luego salir de la sala con pasos apresurados y sin ninguna educación.

 

Él sólo se le quedó observando por unos segundos hasta verla desaparecer mientras que una Rosio claramente molesta cruzaba los brazos en medio de la habitación.

 

—Está un poco rebelde la niña. —dijo tratando de llamar su atención. Sin embargo, éste trataba de procesar lo que acababa de ocurrir. Khata había reaccionado de forma muy extraña y no sabía porque le había gustaba. Mucho en realidad. —¿No crees?

 

Baran la miró de pronto volviendo a realidad.

 

—¿Qué dices? —dijo parpadeando un par de veces.

 

Rosio colocó una de sus manos en su brazo con sensualidad.

 

—Acaba de perder a su padre es lógico que esté así. —dijo lentamente con sus labios rojos fuego.

 

Baran negó alejándose de su tacto.

 

—Te agradezco mucho que hayas venido, Rosio. —dijo volviendo a su porte. —Pero será mejor que te vayas. Mi madre no ha llegado aún de su viaje. Te llamará seguro cuando vuelva.

 

El rostro de la muchacha se descompuso un poco, pero rápidamente colocó una sonrisa en el.

 

—Claro. Ella me llamará. —se acercó y con delicadeza dejó un beso rápido en la mejilla de Baran. Éste se sorprendió más no le dijo nada al respecto. —Estoy aquí si me necesitas, Baran. Toda para ti.

 

 

 

 

 

(…)




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