Kicho- Ahora que estás aquí, sí. Es lo que necesito. Sé que estás preocupada por mí, pero necesitaba comprobar algo primero...
MC- ¿Algo que había en mis labios?
Kicho- Debería sentirme aliviado de que lo hayas olvidado. Te hice pasar por mucho dolor durante todo eso.
MC- Oh. Te refieres a mi enfermedad...
(Todas esas veces en que parecía que iba a desaparecer gracias a los cambios en la línea temporal. Todos los síntomas habían desaparecido, así que... sí, realmente había empezado a olvidarlo.)
Kicho- Ahora lo recuerdas.
MC- Sí. Pero sabes, después de que tomaste la decisión de luchar con nosotros para detenerlo, no me sentí enferma ni una sola vez después de eso. Y ahora, los disturbios han cesado y la distribución de armas ha terminado. Se han causado daños. Pero así como Motonari y Kennyo están empezando a, bueno, sanar, los demás también lo harán. Lo sé porque estoy viva. Eso es producto de que todos estén dispuestos a seguir adelante.
Kicho- ...Ya veo.
Se relajó al oír eso, acariciando mi cabello. Había una diferencia entre que te acaricien el cabello y que lo haga la persona que amas. Una diferencia muy agradable.
(¡Estoy tan feliz ahora mismo! ...Bueno, podría estar un POCO más feliz.)
Kicho- Me estás mirando por algo. ¿Hay algo más que quisieras?
MC- ¿E-eh? ¿N-no?
Kicho- ¿Por qué no puedo creerte? Sabes, MC, me he dado cuenta de que piensas demasiado. Y luego te avergüenzas de tus propios pensamientos y reprimes tus deseos.
Peinó un mechón de cabello y dejó que sus dedos se deslizaran hacia abajo, y más abajo. Por mi cuello. Siguiendo las curvas hasta mi rostro y desde ahí, mis labios.
MC- ...Yo... no puedo negarlo.
Kicho- Me encanta que siempre estés pensando. Pero nunca necesitas reprimir tus deseos cuando estás conmigo. Escucharé todo lo que tengas que decir. Y nada de lo que digas podría decepcionarme.
MC- Dices eso, pero...
Kicho- Si tienes problemas para confiar en mí, déjame demostrártelo.
Besó la curva de mi oreja, con los labios entreabiertos para que pudiera sentir su aliento. Después de varios de esos besos, Kicho mordisqueó suavemente mi lóbulo.
MC- Mm... Ki... Kicho...
Por ligero que fuera el estímulo, Kicho tenía un increíble sentido del ritmo, construyendo placer sobre placer. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo mientras hundía los dedos en sus mangas. La risa que siguió fue una suave y melodiosa carcajada.
Kicho- Me estabas mirando como si quisieras esto de mí, ¿verdad?
MC- Ah...
Kicho- No tenías que decirlo. Lo sabía. Y me hizo feliz. Feliz de saberlo y feliz de dártelo.
MC- Tienes... razón...
Susurró dulcemente directo en mi oído. Oh, cómo se me aceleró el corazón.
Kicho- ¿Esto prueba que no necesitas preocuparte?
MC- Sí. Al menos en lo que respecta a esto.
Kicho- Ah. Bueno entonces—
Me dejó con un último beso en la oreja y se alejó. Con sus brazos aún descansando bajos alrededor de mi cintura, me miró con una mirada apreciativa.
Kicho- Debería seguir hasta que sepas que puedes confiarme todo.
MC- Pero...
Kicho- Por mi parte, aunque escuché que dijiste que estabas a salvo, no estoy completamente satisfecho. Necesito sentir que estás aquí para mí.
(Las cosas físicas son una buena forma de lograr eso. Pellizcarme las mejillas no es una opción, porque Kicho es tan dulcemente protector.)
MC- Tenemos opciones para eso.
Kicho- Me gustaría explorar todas ellas. Quiero abrazarte. Y besarte. Y sentir tu corazón latir y el calor de tu cuerpo. Quiero todo eso hasta que ambos estemos satisfechos.
MC- Entonces empecemos...
Kicho sonrió con satisfacción. Sus labios estaban sobre los míos, sus grandes manos se amoldaban a mis caderas.
MC- P...phew...
Su lengua me dejó temblando. ¿Y combinada con la forma en que sus dedos me tocaban? Mi corazón latía con fuerza. Podía ver cómo subía y bajaba mi pecho mientras Kicho bajaba la parte superior de mi kimono.
Kicho- ...Has recibido algunas heridas.
MC- Rasguños. Nada como los tuyos.
Kicho- No puedo verlas de esa manera. No quiero que nada te haga daño.
MC- Kicho...
Tomé su mano y la coloqué sobre mi pecho. Uno de los cortes palpitó al ser tocado, pero el dolor disminuyó rápidamente, expuesto al calor de su mano.
MC- ¿Y si dijera que no dolía? Especialmente cuando los tocas con tanta delicadeza.
(Elijo ver cada herida que recibo como prueba de que sigo viva.)
Kicho- Entiendo... Entonces aceptaré eso. Al menos por ahora.
MC- Oooh...
Él apartó los dedos del corte y lo lamió con la lengua. Sentí una nueva punzada de dolor, pero la emoción fue aún mayor.
MC- ...¡Mnn...!
Murmuré un sonido largo y agudo de placer.
(Gah, él solo... me hace querer ronronear.)
En mi mente, se sentía extraño excitarme por esto, pero maldita sea, Kicho tenía una manera de hacerme sentir tan bien, sin importar lo que hiciera.
KICHO- ¿MC?
MC- Yo... espero que eso no haya sido... ¿vergonzoso?
KICHO- ¿Es eso lo que te preocupa?
MC- ¡...Aah!
Él deslizó su lengua hacia abajo, sus dientes rodeando mi pezón. Mientras tanto, sus dedos seguían jugando conmigo. Suspiraba, temblaba y hacía muchos sonidos... todos los cuales él parecía disfrutar con deleite.