Kiki De Aries

Capitulo 1 (Cumpleaños De Un Corderito)

Mis pasos siguen siendo igual pequeños…

Este recorrido lo he estado haciendo varias veces, aunque… Preferiría no hacerlo…

Trato de continuar, porque no me permitiré jamás olvidarlo.

En Jamir, aquella torre se ha vuelto mucho más fría de lo que pudiera recodar.

Es tan solitaria, que a veces me da miedo.

Entre mis brazos llevo una pequeña ofrenda… Las flores que más le gustaban, las de Qinghai…

Siempre florecen en esta época, cerca de nuestros cumpleaños…

Apenas si diviso aquel campo, destinado al descanso de los caballeros caídos.

Mis lágrimas brotan, bajando mi mirada es como me conduzco hasta donde debo llegar.

No puedo retenerlas, y a la vez ya no quiero hacerlo.

Desearía verlo solo una vez más, y no solo contemplar una tumba vacía… Que representa su memoria.

De pie entre el pasto, delante de su nombre tallado en esa piedra.

-Ma…Maestro…- Susurro el cómo lo llamaba… Es difícil, demasiado para mí.

No quiero derrumbarme ante él, pero… Mis piernas tiemblan, al igual que mis brazos, siento que las flores se me caerán, cuando no deben hacerlo.

Usted me enseño a rendir honor a quienes se han ido.

No puedo faltarle al respeto de esta forma.

-Hola… Maestro Mu- Sonrió como puedo, cierro mis ojos dejando caer mis tibias lágrimas sobre las delicadas flores de tonos lilas como sus cabellos que ya nunca veré.

Me inclino con cuidado delante, y quedo de rodillas, para depositarlas al pie de aquella piedra, no puedo contenerme al llorar, y me ha dicho que no lo haga.

El que alguien llore no le resta fuerza, ni valor.

Siempre recordare cada palabra que me ha dicho, pues son tan valiosas para mí.

Mis pequeñas manos, van directamente hacia su nombre, tocando con cuidado.

-He mantenido la torre limpia… Y en orden… Como a usted le gusta- Muestro mi sonrisa, con tanta pena, pero siempre me decía que si yo reía usted era tan feliz.

Solo por usted maestro Mu lo hago, aunque mi corazón no desee hacerlo.

-Y me alimento bien- Bajando mí mirada algo sonrojado –A veces como algunos dulces… Pero es después de comer- Digo esto… Pues en ocasiones lo desobedecía, trato de no hacerlo nunca más.

-Esperó que no se enojó… Pero… Ahora tengo que ayudar…- Abro mis ojos, mirando tan preocupado porque de verdad mi maestro se enfadé, donde quiera que este –Al ser el único Lemuriano... Y tener sus enseñanzas… Debo reparar las armaduras y…-

Duele tanto… Me duele… Siento tanta tristeza en mi corazón.

Mis manos tiemblan, mis lágrimas caen de nuevo.

-Creo que lo hago bien… Pero… No se cerca a lo que usted hacia…- Me estoy obligando de nuevo a sonreír –Su concentración siempre me asombró… Como trabajaba… Yo… Yo…-

Mi voz está temblando, este sentimiento duele tanto, no lo puedo evitar.

Puede estar el sol, pero mi corazón está inundado de tormentas, me lastima tanto que no este.

-Maestro Mu… ¡¡¡LO EXTRAÑO TANTO!!!- Rompo en llanto, no me puedo contener más, de verdad desearía que estuviera de nuevo conmigo.

-Es el primero… Que pasare sin usted…- El día que me encontró, me cuido… Y sé que me amo mucho…

-Debí siempre ser una molestia para usted… Era más pequeño de los de bronce y aun así…- ¿Porque mi maestro fue tan bueno conmigo?

-Me acepto, quiso cuidarme… Bueno… Eso me gustaría pensar…- No sé qué digo, solo dejo que mis palabras salgan sin mucho sentido y sin llevar un hilo de la conversación.

Solo quiero dejar salir lo que mi corazón ha callado.

-Trabajo muy duro por mí… No solo… Atendiendo su deber…- Niego con mi cabeza –Ahora que se por completó la verdad, todo lo que usted padeció… Aun así, cuido de mí y me protegió… Me alimento… Y sé que me amo-

Trato de limpiar mis lágrimas con mi antebrazo pero… No se contienen ni un solo instante.

-Soy una vergüenza… Usted soporto la pérdida de su maestro… Tuvo que… Irse… Del santuario… Solo… Y yo…- Mirando fijamente hacia aquella tumba que aún me niego a creer que este allí su memoria. –Soy incapaz de seguir sin usted…-

Alzo mis puños y los dejo caer en el suelo, tan furioso ahora… Porque siento tanta impotencia, solo soy una carga que mi maestro debió soportar.

-¡¡¡¿POR QUÉ?!!! ¡¡¡¿POR QUÉ NO ME DEJO QUEDARME A SU LADO?!!!- Mis sentimientos van usualmente de la tristeza al enojo y regresan nuevamente, no comprendo por qué…

-¡¡¡HUBIERA PREFERIDO MORIR A SU LADO, DEFENDIENDO Y PROTEGIENDO A ATENA!!!-

-¡¡¡¿TAN DÉBIL ME CREÍA?!!!- Fruncir mi ceño contra usted… No es correcto, pero… Son preguntas que no tienen respuesta, jamás la tendrán.

-No aguanto, no soporto otro minuto…- Sujeto el pasto verde, para arrancarlo por mi propio dolor.

Me enseño a respetar la naturaleza, pero… No encuentro forma de sacar este sentir.

-No soporto otro día sin usted conmigo… Quisiera… Nunca haberme ido… Quedarme con usted…- Llevando su bufanda alrededor de mi cuello, es el único recuerdo que logre quedarme… Limpio mis lágrimas en esta tela, como si fuera su mano que lo hacia cuando yo temía.

-La alegría que conocía de por vida… Se me fue arrebatada cuando usted murió…- Me aferro de nuevo a su bufanda, inclinándome al frente, para llorar, es lo único que atino hacer…

-Tenerlo en mi vida era todo lo que deseaba…- En mi interior, maldigo esta maldita guerra, que me arrebató todo lo que yo amaba.

-Ahora… Sin usted mi alma siempre estará en pena- Estiro mi mano para alcanzar aquellas flores y tocar esos pétalos –Si me hubiera permitido estar a su lado… Tal vez no haber hecho la diferencia, pero… Si hubiera muerto… Al menos estaría con usted ahora y no… Aquí… Solo…-

No importa que el clima sea cálido, o esta suave brisa golpee mis cabellos, no logro sentir nada… Ni quiero sentir nada más…

-Solo… Quisiera volver a abrazarlo… Escuchar su voz… Hablándome, regañándome… Diciéndome cualquier cosa…- Llorare todo lo que quiera, se supone que en este día, puedo hacer lo que se me plazca, solo deseo llorar –Su mirada, su sonrisa… Todo de usted extraño…-




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.