Kilómetros Por Ti

III

 

Confundido en exceso, corrí hacia el aeropuerto,

Donde compré un boleto, sin tener nada claro.

Pensaba solamente que el autor de este entuerto,

Definitivamente lo iba a pagar muy caro.

“Te rescataré, mi amor, aunque me quede tuerto

Y ocasione destrozos que no tengan reparo.

No importa si hay peligro de que termine muerto,

Es mi deber cuidarte y ofrecerte mi amparo".

 

El destino escogido de mi viaje fue París,

Y el vuelo despegaba en poco menos de una hora.

No registré equipaje, pues no cargaba un veliz.

Solo yo, mi celular, también mi cantimplora.

De repente, me irritó un pesado olor a barniz,

Puesto en las uñas de una misteriosa señora,

Quien se sentó a mi lado, simulando estar feliz;

Rato después, solo eso mi mente rememora.

 

El avión aterrizó en la capital francesa.

Corazonada firme me lleva a su ubicación.

Multitud alrededor de la torre Eiffel reza

Por la rehén que un hombre tiene arriba en sumisión.

Discretamente escalo por darle la sorpresa

Y abatir al criminal para mandarlo a prisión.

Mi amada, agradecida, mucho me abraza y besa.

No obstante, todo acabó siendo solo una ilusión.

 

Me tumbó el disolvente y el sueño insuficiente,

Hasta que un caballero, que dormido me pilla,

Me sacudió del hombro, demasiado impaciente,

Pues mi cuerpo yacía sobre más de una silla.

Deprisa hallé a una empleada, quien me guió cordialmente

A mi asiento asignado, junto a una ventanilla,

Y a varios pies de altitud oigo una broma hiriente:

"Bienvenidos al vuelo con destino a Sevilla".



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En el texto hay: viajes, poesia, romanticismo

Editado: 13.02.2023

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