Envenenar, secuestrar y fingir un secuestro,
Burlando a la ley, solo lo hace un genio en el arte.
Parece barbaridad lo dócil que me muestro,
Mas prueba es de cómo ella me hace volar a Marte.
Y a solas reconoce el amor que le demuestro.
"Tan solo en la relación estoy dando mi parte,
Pero si se estimara como un crimen lo nuestro,
Pues que el juez me declare culpable por amarte".
Acepté su invitación de irnos de vacaciones,
Juntos a La Ville Lumière, su ciudad preferida,
Pero en lo particular, no le encontré atracciones,
La magia está en quien hace tu estancia divertida.
Visitamos en una de nuestras excursiones
La inmensa torre Eiffel, a mis sueños parecida.
Un déjà vu me asalta, pues en mis distracciones,
Diviso a una mujer que se me hizo conocida.
La misma que intercambió su pase por el mío
Y que, sin su intervención, yo hubiera fracasado.
Producto de su astucia, me previno de un lío,
Pero no es casualidad, eso es algo inventado.
Existe un plan maestro, que es en lo que confío,
Un plan divino y grande nos ha beneficiado.
Motivo de gratitud, que emana como un río,
A Aquel único digno, que todo me lo ha dado.
La luz de las estrellas, acompañaba a la paz
De nuestros corazones, por amor promovida.
Y en ese lindo instante, de incomparable solaz,
Osé manifestarle, con mi alma convencida:
"Contigo estoy dispuesto a no mirar atrás jamás,
Y unidos permanecer hasta que Dios decida.
Nuestro amor en suma irá, cada día más y más.
Junto a ti anhelo gozar de una espléndida vida".