Kimi ni aitakute

Capítulo III Camino a casa

Sakura  estaba sentada en la silla que le había indicado la estilista, mientras ésta se preparaba para cortar su cabello. Después de clases había decidido ir a la peluquería para que le arreglaran el nefasto corte que Sasori le había realizado. Se sentía decaída y con ganas de llorar pero no podía hacerlo, ya nada podía ser peor que ver a tu mejor amigo de la infancia y sentir que te odiaba con ganas. Durante mucho tiempo, ella lo había extrañado, incluso siempre que visitaba a Chiyo-obasama le preguntaba  si tenía noticias sobre él, aunque ella le diera siempre la misma negativa.

 

Y ahora Sasori estaba ahí, en la misma ciudad que ella, viviendo a una calle de su casa pero él no la recordaba. La persona con la que estaba en la escuela y el niño de sus recuerdos, eran tan distintos como el día y la noche. Aunque compartían el mismo nombre, este nuevo Sasori, era frío y cruel; definitivamente no le gustaba esa faceta suya, pero qué más podía hacer, tal vez ese cambio de personalidad se debiera al accidente que había sufrido pero en el interior Sakura sabía que ese cambio había empezado mucho antes, cuando él había huido de su casa.

 

—Señorita, hey señorita— la llamó una hermosa joven de ojos anaranjados y cabello azul claro, en la parte alta de su cabeza lucía un hermoso prendedor de flor del mismo color de su cabello.

 

— ¿Eh?—pronunció Sakura que estaba distraída.

 

—Le digo que ya puede pasar a que le lave el cabello, pase por aquí por favor— le señaló la estilista, un asiento que estaba incrustado en el piso enfrente de un lavabo.

 

—Ah sí, lo siento— se disculpó Sakura y se dirigió hacia el asiento, donde se recargó para que le lavaran su cabello.

 

Cuando la estilista abrió la llave del lavabo, Sakura encontró relajante el calor que le brindaba el agua tibia y el masaje que recibía mientras le aseaban su cabello.

 

— ¿Se siente bien, cierto?— preguntó la estilista sin dejar de hacer su trabajo. —Después de un mal día no hay nada mejor para alegrar a una chica que arreglar su cabello—

 

—Sí, tiene razón, esto se siente muy bien— dijo Sakura con una sonrisa.

 

—Aunque es una lástima el desastre que te hicieron aquí, pero con el nuevo corte que te haré, te verás muy hermosa. Ven vamos por aquí— terminó de secar su cabello con una toalla y la acompañó de nuevo al asiento donde Sakura había estado aguardando y en el que pudo  observar su reflejo en el espejo que estaba colgado en la pared.

 

—Mi nombre es Konan, por cierto—dijo la estilista mientras empezó a cepillar su cabello para comenzar a cortar. — ¿Tú cómo te llamas?—preguntó.

 

—Sakura— contestó la chica  con actitud tímida.

 

—Es un lindo nombre, bueno, Sakura hagamos que florezcas como un cerezo— y dicho esto comenzó a cortar su cabello— Te aseguró que cuando termine hasta un novio nuevo te echarás.

 

Sakura no pudo evitar sonrojarse por las palabras de Konan, le hacía sentir que la pérdida de su cabello era una gran oportunidad para cambiar de imagen y eso le hizo olvidar un poco el mal día que había tenido en la escuela.

 

Cuando Konan terminó, Sakura sonrió al ver el buen trabajo que había realizado en su cabello.

 

—¿Te gusta?— preguntó la chica al ver que la joven giraba su cabeza para admirar su corte.

 

—Es muy lindo, gracias— contestó Sakura agradecida y feliz.

 

—Ah, pero falta el toque final—Konan metió la mano a su mandil donde extrajo un prendedor igual al suyo pero de color rosado, con cuidado lo prendió al cabello de Sakura y le sonrío. —Las chicas lindas no deben ir por ahí con una cara larga, así que anímate—.

 

Sakura asintió y al salir de la peluquería se sintió una persona nueva. Caminó de regreso a su casa, cuando recordó que no había nada en el refrigerador que pudiera preparar en poco tiempo, así que decidió pasar a la pequeña tienda de autoservicio para comprar una bebida y una comida precocinada.  Rápidamente realizó su compra  y al salir de la tienda casi tira su bolsa al ver que Sasori estaba en la entrada y la veía con sorpresa. Sakura sintió nervios pero se infundió valor y pasó a su lado sin prestarle atención.

 

—Oye— Sasori le llamó pero Sakura continuó caminando como si no lo hubiera escuchado.

 

—Oye, qué no me escuchas. Detente— volvió a llamarle pero la pelirrosa lo ignoró nuevamente.

 

—Qué te esperes te digo— Esta vez él la detuvo tomándola del hombro y para su sorpresa Sakura con una fuerza y habilidad no mostrada, lo agarró con fuerza y le aplicó un backdrop suplex que lo lanzó hacia atrás.

 

—Escucha— dijo ella con actitud seria— No quiero nada que ver contigo, me ha quedado claro que no eres el Sasori que recuerdo. De ahora en adelante si intentas pasarte de listo conmigo te enfrentaré ¡Te quedó claro!— le gritó y sin mediar palabra se alejó de él. Sasori nuevamente estaba en el piso, solo con sus pensamientos.

 

Cuando Sakura llegó a su casa, ya casi había anochecido, prendió las luces de la sala y notó que la contestadora tenía dos mensajes, uno era de sus padres que le avisaron que ya estaba hecho su depósito de ese mes y que esperaban que sus notas se mantuvieran tan altas como siempre. El segundo mensaje era de Ino, que estaba preocupada por lo que Sasori le había hecho a su cabello. Después de comer se comunicaría con ella más tarde, aunque ahora que lo pensaba, por qué Ino había dejado un mensaje en la contestadora y no en su celular. Metió la mano en su bolso para buscarlo pero no lo encontró, recordó que había checado la hora en la peluquería y luego no lo había vuelto a ver. Acaso lo había olvidado en la peluquería, estaba a punto de volver a salir de su casa cuando alguien tocó el timbre.



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En el texto hay: naruto, sasori, sakuraharuno

Editado: 15.08.2021

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