Ada
No sé cuánto tiempo llevo viendo hacia la ventana, pero siento que ha sido una eternidad. No he podido conciliar el sueño, me siento muy mal. He llorado por horas y aun no me puedo quitar este sentimiento de mi pecho que se me va en suspiros profundos y dolorosos. Mi celular está sobre la mesa de noche, muy cerquita de mí, pero no quiero verlo porque sé que no voy a encontrar nada, ni un mensaje ni llamada perdida de Jackson diciendo que ha recapacitado. Y yo tengo tanto miedo de buscarlo porque sé que me va a rechazar y no creo poder soportarlo, lo mejor es dejar que se calme y mañana intentar hablar con él, espero que llegue a tranquilizarse. Aunque este silencio me está matando poco a poco yo debo ser paciente y confiar en que lo que hemos vivido juntos será mucho más fuerte que las mentiras de Evan, ya quisiera él poder pasar una noche conmigo, seguramente es lo que anhela todas las noches. Pero yo no y eso nunca pasará.
Decido por fin agarrar mi celular, pongo mi dedo pulgar sobre el lector de huella y se desbloquea para mostrarme mi foto de fondo con Jackson, fue una foto que tomé en el cumpleaños de Jeff: su padre. Fue un buen día, creo que el mejor que hemos tenido como pareja, no quiero hacerme a la idea de perderlo, no quiero aceptarlo. Pero todo ese dolor que tengo comienza a hacerse pequeño cuando alguien toca la puerta y mis esperanzas se ponen en alto, me quito las cobijas de encima y me levanto de la cama. Abro sin pensarlo y me llevo una grandísima decepción al ver que quien está detrás de la puerta es Evan y no Jackson. Tiene una maldita sonrisa que odio y recarga el hombro sobre la madera de la puerta.
—¿Qué quieres? —pregunto de mal humor.
—No me trates así, he tocado en todas las puertas de todos los dormitorios intentando encontrar el tuyo.
Está borracho, arrastra las palabras y su cuerpo se mueve de un lado a otro como si ya no tuviera control de él mismo.
—¿Para qué? Yo no quiero verte después de lo que hiciste.
Manotea y empieza a reírse, yo no voy a aguantar esto. Voy a cerrarle la puerta en la cara, pero pone su mano en medio y por fuerza me gana y entra.
—Tú te metiste conmigo primero.
—Déjalo pasar, pero por favor guarden silencio —dice Bethany desde su cama.
Se cubre la cara con la sabana y se envuelve.
—¿Entonces es un juego de joda?
—Yo no quiero que sea así.
Me pone tan nerviosa cuando me agarra de la cintura y camina conmigo hacia la cama, la siento detrás de mis piernas y me dejo caer, él lo hace encima de mí y sube lentamente sus manos hasta llegar a mi cara.
—¿Entonces qué quieres? —jadeo.
Desvía sus labios hacia mi mejilla y cierro los ojos, por más que quiero quitármelo de encima no puedo porque cuando va recorriendo mi piel con su boca y al sentir su aliento cobijar mi oído me hace tener una sensación que, no quiero aceptarlo, pero es maravillosa. Abro las piernas y las pongo alrededor de su cintura.
—Quiero que cooperes conmigo, Ada.
Mete la lengua en mi oído y arqueo la espalda, luego la saca y la comienza a pasar por mi cuello dejándome húmeda la piel. No sé qué me está pasando, debería levantarme de esta cama y correrlo de aquí, tendría que estar poniendo resistencia a sus caricias. Se supone que me odia y yo a él, esto no tendría que estar pasando, pero no puedo, y quizá ni quiero hacer que pare.
—Detesto a los borrachos.
—¿Por qué? ¿Porque somos sinceros?
—No, porque hacen lo que no se atreven cuando están sobrios.
Siento su sonrisa en mi piel, pero no me da la cara, sigue besándome y a mí nada me puede quitar de la cabeza que esto lo quería hacer desde el primer momento en que me tuvo cerca pero su prepotencia y su maldito egocentrismo no iban a permitir aceptarlo. Pero este hombre, independientemente de lo borracho que está, me desea. Me estoy obligando a no sentir nada en absoluto, solo quiero poner mi mente en blanco y olvidar todo lo que me tortura. Aunque mi principal tortura se encuentra encima de mi saboreando mi cuello, se siente tan bien que me da miedo, quiero creer que esto solo está pasando porque está borracho y mañana por la mañana vamos a seguir odiándonos como el principio. Pero a pesar de que mi cuerpo no quiere que se detenga, él poco a poco va dejando de moverse y de besarme.
Yo abro los ojos y siento un mareo que cruza por mi cabeza y se va.
—Evan ¿estás bien? —pregunto.
Lo muevo con mi rodilla y el cabrón empieza a roncar. ¡Se quedó dormido! Lo empujo y cae a lado mío, pongo los ojos en blanco y abandono la cama para encender la luz. Esto solo me puede pasar a mí.
—Te dejaron con las ganas —canturrea Bethany.
—Cállate, estúpida. Ayúdame a acomodarlo.
Claro que me ayuda, es mi mejor amiga y no me dejaría sola en esto. Yo le quito los zapatos y ella el pantalón.
—Te lo dejo así para que puedas terminar lo que empezaron.
—No es lo que piensas, no estábamos haciendo nada.
—Claro, y Taylor Swift y Katy Perry no se odian. Lo escuché todo, Ada. No quieras verme la cara, además el chico es muy guapo y si Jackson te mandó a volar...
—Jackson y yo vamos a regresar —la interrumpo—, y ya vamos a dormir.
A pesar de la confianza que hay entre nosotras no quiero que hablemos sobre la tontería que hubiera cometido si Evan no se hubiera quedado dormido. Quizá hubiera sucumbido a sus malditos encantos, maldita sea, pero es que me pareció tan adorable borracho... ¡basta! Es una estupidez. Beth corre a su cama y se mete en ella.
—Yo me quedo aquí y tú con tu querubín. Anda, anda.
—Bethany si me haces esto te juro que nuestra amistad se termina.
Estoy hablando en serio, yo no voy a dormir a lado de Evan y si ella me obliga a hacerlo juro por mi vida que le dejo de hablar para siempre.
—Buenas noches.
Ah, así sin más, no le importó que la acabo de amenazar. Se cobija toda y se voltea, yo veo a Evan y hago berrinche. No quiero dormir con él, será muy incómodo. Además, ronca demasiado y ya antes de que él llegara no podía dormir ahora menos lo haré. Pero no me queda otro remedio que acostarme a su lado, ya está en mi cama invadiendo mi espacio y no puedo echarlo y que alguien lo encuentre en el estado en el que está, ya comprendí que haga lo que haga él va a seguir así. Dios mío, es lunes y él ya está borracho.