Capítulo 14
Ada
Me siento tan rara vestida de cuero, aunque siempre tuve el deseo de estar en la piel de canario negro tan solo por una vez. Evan acertó al elegir nuestros disfraces para la fiesta. No lo veo muy entusiasmado con la idea de tener una fiesta de cumpleaños, pero yo estoy muy emocionada por él. El resto del día nos preparamos para la fiesta, en casa se encargaron del maquillaje y cabello de algunos miembros de la familia, por fortuna solo utilizaré una peluca y antifaz así que no hay mucho qué hacerme.
Estoy contenta conmigo misma al verme al espejo, después busco el antifaz en uno de los cajones del buró, pero doy un salto y me hago hacia atrás. Hay muchas armas en este cajón y las miro con horror tomando mi distancia ¿para qué quiere Evan tantas pistolas? Hay de diferentes tamaños y sinceramente me asusta, mucho mas al pensarlo usando una y disparándole a alguien. La respiración se me va del cuerpo y tengo que sentarme para no perder el equilibrio.
—Estoy lista, este traje me encanta. Es mucho mejor que mi idea de disfrazarme de Taylor y Aron de Calvin en los Billboard 2015.
Lleva el traje de Speedy, le queda demasiado bien el rojo, pero no le hago ningún comentario hasta que cierro ese cajón, no quiero que se lleve un susto como yo. Doy un suspiro demasiado profundo y sonrío.
—Te ves preciosa.
—Tú también, pero quiero verte con tu antifaz y peluca ¿en dónde están?
Enfoca la vista en ese cajón y la agarro de los hombros, que no se le ocurra tocar ese lugar porque soy capaz de arrastrarla hacia afuera y largarnos de aquí. En verdad no quiero pensar mal de Evan después de todo lo que hemos pasado y después de que me ha demostrado que su cariño por mí es de verdad, pero todo esto me confunde.
—¿Qué te pasa? —pregunta ella.
—Nada, necesito estar sola un momento en lo que me termino de arreglar.
La saco del cuarto a empujones y enseguida entra Evan vestido de flecha verde, se ve tan guapo y quiero morir de amor, pero siempre debe haber algo, un pensamiento o sentimiento que me impide confiar en él completamente. Recorre con su mirada mi cuerpo de arriba hacia abajo y puedo ver su sonrisa debajo de ese antifaz y esa capucha verde.
—Te queda tan bien el cuero, te vez hermosa.
—A ti te sienta tan bien el verde.
Me agarra la mano y me da una vuelta, me sonrojo y sonrío sin muchas ganas. Evan de inmediato se da cuenta que algo me pasa, todo el día estuve emocionada y ahora tengo miedo, no sé si de él o lo que pueda hacerme. Viene a mi memoria cuando se enfadó tanto con Jackson que lo dejó prácticamente inconsciente en el suelo de la casa de Mónica. Después me dijo que ese era él en realidad. Durante todo este tiempo he conocido a Evan con tantos filtros que no sé cual es el verdadero, me cuesta tanto imaginármelo matando a alguien. Me aterra que eso algún día pase, o tal vez ya pasó.
Me agarra la barbilla y la levanta con sus dedos para verlo.
—¿Te pasa algo?
—Encontré armas en un cajón ¿por qué tienes eso?
Encoge sus hombros y luego los levanta.
—Porque son necesarias, uno nunca sabe que loco se puede encontrar en la calle —desvío la mirada, suena convincente pero no sé—, no tengas miedo. Casi no las uso.
Saca de la bolsa del pantalón mi antifaz y pongo mi cabello sobre el hombro para que me lo ponga. Espero poder estar tranquila el resto de la noche después de esto, si hubiera sabido que él lo tenía no hubiera husmeado en los cajones. Me pongo la peluca y salimos de la habitación, en el camino a la puerta principal nos encontramos con Aron que ya está completamente caracterizado como Arsenal. Bethany chilla que somos el equipo perfecto y nos hacemos algunas —muchas— fotos antes de irnos al lugar de la fiesta. Es un club y éste fue abierto exclusivamente para el cumpleaños de Evan, hay personas afuera que están formadas porque quieren entrar, pero hay una lista especifica de invitados y si no aparece el nombre de algún invitado tiene que dar la clave para poder pasar. Me siento como en una de esas fiestas exclusivas para famosos después de alguna entrega de premios. Los disfraces de los demás son increíbles, incluso hay alguien que está caracterizado completamente como Shrek y su pareja como Fiona, es maravilloso el empeño que le pusieron a sus disfraces. Pero nosotros somos los mejores, tomados de la mano como Flecha verde y Canario negro, él con su arco en la espalda y yo con mi arma en la mano. Sin duda nos llevamos las miradas de muchos.
Caminamos hacia una mesa y nos quedamos Bethany, Aron y yo porque Evan no para de recibir a sus invitados y le llueven felicitaciones. Aron pide una bebida muy típica de aquí llamada caipiriña, nunca en mi vida la había probado, pero me gusta su sabor. Bailamos un poco hasta que Evan regresa a mi lado, me levanta de mi lugar y me besa, se ve tan feliz. Frente a mí tengo a un hombre de cabello rizado y rojizo.
—Mi amor, él es Camilo: un gran amigo de la familia.
Me da la mano y un ligero apretón. Solo puedo verle los ojos y el cabello porque lleva un antifaz alrededor de los ojos, pero me sonríe y en este justo momento empieza la canción que bailamos en la fiesta de Mónica.
—Uy, esa yo la pedí —dice Evan.
Se disculpa con su amigo y nos movemos al centro de la pista, todos nos abren paso porque Evan es el anfitrión y todos quieren verlo esta noche. No sé como moverme, mis piernas están temblorosas ante tantas miradas, levanta mis brazos y los cruza, giro sobre mis pies y siento su respiración sobre mi hombro. Nos movemos de izquierda a derecha y siento la canción y la letra tan dentro de mí, como la primera vez.
—Siempre voy a regresar a ti, tenlo por seguro.
Sí, esta es nuestra canción y la amo, como amo el perfume de Evan, y como se curvean sus labios cuando sonríe, sus ojos cuando recién se levanta y su cabello desarreglado. Creo… creo que lo amo.
Estamos tan conectados y sentimos tanto nuestra canción que cuando la quitan a la mitad hago berrinche, las luces se apagan y de repente remplazan Back To You por Crazy In Love de Beyonce, Nos hacemos a un lado y varias chicas en minifaldas empiezan a bailar y a retarse. Evan me mira divertido y todos sueltan gritos por todos lados. Esto es una sorpresa para todos, no puedo cerrar la boca y dar de brincos cuando aparecen Kevin y Marcus caracterizados como Tiffany y Brittany Wilson de la película ¿Y donde están las rubias? Hacen la escena de la batalla de baile y giran en el piso, no puedo dejar pasar este momento, saco mi celular y grabo todo incluyendo la cara y gritos de Evan.
Este día quedará en mi memoria para toda mi vida.
Al termino del show se acercan a Evan y él los abraza, estando cerca se ven tan parecidos que me emociona tanto y me tomo fotos con ellos.
—Son mis primos: Caín y Justin.
Claro, a Caín ya lo conocía, pero al otro chico no.
—No sabía que mi primo favorito ya tenía nueva conquista.
Levanto las cejas y le doy un golpe a en las cosquillas a Evan ¿nueva conquista?
—No es nueva conquista, ella es la indicada.
Voltea a verme y me convence con sus ojos de enamorado. Entre ellos hacen bulla y mi chico pone los ojos en blanco. Todo vuelve a la normalidad, seguimos bailando, y Evan sigue presentándome con sus amigos y demás familiares. Me olvido de lo que pasó en la mañana con Mason y siento que Evan está incluyéndome en su familia, a pesar de solo ser novios. Solo espero que cuando regresemos a Nueva York las cosas sigan igual, soy tan feliz que quisiera gritarlo en este momento y que todos en esta fiesta se enteren que estoy enamorada de Evan y que soy la mujer más feliz del mundo.
Tengo tanta adrenalina dentro de mi que estoy a punto de hacerlo, voy a gritarlo al mundo entero, pero algo me detiene. Un hombre vestido de Jack Sparrow se le acerca y le dice algo al oído, Evan voltea hacia todos lados y me lleva a la mesa sin dejar de buscar no sé qué.
—¿Qué pasa? —pregunto.
—Tengo que arreglar un asunto, espérame aquí.
Besa mi frente y se va. ¡Me deja aquí! Trato de seguirlo con la mirada, pero se me pierde entre tanta gente.
—Amiga, prueba otra de estas bebidas de nombre raro. Están buenísimas.
Me froto la frente y veo a Bethany, ella se toma todo el liquido que hay en su vaso sin hacer ningún gesto. No quiero imaginar como va a terminar. Aron aparece después de varios minutos en donde no pasa nada mas que gente bailando y riendo. No sé cuanto tiempo pasa, pero Evan no regresa y eso me preocupa.
—Chicas ¿quieren bailar?
—Quiero saber en dónde está Evan, ¿por qué desapareció?
Evade mi pregunta y se lleva a su novia a bailar, mojo mis labios y me siento para respirar y calmarme. ¿Qué diablos está pasando? Me conforme con ver como mi amiga se divierte bailando, recargo los codos sobre la mesa y opto por tomarle la palabra a Bethany, pido una caipiriña mas y juego con la pajilla antes de tomarle. Todo estaba tan bien, él estaba disfrutando de su fiesta y de repente se fue. Debió haber pasado algo verdaderamente importante para dejarme sola, así como si nada. O tal vez… no, no quiero que mi cabeza me empiece a engañar.
Quizá la exnovia está aquí y él no quiere que nos veamos, meneo la cabeza y le tomo a mi vaso. Aunque esa fuera la razón ya se tardó mucho, Evan no me traicionaría, no lo haría. No debe hacerlo.
De repente me dan tantas ganas de llorar, me siento como una estúpida y suspiro lo que sea necesario para no derramar lágrimas después de haber derrochado felicidad. Como última opción saco mi celular y envío un mensaje.
Ada: ¿Dónde estás?
Golpeo con mis dedos la pantalla de mi teléfono hasta que se ilumina mostrándome la imagen de fondo que es una fotografía que nos tomamos ayer en la playa. A veces te detesto tanto, Evan Taylor.
Evan: Hubo un problema, pero ya está solucionado. No me extrañes mucho.
Idiota ¿un problema? Y por ese problema se ha tardado alrededor de una hora.
—¿Todo bien?
Volteo hacia el chico que me habla, ocupa el lugar de Bethany y le toma a su bebida. Es Camilo, el amigo de Evan que conocí hace unas horas.
—¿Sabes en donde está Evan?
Salta un asiento para quedar a mi lado y no tengamos que estar gritándonos.
—Hace rato que no lo veo por aquí ¿te puedo ayudar en algo?
Es el colmo con Evan, no estoy dispuesta a soportar más.
—Sí, ¿me puedes llevar a casa?
Levanta las cejas y se ríe de nervios.
—¿No prefieres esperarlo?
—Me duele la cabeza.
Me detesto porque no confío completamente en mi novio y tampoco debería confiar en sus amigos, pero aquí voy. Me levanto y lo sigo a la salida, solo quiero llegar a casa y empacar mis cosas, entre más rápido regrese a mi casa estaré mucho mejor. No podré ver a mi madre a los ojos después de lo que hice este fin de semana, pero tengo que intentarlo y jamás volveré a fugarme para estar con Evan.
Me sigo derecho sin despedirme de Bethany y Aron, están bailando muy contentos y no quiero arruinarle la fiesta porque aparentemente ellos sí se la están pasando tan bien. Envidio tanto su relación, parece que entre ellos no hay conflictos, ni desconfianzas y mucho menos secretos. Quiero a Evan con todo mi corazón, pero no creo soportar tanto, a veces extraño la estabilidad con la que vivía a lado de Jackson.
Afuera hace un poco de aire y me quito la peluca, la enredo en mi muñeca y dejo que Camilo me guie hasta su auto, antes de que podamos llegar por fin Evan aparece con su cara de niño bueno confundido.
—Ada ¿A dónde vas?
—Me largo.
Lo hago a un lado, pero vuelve a ponerse en frente de mí, rodeo los ojos y me cruzo de brazos.
—¿Por qué?
—Dime qué estabas haciendo, anda.
Traga saliva y voltea a ver a Camilo, muevo mi pie para presionarlo y como no contesta doy dos pasos hacia adelante.
—Estaba arreglando unos asuntos, ya te dije que hubo un problema.
—Entonces dime cual era el problema.
—Te lo voy a decir, pero no hoy. Por favor.
Levanto mis brazos y los dejo caer golpeando mis costados.
—No podemos seguir así, Evan.
—¿Así? Por favor, estamos perfecto.
—No confío en ti.
No me arrepiento de lo que digo, es más, se lo vuelvo a repetir porque es lo que siento. Las personas no deberían guardarse ningún sentimiento, comentario o sensación por miedo a lo que pueda pasar.
—Y tienes razón en no hacerlo.
Esta vez lo hago a un lado y no pienso detenerme, espero a que Camilo venga detrás de mí y miro de soslayo si lo está haciendo, me abre la puerta del copiloto de su coche y me subo, me pongo el cinturón y espero a que entre y nos vayamos. Ya no quiero seguir diciendo lo arrepentida que estoy de haber venido, lo hice y ya no hay marcha atrás. Lo único que quiero es que la noche corra rápidamente, mañana será otro día y el ultimo aquí.