Capítulo 17
Ada
No puedo describir como fue el resto de la semana para mí, no he dejado de llorar ni de pensar en los momentos tan lindos que pasé con mi papá. Sus consejos, risas, regaños. Todo. Los días siguen pasando, mañana empezaremos a abandonar el colegio para regresar a nuestras casas y pasar la época navideña en familia, la primera navidad que pasaré sin mi papá. Tocan a la puerta y me levanto con pesar de la cama, abro y sonrío.
—Jackson.
Levanta la caja de pizza y las latas de refresco que lleva con él.
—He pensado que será mejor cenar aquí en tu habitación, como en los viejos tiempos.
Muerdo mi labio inferior y suspiro, no quiero ser grosera con él, ha estado a mi lado en estos días tan difíciles, en realidad es el único que se preocupa por mí.
—Gracias, pero todavía no termino de empacar y ya quiero dormir. ¿Te importa?
—Claro que no, descansa. Te dejo la pizza por si te da hambre.
Me da la caja y se va. Aprecio tanto lo que hace por mí, ojalá pudiera despertar mis antiguos sentimientos por él. Estoy segura que dejaría de sufrir y de pensar en Evan. Me quedo sola otra vez en la habitación, termino de empacar mis pertenencias y agarro una rebanada de pizza. Me siento en la cama y cruzo las piernas, mi celular no suena, no hay ningún ruido más que el que hace mi corazón. Me alegra ver a Bethany entrar a nuestra habitación, hemos estado tan distanciadas en estos días y me duele tanto no poder tener la misma perspectiva de todo esto.
—Jackson me trajo pizza ¿quieres ver una película conmigo mientras la comemos?
Abre su cajón sin voltear a verme, saca una pashmina y de su closet coge su chamarra.
—No puedo, tengo planes.
—¿Saldrás con Aron? Tal vez pueda unirme a su plan.
—No lo creo, Evan viene con nosotros.
Me sorprende tanto la actitud que toma conmigo, meneo la cabeza y me quedo boquiabierta.
—Prefieres salir con Evan, tenemos cinco años de amistad, a él lo conoces de hace unas semanas. Es el colmo, Bethany. Yo soy tu amiga.
—No tienes idea de lo mal que lo está pasando él, ha tomado, ha golpeado gente, se encierra en su habitación y escucha música a todo volumen sin querer ver a nadie. Aron está desesperado por ver a su hermano así y no poder hacer nada.
—¿Y yo qué? Maldita sea, Evan tiene a su familia, hasta a ti te tiene y yo no tengo a nadie. Estoy completamente sola sin que nadie me escuche, eres mi mejor amiga y me estás dando la espalda cuando mas te necesito.
Baja la mirada y dejo que mis lagrimas salgan, me da tanto coraje que solo piense en él y no en mí.
—No puedo dividirme en dos, lo lamento. Como sea tratas de seguir adelante, todos los días te veo con Jackson.
—Eso no significa nada.
—Tengo que irme.
Cierro los ojos porque no quiero ver como una vez mas me abandona. Siento que estoy volviéndome loca, nunca me había sentido tan sola como ahora y la única persona que quiero a mi lado me deja. No pienso quedarme en este lugar esperando que mis problemas se solucionen, me cambio de ropa y salgo de este colegio. Las cuatro paredes de la habitación acabaran conmigo.
***
Es viernes por la noche y la cabaña está a reventar de gente, mucha diferencia al primer día que estuve aquí. La foto de mi papá sigue aquí y las personas que entran hacen una pequeña reverencia frente al cuadro ¿Qué significó papá para toda esta gente? ¿Quién fue realmente George Claire? Eso voy a averiguar hoy. Me planto otra vez frente al chico de la barra y rodea los ojos.
—¿Otra vez tú? Este no es lugar para ti.
—Déjate de tonterías, sé a lo que se dedicaba mi padre y no me voy a ir hasta saber quien está a cargo ahora del negocio.
Se rasca el ojo y voltea a la entrada.
—¿Vienes con el loco de tu novio?
—Vengo sola.
Levanta la mandíbula y asiente, da un salto sobre la barra y me hace una seña.
—Ven conmigo.
—No creí que fuera a ser tan fácil.
Evan
En el momento en el que Bethany entra por esa puerta mi hermano se transforma en otra persona. Sus ojos le brillan y en su boca hay una sonrisa que dura incluso cuando ella se va. Es muy feliz a su lado y estoy tan agradecido con ella por eso y por apoyarme en todo esto que está pasando. Muchas veces le he pedido que esté con Ada, ella debe necesitarla demasiado, enterarse de lo que en realidad era su padre fue muy doloroso para ella.
—¿Qué vamos a cenar? —pregunta Beth.
—No sé ¿Qué se te antoja, hermano?
—Quedarme en casa.
Pone los ojos en blanco y me levanta del sillón.
—No seas así, Evan. Cenaremos, bailaremos y te conseguiremos una chica guapa.
Yo no necesito mas chicas, solo quiero a una y ella ahora me detesta.
—Chicos, en verdad aprecio lo que hacen por mí, pero quiero quedarme en casa.
—Tengo una mejor idea, pidamos comida a domicilio.
Bethany corre por el teléfono y yo saco el mío, reviso mis redes sociales, pero no existe nada que acapare mi atención, solo una notificación de alerta que me llega. Siento que el alma se me va al ver que Ada se está moviendo y que va directamente a la cabaña.
Maldita sea, Ada.
Me levanto del sillón y agarro las llaves de la moto.
—¿A dónde vas? —pregunta Aron.
—Ada va directo a la cabaña, debo ir por ella.
No intentan detenerme, al contrario, los dos me siguen a pesar de que le pido a Bethany que se quede. Hubiera querido que Ada tuviera la madurez emocional que tiene mi linda cuñada, sabe a lo que nos dedicamos y nunca nos ha juzgado. No cabe duda que es la chica indicada para mi hermano. Siento felicidad por mis hermanos, Mason encontró a Rubí y Aron es tan feliz con Bethany. Solo faltamos James y yo. Me subo a la moto y manejo a toda velocidad a la cabaña, esta niña me va a matar de un coraje, su maldita osadía me enferma.
Ada
El chico abre una puerta color verde y entramos a una oficina bastante normal, hay un escritorio, un librero y computadora. Pero este no es el lugar al que va a llevarme, mueve el librero con todas sus fuerzas para mostrarme una puerta oculta. Trago saliva y entro sin pensarlo, aquí está todo lo que quiero saber.
Caminos por un pasadizo con luz baja, a penas puedo ver hacia donde voy.
—No quiero que te asustes.
—No voy a asustarme.
Odio con todas mis fuerzas que la gente me trate así solo porque me veo pequeña y débil, no lo soy. Soy mas fuerte de lo que todos se imaginan. El camino es un poco largo y cuando nos topamos con otra puerta el chico decide abandonarme.
—Hasta aquí te dejo, debo regresar.
—¿Y que se supone que haré aquí?
Levanta los hombros y gira el pomo de la puerta, la abre y me pide que entre. Cuando lo hago él cierra y al voltear no creo lo que veo.
Quiero gritar, llorar, hacer tantas cosas.
—Papá —murmuro con mi voz rota.
Está aquí, siempre ha estado aquí escondido y yo creí que estaba muerto, que lo había perdido y jamás lo volvería a ver. Quiero lanzarme a sus brazos, pero mis piernas están congeladas y no me quieren responder. Tiene el cabello con un corte diferente y la barba crecida, pero eso no me importa, está vivo.
—Estás vivo…
—Sabía que algún día nos veríamos, no pensé que ese día llegaría tan rápido. Cuando me dijeron que habías estado aquí me sorprendí demasiado.
Niego con la cabeza, esto es increíble. Yo vi su cuerpo sin vida.
—¿Cómo pasó? Todos creímos que habías muerto.
—Tu padre está muerto, yo no. Mi nombre es Samuel y George era mi hermano gemelo.
¿Gemelos? Imposible, papá nunca habló de tener un hermano. Crecí con la idea de que había sido hijo único, ahora resulta que tengo mas familia, alguien que es idéntico a mi papá.
—Él nunca lo mencionó.
—Lo sé, tuve que hacerme pasar por muerto para pasar desapercibido en la mafia. Pero aquí estoy, viendo por los negocios de mi querido hermano en su ausencia.
Se me ocurre una idea descabellada y un poco estúpida.
—Quiero hacerme cargo yo, necesito aprender sobre el negocio. Voy a seguir los pasos de mi papá, ayúdame por favor.
Ríe y prende un cigarro, lo sostiene en su boca mientras éste se consume.
—No creo que sea el mundo que mi hermano quería que vivieras, nunca dejó de decir lo orgulloso que estaba de ti y cuanto te amaba. Algún día tuvimos una conversación, él me dijo que te metiera en esto solamente si fuera muy necesario y ese día todavía no llega.
—¿Entonces cuando?
—No lo sabemos, por lo pronto regresa a tu escuela y lleva tu vida normal como hasta ahora. Y por favor, no le menciones a nadie que me viste, mucho menos a tu novio.
¿Cómo puede pedirme que tenga una vida normal? Acabo de enterarme que he estado rodeada de mafia toda mi vida, mi padre tuvo un hermano gemelo que nunca mencionó y no puedo enterarme de lo que pasa en este sitio porque todavía no es necesario. No me quedo sin ganas y llego hasta él para darle un abrazo, a pesar de parecerse tanto no se siente igual, hasta la colonia que usa es diferente a la que usaba mi papá. Me suelta para contestar una llamada, tira el cigarro y lo pisa con la bota.
—Tu novio está aquí.
—¿Evan? Te juro que no sé cómo supo que estuve aquí.
—Como sea, vete de aquí y no menciones nada de esto.
Abre la puerta y me da un empujón para que salga.
Evan
—No voy a irme de aquí hasta que no me digas en donde diablos está Ada.
Sostengo con fuerza el arma y le apunto en la frente al idiota que atiende la barra, es se pone tan pálido, parece un fantasma y para que vea que estoy hablando enserio le hago una seña a Aron y él lanza un disparo al aire.
—Yo… yo no sé en donde está —titubea.
—No me jodas y habla de una vez. No te lo voy a volver a repetir. ¿En dónde diablos está Ada?
Hay gente aquí dentro que se espantan y gritan con los disparos que tira Aron.
—Evan, cálmate. Estoy aquí.
Me agarra del brazo y Aron se la lleva afuera, no quiero que vea como voy a terminar con este infeliz, no debió recibir a Ada en este lugar y lo hizo. Ahora va a cargar sobre él toda la furia que he estado guardando en los últimos días, así es esto, lo lamento. Jalo el gatillo justo en su frente. Cae al suelo y detrás de mí vienen mas disparos, volteo hacia todos lados para saber de donde provienen, me brinco la barra para usarla como escudo y desde aquí puedo ver mejor. Hay dos tipos vestidos de negro que disparan a todos a su paso, no se necesita ser tan inteligente para saber que me están buscando a mí. Seguramente es gente del jaguar. Asomo un poco la cabeza y le apunto a uno de ellos, disparo desde mi escondite y me levanto para matar al otro individuo. ¿Eso es todo? Pensé que me darían más batalla.
Guardo la pistola en la parte de atrás de mis vaqueros y salgo disparado de aquí, necesito ver a mi niña, abrazarla y sentirla a mi lado para saber que está bien. Sé que aquí no le hubiera pasado nada estando su papá vivo, pero como no lo está corre riesgo en todas partes. Por eso no puedo separarme de ella, pero no puede entenderlo. La abrazo y suspiro.
—No vuelvas a hacer esto, maldita sea.
—¿Cómo supiste donde encontrarme?
—Eso no importa, vámonos de aquí.
Aron se sube al coche, le doy el casco a Ada y la obligo a que se suba, tenemos que irnos de aquí, tengo un mal presentimiento de todo esto y hasta que no la tenga en mi casa conmigo no estaré tranquilo. Acelero lo más rápido que puedo y abandonamos este maldito lugar, pienso que podemos estar a salvo una vez que nos alejemos, pero no es así.
Los disparos regresan, Aron me respalda por atrás pero no puedo dejar que se arriesgue tanto, todavía no tiene la experiencia que debería y esto puede terminar mal. Así que disminuyo la velocidad para manejar a un lado del coche, saco la pistola y disparo hacia atrás, Ada grita y se agarra muy fuerte de mí.
—¿Qué está pasando? —grita.
—Abrázate lo más que puedas de mí. No vayas a soltarte.
Una bala llega al escape de mi moto pierdo un poco el equilibrio, pero lo retomo muy rápido, Aron desde el coche me sigue con los disparos hacia atrás, estoy tan concentrado disparando que no pongo toda la atención que debería al frente. Menos mal que no se me atraviesa algún auto o aquí acabaría todo. Ada vuelve a gritar mas fuerte y se recorre en el asiento, casi cubriéndome, hay alguien a lado de nosotros que dispara y mi corazón se detiene, no sé cómo llegó hasta aquí, pero me encargo de aniquilarlo antes de que me haga mas daño. Aron se sigue y yo me meto en un callejón, con la respiración entrecortada y el miedo a flor de piel. Dejo la moto y me agarro la cabeza al ver el costado de Ada lleno de sangre.
La hirieron, maldita sea.
La bajo y la recuesto en el suelo.
—Mi amor escúchame, por favor resiste.
Eleva su mano a mi mejilla y caen las lágrimas.
—Siempre tuviste razón —susurra.
—Eso no importa ahora, te amo, no puedes dejarme solo.
Convulsiona en mis brazos y me quedo en blanco, no sé qué hacer, la estoy perdiendo. Se muere. Cierra los ojos y su cuerpo se queda quieto mientras yo le grito con todas mis fuerzas que regrese, que abra sus preciosos ojos verdes y me hable, aunque sea para decirme que me odia. No puede estar pasando esto, dios mío, no. Esa bala era para mí y ella se interpuso para salvarme, no debió haberlo hecho, debió haber dejado que me llevara la jodida de una vez. Prefiero ser mil veces yo a ella.
—Evan ¿Qué pasó? —pregunta Aron detrás de mí.
Bethany corre y se pone de rodillas conmigo.
—Ada, despierta por favor —le pide, pero ella no la escucha más.
Volteo a ver a Aron y meneo la cabeza, cierra los ojos unos segundos y saca su celular.
—Necesito una ambulancia.