En el camino, Tsuki le explicó que era un Terror a Hoshi. Estos eran seres que se alimentaban de los sueños, los cuales eran dirigidos por su líder. Nadie sabía quién era, ni cómo era o su edad. Esto preocupo un poco a la niña, ya que estaba recibiendo toda esa información de golpe.
Entonces, llegaron a su primer destino tras que el tren se detuviera en la primera estación. Era una ciudad que en lo alto tenía un castillo, muy abandonado, en el centro, rodeado de muros y jardines, dividiendo las casas en pequeños cuadrados. Para sorpresa de la niña, ella conocía el lugar cómo si fuera la palma de su mano. También le parecía extraño que no hubiera nadie en ese lugar, ni si quiera un pequeño animal, al contrario quw Tsuki, que estaba siguiendo a Hoshi hasta que se hartó de que ella fuera delante.
—Hoshi —La llamó, pero la mencionada lo ignoraba—. ¡Hoshi! —la niña giro su cabeza, haciendo contacto con los ojos morados— ¿Sabes hacia donde vamos? —Hoshi iba a responder, pero se quedó en blanco, habiendo olvidado su propia respuesta. Fue muy extraño, así que la pequeña decidió preguntar—
—Tsuki, ¿que hacemos aquí?
—Bueno, estoy buscando algo. Es algo importante para mi.
Hoshi la miro algo confundida, pues no era una respuesta clara para ella.
—¿Puedo saber qué es?
—Lo sabrás cuando lo veas.
Hoshi, a pesar de la vaga respuesta de su compañera, decidió ignorar ese tema por el momento, ya que Tsuki mantenía la calma. Dejó que la mayor esta vez fuese la guía, a pesar de que era más probable que se perdiesen.
La caminata fue interrumpida por una explosión repentina, asustando a ambas chicas. Aunque no apareció ningún enemigo, sino más bien una bola de pelo naranja, donde se encontraba una pequeña ardilla.
—¡Una ardilla! —grito Hoshi, acercándose a la gran bola de pelo, la cuál mostraba signos de estar con vida. Entonces apareció una chica con ojos marrones y cabellos naranjas, quién no sólo parecía ser la dueña de la ardilla si no la causa de la explosión, ya que su kimono, que tenía un precioso estampado de estrellas azules que hacía contraste con el color verde, estaba sucio y un poco quemado. Además, las mejillas de la pequeña chica estaban manchadas de hollín—
—¡Oh! ¡Mira Alvin, han venido a ver mis trucos de fuego! —dijo la chica de cabellos naranjas, mirando al rostro de Hoshi— ¡Hola, soy Cloe Clowind! —se levanto del suelo y poso sus manos sobre su cintura, alzando su rostro orgullosa— ¡La aprendiz de Merlín el encantador!
Apenas escucho ese nombre, Hoshi pudo imaginar a un hombre anciano con una larga barba blanca de ropas azules, aunque no podía recordar el rostro de aquella persona.
—¿Aprendiz de qué? —pregunto Tsuki con un tono desconfiado y una mirada seria, interrumpiendo así la memoria de la niña. Cloe sin embargo, no se veía amenazada, sino más bien que no se percato de que la chica no la observaba con buenos ojos—
—¡Aprendiz de maga! —grito muy animada la pelinaranja, entonces agarro a la ardilla, alzandola con sus manos cuál cachorro de león en su presentación— ¡Y esta es Alvin la ardilla, la futura cantante de una banda de rock que sera un éxito mundial!
—¿Alvin no es un nombre de chico? —pregunto Hoshi con un tono curioso por el hecho de que un animal hembra tuviera nombre de chico—
—Ah, es que cuando la conocí pensaba que era macho, pero tras una visita al veterinario, me revelaron que era hembra.
Hoshi no pudo evitar reír al escuchar esas palabras, pues no pudo evitar imaginar la situación, menos la cara de espanto de su nueva compañera. Tsuki, muy molesta ante esta escena, se acerco despacio a Hoshi para susurrarle las siguientes palabras:
—Creo que deberíamos irnos, esta chica parece estar chiflada y puede que no nos ayude en nuestra búsqueda—y sin que Hoshi pudiera opinar o poner resistencia, la chica tiro del brazo de la primera en dirección contraria. Sin embargo, la niña detuvo el caminar de golpe—.
—Espera Tsuki, puede que ella nos ayude. ¿Y si aparecen de nuevo esos seres?
—Sí vuelven a aparecer, yo les daré una buena paliza, no te preocupes.
Hoshi pudo notar la molestia de su compañero, por esto mismo se negó rotundamente y se soltó ella misma del agarré, yendo con la chica de cabellos naranjas. Tsuki suspiro y miro a Cloe desde su posición, quién estaba formando una pequeña llama en sus manos.
—¿Que estas haciendo? —pregunto la niña, observando con atención como está movía el pequeño fuego entre sus dedos cuál moneda—
—Fuego —dijo Cloe con una sonrisa—. Adoro el fuego, y también me encanta quemar cosas.
Ante aquella respuesta, Hoshi no pudo evitar asustarse y dar un par de pasos hacía atrás, cosa de la qué se percató la muchacha.
—¡Oh, no te preocupes, cuando lo hago, Merlín siempre lo arregla! Aunque últimamente no lo he visto, así que he quemado su cama sin querer, ¡pero miremos el lado positivo de todo esto, ahora su cama está limpia de pelos de su barba!
Cloe sonrió como si eso no fuera nada malo, pero eso le preocupo bastante a la contraria. Incluso se planteó el dejarla allí mismo y explorar el lugar sin ayuda de la chica, pero se mantuvo firme a su idea inicial.
—Bueno, parece que dominas muy bien ese elemento, por lo que, ¿te gustaría acompañarnos? Podrías enseñarnos la ciudad un poco.
Cloe se vio emocionada ante la pregunta realizada, dejó de hacer la llama y salto, quedando en frente de Hoshi, algo que no le agrado para nada a Tsuki.
—¡Lo haré encantada! Aunque... No habéis dicho vuestros nombres. ¿Cómo os llamáis?
—Yo soy Hoshi —Respondió la niña con una sonrisa, mientras que con su mano presento a su amiga—. Ella es Tsuki.
La chica saludo de vuelta sin decir palabra alguna, con una expresión amarga.
—Oh, ¿a caso eres una chica emo? —pregunto Cloe con curiosidad, a lo que Tsuki la miro molesta de vuelta—
Editado: 12.04.2022