Kishi to Majutsu

Prólogo: La Guerra Interminable

[Esta es la historia de como un caballero y el señor oscuro comenzaron una aventura a lo desconocido ...]

Hace mucho tiempo, en las lejanas tierras de Nocturne , una feroz guerra se desató entre las fuerzas de los humanos comandadas por la legión de caballeros y sacerdotes de la iglesia que se enfrentaban a las tropas demoníacas, con su temido líder el Señor Oscuro. Después de cientos de años de lucha constante y sangre derramada por generaciones, parece que por fin la guerra llegará a su fin.

En el lugar mas alejado y desolado del reino de Nocturne se vislumbraba a lo lejos un enorme castillo. La niebla era tan intensa que apenas se podían diferenciar las gigantescas y casi interminables escaleras de piedra con el bosque y los árboles marchitos de la zona. Unos pasos metálicos, calmados pero imponentes se acercaron a las puertas del castillo. Estas se abrieron lentamente, dejando escapar de su interior un aura perversa y escalofriante.

-Por fin llegó el momento que he estado esperando durante tantos años -dijo un caballero con una armadura pesada que cubría por completo su rostro.

Frente a él, una fila de hombres lagarto arrodillados con obediencia en la alfombra del interior del castillo se apartaban mientras que una silueta se distinguía sentada en un trono. Tenía una larga cabellera negra y despeinada, unos ojos sin brillo y una mirada penetrante dibujaban una sonrisa macabra en su rostro-Heh... Así que, después de todo, llegaste.

El caballero alzó su gran espada, haciendo que el aire a su alrededor se estremeciera, y apuntó directamente a la figura con firmeza. Auras blancas y negras chocaban, dispersándose por toda la habitación como una tormenta de energía contenida.

-Tu momento llegó antes de lo que esperabas... Señor Oscuro.

La silueta maligna se incorporó del trono con una media sonrisa.

-Ja, no me hagas reír caballero - Dijo mientras el aire adquiría un tono carmesí y gigantescas runas emergían desde el suelo, vibrando con un poder ancestral- ¡Preparate para morir!

Las runas se expandían más y más, brillando como si fueran a detonar en cualquier instante. El caballero dió un paso atrás y con su espada en mano dijo:

-Eres un tonto si piensas que puedes matarme tan fácilmente...- El caballero miró al frente com firmeza mientras se preparaba para recibir el ataque- Antes de empezar, quiero hacerte una pregunta.

El Señor Oscuro se burló del comentario del caballero y con una voz prepotente dijo:

-Je, adelante, responderé a tu pregunta. Después de todo no vas a tener oportunidad de contárselo a nadie.

- Desde que llegué aquí hay algo que me tiene pensativo, quiero que me digas exactamente...¡¿Que diablos es esa ropa!?- Gritó el caballero exaltado, señalando al señor oscuro.

Un silencio frío se coló por la sala, dejando al señor oscuro confundido.

-¿Eh? ¿De que hablas? Es ropa normal.

El señor Oscuro estaba cruzado de piernas sentado en su trono vestido con un enorme sombrero de paja, una camiseta de tirantes blancas, unos shorts cortos de color negro, chanclas y una taza con algunas letras escritas con una pajita.

-No quiero ser yo el que te lo diga pero...Sinceramente, te ves increíblemente ridículo con eso- Dijo el caballero

El señor oscuro guardó silencio, tomó un sorbo del líquido que tenía en la taza con la pajita y dijo "con total calma".

-¡Ridícula tu abuela!

-¡Tiene toda la razón! *Martillazo* -gritó uno de los hombres lagarto, mientras entre las filas se podían escuchar murmuros de: "¿Acaso no se ha visto él? ", "La estética de nuestro señor es divina", "Envidioso", "¿Qué ejemplo le está dando a los niños?

El señor oscuro alzó su dedo, y el aire empezó a concentrarse mientras las runas giraban con poder.

-¡Caballero, te mandaré a descansar a un lugar muy oscuro!

El caballero hizo un ruido y levantó la cabeza; aunque aún llevaba la armadura, se podía notar que su expresión era de completa repulsión ante ese comentario. Soltó una pequeña arcada-*Glup* Perdona, no estoy interesado en esas cosas -dijo, mientras aguantaba la cara y levantaba una mano en señal de "stop".

-Espera, ¿qué estás imaginándote, imbécil? -replicó el señor oscuro, entrecerrando los ojos y haciendo una mueca de asco- ¡Como sea! Es hora de que desaparezcas de este mundo.

-Yo te invoco.. vacío interdimensional-El Señor Oscuro comenzó a recitar su hechizo. La energía crecía a su alrededor, el mundo parecía temblar.

El caballero se mantuvo firme ante los temblores, como si estuviera preparándose mentalmente para su perdición. De repente frunció el ceño y murmuró:

-Espera... ¿Joaquín?

El Señor Oscuro se congeló.

-¿Como dijiste?

El caballero soltó una risita disimulada.

-Joaquín. Lo vi en la taza que tienes justo en el posabrazos del trono. ¿Es ese tu nombre?

El mago oscuro se giró, mirando una taza que decía "Propiedad de Joaquín con N", y empezó a petrificarse. Acto seguido se giró a sus filas y gritó:

-¡Quien de ustedes pedazo de imbéciles sin cerebro fue el que escribió eso en la taza!

Los hombres lagarto comenzaron a mirarse entre sí confundidos, algunos levantaban los hombros mientras que otros se rascaban la cabeza. De repente una mano se alzó de entre las filas.

- Ah sí verdad, fuí yo.

-!Tenías que ser tú! ¡Joaquim!- Gritó Joaquín, el señor oscuro mientras se ponía una mano en la cara

-¡Disculpeme Señor! El problema es que constantemente andamos confundiendo las tazas, por eso quise resaltar su nombre en ella para que no volviera a ocurrir- Replicó Joaquim, avergonzado haciendo un gesto con las manos.

-*Pft*- Soltó el caballero.

-¡¿Y tu de qué te ríes, maldito?! - Exclamó Joaquín con una vena hinchada.

-*Pft* No me estoy riendo... Joaquín.

-¡C-cállate! -respondió, alterado, perdiendo el ritmo del conjuro. Las runas comenzaron a parpadear de manera errática, y la negrura comenzó a volverse rosada.
Un destello los envolvió a los dos.




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