Agradecimientos

A mi familia: mis padres, Roberto y Manuela, y a mis hermanos, Norma, Amparo, Fredy, Rosalinda, y Mario. Gracias por descubrir mi gran imaginación y por estimularla de todas las formas posibles. Aprecio profundamente el apoyo que me han dado, así como las ideas y debates que hemos tenido cada noche al respecto.

Y, por supuesto, a mi amigo y "mentor", Gastón. Desde el día en que me obligaste a escribir, no he dejado de hacerlo, tratando de seguir tus pasos. El 3 de abril de 2009 es una fecha que recordaré siempre, no sabes lo mucho que necesitaba que me escucharas esa noche. Me debes una videollamada, y yo te debo un viaje a Chile.

Y a ti, mi estimado "Kiter", que has seguido esta historia desde 2012. Que tus sueños y anhelos sean como una cometa que vuela libremente en el aire: únicos, valientes y verdaderos. Aférrate a lo que te define, a esa conexión con lo esencial de tu ser, y no permitas que nada ni nadie te dicte cómo debe ser tu vuelo. Porque la auténtica libertad no se encuentra en cortar el hilo, sino en descubrir cómo volar alto sin olvidar de dónde vienes.