Año 20XX, los cometas artesanales han sido reemplazados por nuevas versiones que permiten que los niños puedan combatir entre ellos. ¿Pero qué pasa ahora que los adultos lo están utilizando para sus planes? Ciertamente este es un pequeño obstáculo para Kaito, quien ahora que ha conseguido un cometa, podrá participar en el Ultimate Tournament, el torneo de cometas más grande de todo Japón.
Aquella noche, Kaito recibió una tremenda reprimenda por parte de su madre. Y con razón. Haber llegado a altas horas de la noche con un cometa en la espalda. Por fortuna no le había contado sobre el incidente con el adivino y los tres secuestradores. De lo contrario, le habría prohibido tajantemente salir a la calle a excepción de las salidas a la escuela.
Pero lo que más le extrañaba era que un sujeto que vestía atuendos muy raros le hubiese entregado aquel par de Kite Cores. ¿Por qué a él? Se preguntaba a sí mismo. ¿Acaso ese sujeto extraño iría a cobrarle esos Kite Cores? Kaito prefirió dormir. Aquella pelea había sido demasiado agotadora. Tal vez mañana podría aclarar sus dudas.
Pero antes, una visita al Kite Shop quizás lo relajaría. Menuda sorpresa se llevó Kaito al ver que Ai estaba agenda mirando los anaqueles repletos de aditamentos y partes intercambiables.
—¡Ai! —gritó Kaito. —¿Qué estás haciendo por aquí?
—¡Ah, Kaito! —contestó Ai algo asustada, quizás esperando que Kaito no descubriera su más fuerte secreto. —Verás, yo...
—¡No sabía que te gustaban las peleas de cometas! —dijo Kaito con una sonrisa medio maléfica.
—No me gustan. —gritó Ai. —Es solo que en la televisión vi un cometa rosa muy lindo y...
—Tarde o temprano todos los niños sucumben ante su poder. —dijo el vendedor trayendo una bandeja con varios vasos llenos de jugo de naranja, mucho antes de lanzar una sonora carcajada.
—No sabía que también fueras mesero. —dijo Kaito en tono burlón.
—Kite Incorporated dice que todos los clientes son importantes, y los dependientes como yo debemos hacer lo que esté a nuestro alcance para evitar que dejen su afición. ¿Y qué te trae por aquí en domingo? Creí haberte dicho que los Kite Cores llegarán a más tardar el jueves.
—No vengo por un Kite Core. —dijo Kaito.
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—¿¡Qué dices!? —gritó el vendedor al escuchar la historia que le estaba relatando Kaito. —¿Que intentaron secuestrarte a ti y a un vagabundo? ¿Y que un hombre con pintas de delincuente apareció de la nada, te entregó unos Kite Cores y vencieron juntos a esos sujetos?
—¿Estás seguro de que no te quedaste dormido viendo la película del canal 9? —preguntó Ai con la misma cara de escepticismo que el vendedor.
—¡Juro que es verdad! —gritó Kaito al ver las caras de sus amigos. —Los Kite Cores están en el cometa y en el controlador. ¡Podemos ir al taller y verlo!
Kaito llevó al vendedor y a Ai al taller del Kite Shop, allí abrieron el compartimiento de los Kite Cores del controlador y del cometa, el vendedor tomó una de las medallas y la examinó detalladamente.
—Vaya, quien te haya dado este Kite Core, seguramente debió haber salido de fábrica. —contestó el vendedor.
—¿Cómo sabe eso, señor? —preguntó Ai.
El vendedor tomó el Kite Core y se lo enseñó a Ai a través de una lupa.
—¿Ves los bordes de los contactos? —preguntó el vendedor. —Son demasiado finos y bien cuidados para haber estado en un almacén guardado por meses. Y eso no es todo...
Kaito tomó el Kite Core, y mirando por los bordes, recitó:
—Maruyama Electronics... No tiene que ver con Kite Incorporated, ¿cierto?
—Precisamente. —dijo el vendedor. —No tendrás ningún problema si usas Kite Cores de Maruyama. Sus modelos son totalmente compatibles. Pero lo que me extraña es que Maruyama siga sacando componentes. Creí que estaban en quiebra después del escándalo de las armas confiscadas hace cinco años.
—¿Armas confiscadas? —preguntó Ai.
—Haruto Maruyama. —contestó el vendedor. —El fundador de Maruyama Electronics, fue arrestado hace cinco años por elaboración de armas sin permiso del gobierno. Pero como es un hombre de dinero, pudo pagar una fianza sin necesidad de pisar la cárcel. Sin embargo, las compañías con las que hacía negocio se hicieron para atrás afectando más la imagen y el capital de la marca. Todas las tiendas Maruyama del país cerraron. Por eso me sorprende ver un Kite Core de Maruyama completamente nuevo. Inclusive el Kite Core lo dice, año 20XX.
—¿Y dices que un hombre apareció de la nada y te los entregó para que pelearas junto a él? —preguntó Ai.
—Así es. —dijo Kaito colocando los Kite Cores de vuelta a su cometa. —Y lo más extraño de todo, es que esos tres sujetos que aparecieron tenían cometas con cuerdas. Jamás había visto un aditamento de ese tipo.
—¿Cuerdas? —preguntó el vendedor.
—Sí. —siguió relatando Kaito. —Era una cuerda fina que utilizaron para inmovilizar a ese adivino.
—Cuerda fina... —dijo el vendedor reflexionándolo mucho. cRecuerdo que había un aditamento de ataque similar. Se llamaba "Cuerda inmovilizadora". El cometa atacante rodeaba a su enemigo mientras liberaba esa cuerda para inmovilizarlo. Esos se vetaron de los torneos de cometas hace seis años porque las reglas especificaban que ningún aditamento debe usarse para dañar a otros cometas. Maruyama los fabricaba y eran bastante populares. Una vez que entró esa regla, Maruyama dejó de ser patrocinador de los torneos de cometas.