Kite Wars: Ultimate Tournament

Capítulo 7: Hora de salvar la escuela

El Ultimate Tournament de este año cambió las reglas de inscripción por completo. El sistema "gunslinger" implementado solo permitirá a los primeros cinco equipos que logren quince victorias ingresar automáticamente al Ultimate Tournament.

Cada equipo debe tener tres participantes, los cuales podrán de cualquier forma conseguir las quince victorias de sus duelos de cometas. Así, se puede equilibrar o desbalancear a favor o en contra el poder de cada integrante. La única regla es que ningún participante del equipo debe darse de baja so pena de amonestar al equipo entero.

Hasta ahora solo un equipo de la región de Osaka ha logrado llegar a los octavos de final, su integrante más fuerte es "La Segadora" Karen Akiyama, una chica de secundaria que ha logrado destacar en las Kite Wars como ninguna otra. Aunque... a veces el destino es el que te pone en el camino que debes seguir.

¿Qué? ¿Que cinco equipos de tres son quince? Cierto, olvidé mencionar que habrá un invitado del otro lado del mundo, el tres veces campeón del American Tournament, Jack Morrison. ¿Estará a la altura del Ultimate Tournament? Esperemos que así sea.

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Karen estaba abordando el último tren bala del día que la llevaría de vuelta a Osaka. Dejó una bolsa en el compartimiento del equipaje de mano y se sentó en su asiento. El tren estaba a punto de partir.

—¿Cómo fue que terminé envuelta en todo esto? —se dijo a sí misma. —Ni mis padres saben del asunto de Maruyama.

Sacó su celular para ver la hora. Eran las 6:50 de la tarde, en su fondo de pantalla aparecían los chicos de la primera secundaria de Abeno, y sonrió levemente.

—Es verdad. —mencionó otra vez en voz baja mientras guardaba de nuevo su celular y apoyaba su brazo sobre la ventanilla. —Es por ellos que estamos haciendo esto, Ryuusei.

Y así, recordó el momento en que terminó metiéndose en todo este lío, una historia que ocurrió hace aproximadamente seis meses en Osaka...

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—¡Espera, Karen! —gritó Elena corriendo detrás de su amiga Karen. —¿A dónde vas tan deprisa?

—¡A la Kite Shop, apúrate! —gritó Karen deteniéndose justo frente a la tienda.

—A veces no sé por qué te acompaño a comprar estas ñoñeces. —contestó Elena mirando a su amiga embobada frente al aparador.

—¡Oh, el nuevo sistema de alas aerodinámicas 54! —gritaba Karen señalando una de las piezas del aparador. —¿Alguna vez has visto algo más hermoso que he...? ¡¿7,000 yenes?! —gritó otra vez, pero esta vez horrorizada. —¡Jamás podré comprarlo!

—Sigo sin entender tu emoción por esos juguetes. —espetó Elena nuevamente.

—No solo son juguetes. —le dijo Karen. —No has probado el poder volarlo solo con tus manos, evitar que caiga, esa libertad de estar en el cielo, aunque sea remotamente.

—Deberías unirte al club de Kite Wars de la secundaria. —dijo Elena al ver la emoción de su amiga al ver los cometas en la tienda.

—No creo que sea posible... —le dijo Karen. —No tengo suficiente habilidad como la capitana.

—¡Y si sigues pensando así, terminarás la secundaria sin siquiera intentarlo!

—Está bien... —contestó Karen bajando la mirada. —Solo porque tú lo dices, lo intentaré. Entraré al club de Kite Wars y verás que incluso derrotaré a la capitana.

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—¿Qué está pasando? —gritó Karen al ver que los chicos del club de Kite Wars de su escuela estaban guardando todos sus equipos en cajas. Su rostro era de confusión completa.

—Karen... ¿Qué vienes a hacer aquí? —preguntó un chico al ver a Karen en la puerta del salón, Kazuki se llamaba.

—E... Bueno, pues... —dijo Karen todavía confundida. —Quería ver si po... podía entrar al club de Kite Wars.

—Eso será imposible, Karen. —respondió una de las chicas mientras guardaba algunos controles de cometas en una enorme caja, su nombre era Sayaka, y era la presidenta del club. —El nuevo director de la escuela canceló todas las actividades de Kite Wars en las instalaciones incluyendo el club.

—Espera... ¿Eso es verdad? —preguntó Karen intentando comprender la situación. —¡Debe ser una broma!

—¡No lo es! —le dijo Sayaka a punto de llorar, enseñando la circular que había enviado el director de la secundaria.

Karen tomó la circular y leyó detenidamente la carta firmada por el director del colegio, el señor Eiji Yamamoto. El director que acababa de asumir su cargo la semana pasada. Según recorría cada línea de la carta, el rostro de Karen se iba palideciendo.

—Dice... que las Kite Wars son una distracción para el alumnado... —dijo Karen recitando el contenido de la carta. —Que no puede permitir que una actividad así se siga realizando dentro de las instalaciones... ¿Pero qué cosas dice?

—Yo también estoy confundido. —comentó Kazuki. —Ya intentamos hablar con el director, pero no quiere recibirnos.

—¿Qué va a pasar entonces? —preguntó Karen todavía confundida. —¿Se cancela todo?




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