Capítulo 16: Mind Control Helmet

—¿Que hiciste qué cosa, Jack? —gritaba una voz al otro lado del teléfono.

—¡Quería vengarme de ese Hayato!

—¿Y para eso arriesgaste tu reputación de esa forma? ¡Ya estás incluso en las noticias de por aquí!

—¡No me importa, voy a vengarme de ese chiquillo a toda costa!

—¡Ya arruinaste tu fama como Kiter! ¡Acabas de crear un enorme conflicto diplomático entre Estados Unidos y Japón!

—¿Cuál carrera de Kiter? ¡Mi trayectoria fue todo un chiste, ni siquiera tengo el nivel de un novato japonés! ¿Sabes qué? Ya estoy harto, no vuelvas a hablarme.

Jack colgó su celular. Acto seguido, lo arrojó al suelo y lo pisoteó hasta destrozarlo por completo.

—Solo necesito buscar la manera de vengarme de Hayato Asano. —se dijo en voz baja.

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Todos los participantes, al igual que los espectadores, se reunieron en la explanada del estadio, en pleno estacionamiento, una hora antes, frente a unas enormes pantallas colocadas unas horas antes, para presenciar un hecho inédito: el comité de accionistas de Kite Incorporated había votado unánimemente para entregarle la presidencia a Kenta Ichihara, el padre de Kaito. Y las pantallas reflejaban la ceremonia de investidura, en la que un Kenta Ichihara muy feliz, pero a la vez un tanto temeroso, aceptaba el puesto que se le había otorgado.

Una vez que la ceremonia había terminado y los vítores pararon, comenzaron los primeros duelos de la tarde: Elena de las "Amazon Kiters" contra Isamu de los "Berserkiters". Un inicio muy lento por parte de Elena que Isamu aprovechó para golpear contundentemente, pero Elena logró darle la vuelta al asunto y poder vencer a su rival en apenas tres minutos. Mientras una sensual e histriónica Ei vencía sin muchos tapujos a Katsurou. En la tarde, un simpático Kaede vencía a un silencioso Shi, mientras que Ren, siendo un verdadero demonio en el estadio, hizo que Bi no tuviera siquiera una oportunidad contra él.

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—¡Esos malditos de Kite Incorporated! —gritaba un molesto Haruto.

—¿Qué fue lo que hicieron esta vez, señor? —preguntó un hombre vestido de traje negro.

—¿Que qué hicieron? ¡Siguen sin aceptarme como proveedor o patrocinador en el Ultimate Tournament!

Haruto azotaba sus puños contra su escritorio con fuerza. Los presentes se encontraban con un nudo en la garganta. Sabían que cualquier intento de calmar a su jefe podía traerles problemas.

—¡Estoy seguro de que si no tuvieran ese equipo de investigación y desarrollo tan fuerte que tienen, no serían nada!

—Podríamos... destruir su equipo de investigación. —comentó quien parecía ser la lideresa del equipo.

—Vaya... Finalmente empiezan a trabajar sus neuronas, bola de tarados. —contestó con ironía el señor Maruyama. —¡Por supuesto que hay que destruirlos, Eirina, por si no te habías dado cuenta! La pregunta es... ¿cómo?

—Si cortamos la cabeza del grupo, todo caerá por su mismo peso. —dijo otro de los miembros del grupo. —El doctor Kenta Ichihara es el jefe de investigación de Kite Incorporated, si acabamos con él, podríamos tener la venganza que tanto busca, señor Maruyama.

—¿Matar al doctor Ichihara? —preguntó una voz, parecía que era en primera persona la que hablaba. —Disculpa la interrupción, Eiji, pero creo que matar a alguien... es ir más allá de su venganza, señor.

—No necesitamos matarlo, Ryuusei. —respondió nuevamente quien parecía llamarse Eiji. —Su cerebro es muy valioso, podemos hacer que trabaje para nosotros y así poder infiltrarnos como parte del Ultimate Tournament.

—Sé que estamos para servirlo, señor Maruyama, pero creo que secuestrar a alguien también es algo que está más allá de lo que debiéramos hacer.

—¿Por qué no estás usando tu casco, Ryuusei? —preguntó Maruyama.

—¿A qué se refiere, señor? —preguntó Ryuusei demasiado confundido de las palabras del señor Maruyama.

—Eiji, Shiro... —dijo Maruyama al mismo tiempo que tronaba sus dedos.

Acto seguido, Eiji tomó de los brazos a Ryuusei, inmovilizándolo, mientras que uno de los sujetos, quien parecía llamarse Shiro, traía en sus manos una especie de casco con varios cables conectados a él.

—¡¿Qué está pasando?! —gritaba Ryuusei mientras forcejeaba inútilmente con todas sus fuerzas.

Shiro colocaba el dichoso casco en la cabeza de Ryuusei, el cual cubría por completo todo su cabello y ojos.

—Ryuusei, recuerda que todo esto lo hago porque te amo. —decía una voz que parecía provenir del señor Maruyama.

Y acto seguido, un destello.

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Ryuusei despertó sobresaltado de su cama, gritando y totalmente empapado en sudor. Había pasado una semana desde que esos sueños se hacían recurrentes noche tras noche. Tomó de su mesa de noche su celular y marcó urgentemente a alguien.