K'lisn

Miedos

- ¿Cómo está Fill?- Ivy escucha la voz preocupada de Zoe amortiguada por el sedante que el sanador le ha administrado.

- Ahora está bien, el calmante es fuerte, descansará toda la noche.

- Cuéntame otra vez lo que ha pasado.

- Estaba leyendo este libro- pasa las páginas buscando algo raro en él- cuando se levantó de repente y empezó a temblar, no podía respirar y miraba fijamente a la mesa, no respondía a mi llamada, estaba en estado de conmoción— el joven no ve nada en el libro que haya podido provocar esa reacción en Ivy—Creo que está empeorando de su enfermedad. Zoe sé que no quieres hablar de ello pero ¿Y si es cierto lo que sospechaba Greyn?

- Fill, ella no provocó el incendio— la chica pasea inquieta por la habitación contigua.

- Él nos dijo que el fuego empezó en dónde estaba ella, que la encontró desmayada y que todo a su alrededor ardía—Fill abraza por detrás a Zoe que deja caer su cuerpo sobre él con un suspiro— Creo que podría tener razón, tú sabes tan bien como yo cómo se comportaba últimamente, no se preocupaba por nada o por nadie, estaba tirada en esa cama días y días sin moverse, a veces cuando iba a visitarla pensaba que había... Es una sombra de lo que fué.

- No sé cómo puedes pensar eso- se separa de él enfadada- ¿Cómo te sentirías si de repente de estar bien, de un día para otro cada movimiento que hicieras sintieras dolor? ¿Que cada día fueran menguando tus fuerzas? 
¿Que te tuvieran que llevar de un sitio a otro? Claro que ha cambiado, lo hizo hace dos años cuando esa maldita enfermedad apareció, pero sigue siendo ella, rota por el dolor y la pena, sé que no se ha rendido, lo sé, ella no...- los sollozos no la dejan seguir hablando.

Ivy también llora, sus lágrimas caen silenciosas a la par que las de su hermana, quisiera decirle que no provocó el incendio pero no puede hablar por el sedante y si es sincera consigo misma tampoco lo haría si pudiera hacerlo. No tiene el valor suficiente para mirarla a la cara, ella descubriría la verdad, se rindió, lo hizo, se cansó de luchar contra lo inevitable. Ahora la vergüenza y la culpabilidad la inundan y la ahogan, pero por fin sabe lo que tiene que hacer.

 

 

- ¿Se puede saber porqué no éstas haciendo tu trabajo?- Zoe entra como una tromba en la habitación. Ivy cierra los ojos haciéndose la dormida esperando que la deje en paz - Sé que estás despierta, ¡Deja de hacerte la dormida!- sus gritos deben de escucharse en todo el castillo.

- Hoy no me encuentro bien- dice con voz lastimera intentando dar pena a su hermana.

- Lo mismo vas a estar en la cama que en una silla sentada y por lo menos estarías ayudando a algo- Zoe está que echa chispas.

- ¿Cómo puedes decirme eso?- dice la verdad, pero eso no evita que le duelan sus palabras.

- Ya estoy harta de tu autocompasión, sí, Greyn ha muerto y tú estás enferma pero allí fuera hay cientos de personas que necesitan nuestra ayuda, ellos también tienen sus propios problemas y sin embargo cada uno colabora como puede, eres una privilegiada, no te falta comida, ni ropa y tienes un hogar dónde vivir- para para coger aire y la mira furiosa- tu doncella vendrá a ayudarte a vestir e irás a ayudar a Fill.

- Yo...

- No quiero oírte decir ni una excusa más, irás y no hay más que decir- Se marcha tal cómo ha llegado sin mirar a una sorprendida Ivy, su hermana nunca le había hablado así.

Pero no hay tiempo para lamentaciones, la joven salta de la cama rápidamente y corre hasta donde tiene la bolsa escondida que estaba preparando con sus pertenencias. Mete con cuidado el viejo libro de leyendas en la bolsa con un poco de miedo, cuando tiene preparado lo que se va a llevar deja caer la bolsa por la ventana al jardín rogando para que no pase nadie por allí. El ruido de la voz de Jay hablando con la nueva doncella la sobresalta. Fleur sigue todavía enferma y ésta es la tercera que la sustituye ya que según Jay no están preparadas para cuidarla.
Ivy salta con agilidad a la cama y se tapa con la colcha en el mismo momento en el que la puerta se abre. La chica se queda inmóvil cómo una piedra al ver quién acompaña a Jay, es la maga del pelo azul, pero ahora su pelo es de color rubio dorado.

- Ivy, ésta es tu nueva sirvienta, Maest- La hechicera baja recatadamente la cabeza, antes de guiñarle un ojo a Ivy sin que Jay se de cuenta- Fleur se ha encargado personalmente de buscarla, espero que tú y ella os llevéis bien— se gira hacia Maest— cuando esté preparada me avisas, esperaré afuera.

- No te creas ni por un instante que voy a servirte- le dice la maga a la chica en cuánto Jay se va mientras se dirige a la cama.

- No tendrás que hacer nada, esta noche me marcharé, así que dime de una vez qué quieres de mí- dice envalentonada.

- Ja, ja, ja, a veces eres hasta graciosa- se carcajea- no irás a ninguna parte si yo no lo decido, ¿Recuerdas lo que te dije? ¿O quieres que te lo recuerde?- iza su brazo con el dedo índice extendido.

- Estás...- de un manotazo la estampa contra la pared.

Antes de que Ivy pueda levantarse Jay entra con varios soldados a la habitación, Maest cómo una exhalación aparece  a  su lado aparentando ayudar a la joven con cara de preocupación, hasta pueden verse lágrimas en sus extraños ojos.



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En el texto hay: aventuras magia fantasa

Editado: 16.02.2020

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