- ¿Estás seguro de que va a funcionar?- vuelve Ivy a preguntar a Greyn.
- ¡Y yo que sé! Sé lo mismo que tú, es lo que me han dicho las voces- dice fastidiado, a él tampoco le gusta la idea.
- ¿Y quiénes son? ¿Son cómo tú? ¿Qué son? - la chica tiene muchas preguntas y ninguna respuesta.
- ¡No lo sé! Yo también tengo muchas cosas que preguntarte a tí- de la imagen de él salen pequeños destellos rojizos, iguales a los de las manos de ella, otro misterio más que resolver- Si no quieres que tu amiga se convierta en parte de una ensalada más vale que lo hagamos pronto- sus palabras van acompañadas de una fuerte explosión que hace tambalear a Ivy y a él temblar hasta casi desaparecer.
- Permanece quieta y relajada, ellos dicen que dolerá menos si no te resistes- nada más decir eso el cuerpo de ella se pone rígido- Esto no va a dar resultado- dice negando él con la cabeza- Bueno, allá vamos.
Se coloca delante de Ivy dudando pero no hay otra solución si quieren salvar a la maga así que con un suspiro de resignación estira su mano e introduce su mano translúcida en ella, la chica jadea al sentir la mano helada en su cuerpo, duele, duele mucho, la mano es cómo una espada de hielo abriéndose paso en su interior, mira asustada la mano que ya está metida hasta el hombro dentro de ella y el miedo se hace dueño de ella, su cuerpo empieza a brillar y lo rechaza en un estallido de luz multicolor haciendo desaparecer a Greyn.
- ¡Oh, no, no!- mira a su alrededor buscándolo, no puede ser ¡Lo ha matado¡ ¡Lo ha matado otra vez!
- ¡Señorita! ¿Qué hace usted ahí?- un grupo de soldados que se alejan del lugar de la lucha la han visto sola y desorientada y se han acercado para ayudarla. Debe de ir muy mal para ellos si están huyendo- ¿Porqué no está en el refugio?.
Uno de los soldados, un joven alto y esquelético al que le cuelga el uniforme, la agarra sin miramientos arrastrándola al interior del palacete, Ivy forcejea, pero él es muy fuerte y la chica está agotada y aunque intenta zafarse de él no puede y la lleva por los pasillos hacia una de las entradas ocultas que llevan a los refugios.
- ¡Suėltame!- Ivy grita y patalea pero él ni se inmuta, así que aprovechando un descuido de él le tira un bocado en el hombro clavándole los dientes profundamente, el sabor de la sangre inunda su boca pero ella sigue hundiendo más los dientes, el soldado sorprendido tira de la cabeza de Ivy hasta que consigue que lo suelte y la arroja al suelo bruscamente.
- ¿Estás loca, zorra?— se mira la herida que le ha hecho—Vienen de camino una docena de magos, no podemos hacerles frente, tenemos la orden de retirarnos- se acerca a la chica con una expresión amenazadora.
- ¡Nooooo!- recula hacia atrás hasta que llega a la pared— ¡Tengo que ayudarla! ¡Ella es nuestra esperanza!— rechaza la mano que le da él.
— No tiene salvación, apenas puede defenderse de un mago ¿Cómo va a hacerlo con doce?— intenta cogerla pero ella lo rehuye— ¿Y cómo esperas ayudarla?— la mira de arriba abajo con burla. La chica lo mira desafiante, va a darle guerra y el tiempo no les sobra así que se da la vuelta para irse— Si quieres morir, no soy yo quién te lo impedirá— comienza a marcharse.
Ivy suspira de alivio y se levanta con el cuerpo dolorido, se da la vuelta y cómo una aparición el soldado se abalanza sobre ella, la chica instintivamente le da una fuerte patada en su entrepierna con la rodilla y lo empuja haciéndolo caer para inmediatamente después huir de él. No puede correr muy rápido ya que el efecto del calmante se está pasando y el tobillo le da punzadas que le recorren toda la pierna. Mira hacia atrás y el soldado rojo de rabia ya se ha levantado y empieza a perseguirla.
— ¡Déjala Titus!— le gritan sus compañeros.
— No dejaré que la putita de Greyn se salga con la suya— dice entredientes para sí— ¡Voy a intentarlo una vez más, la chica está confundida!— les dice a sus compañeros.
Ivy corre por los desiertos pasillos buscando un sitio dónde esconderse de Titus, el soldado detrás de ella ve sus intentos desesperados con una sonrisa malévola.
-¡Ay!- se le escapa un gemido de dolor a Ivy, el efecto de la medicina ya ha pasado y el pie está hinchado cómo una pelota, apoyarlo es una tortura por lo que el soldado enseguida la alcanza.
- Rata sarnosa vas a pagar por lo que me has hecho- le tira fuertemente de los pelos hacia arriba hasta a la altura de su cara. Ivy no se queda quieta y le golpea con los puños y le da patadas.
- ¡Suéltame! ¡Suéltame! — grita— Soy Lady Ivy, si mi padre se entera de lo que estás haciendo te matará— es su última baza para que la suelte. El pone cara de sorprendido y luego empieza a reír a carcajadas.
— Lo sé— la golpea contra la pared— y por eso vas a pagar lo que me hizo Greyn, ya que él tuvo la suerte de morir.
— No sé...— la vuelve a estrellar contra la pared, su cabeza rebota contra ella haciéndola perder el conocimiento.
— Así me gustas, calladita mejor— la suelta y la chica cae al suelo, mientras él se desabrocha los pantalones con ansia. Está tan concentrado en lo que va a hacerle a Ivy que no se da cuenta de que está despierta. Cuando se abalanza sobre la chica, ella lo está esperando, se incorpora y con toda su fuerza golpea con el puño en la nariz, ésta siente como los huesos se quiebran como ramitas secas y la humedad de la sangre caer a chorro, para completar el ataque le da una patada en la rodilla doblándola en un ángulo extraño y Titus cae al suelo con un aullido de dolor.