SARA
Sara era una niña muy inteligente y educada, siempre lograba salirse con la suya. Vivía con sus padres en un pequeño pueblo no muy lejos de la ciudad de Kus, a los 20 años logró ingresar a la universidad de Kur, una de las universidades más prestigiosas en el mundo, en las vacaciones fue de visita al pueblo donde aun vivían sus padres, se pensaba quedar durante las vacaciones, todo era normal, hasta que un día la despertó una explosión en la madrugada, después una más, que provocó que la casa cimbrara, se levantó para saber que sucedía, bajó a la cocina donde poco después llegaron sus padres bastante nerviosos, una explosión más hizo retumbar toda la casa, Sara asustada se asomó por la ventana de la cocina y no vio mucho, después de unos segundos llenos de tensión pudo ver una franja negra surcar el cielo con dirección a un tipo con una especie de armadura blanca blandiendo una espada sobre un tejado, con su espada cortó el viento y como un disparo salió una franja blanca que se dirigía a chocar con la franja negra, ambas se movían muy rápido hasta que chocaron e hicieron una gran explosión que sacudió todo a su alrededor.
- ¿Sara qué sucede? ¡alejate de la ventana! – la mamá de Sara estaba nerviosa y aterrada al no saber lo que sucedía.
Hubo otra explosión en el momento que Sara miró a su madre, Sara salió disparada hacia atrás, las ventanas explotaron, la casa tembló mucho más fuerte, el papá de Sara vio como los tipos de armadura peleaban, ellos intercambiaban golpes unos los bloqueaban otros si daban en el punto, intercambiando espadazos creando explosiones con las líneas que salían de sus espadas y se estrellaban por todas partes, cada vez estaban más cerca de la casa, de repente una línea blanca se dirigió a su casa, chocó con la pared de la cocina haciendo que explotara la mitad de la casa, el padre de Sara quedó gravemente herido mientras Sara se levantaba aturdida, no escuchaba nada, la explosión la había dejado sorda, su madre estaba con su padre llorando, Sara se acercó y vio que a su padre le faltaba el pie y brazo derecho, su ropa se pego con su piel como si se hubiera quemado, su rostro era una bola de sangre irreconocible, se produjo otra explosión, Sara, su madre y lo que quedaba de su padre salieron disparados por los cielos junto con lo que quedaba de su casa, cuando cayeron Sara vió como a su padre lo aplastaba una pared de la casa, no vio donde cayó su madre hasta que Sara también cayó, solo pudo seguir viendo la pelea de esos dos que ya habían destruido el pueblo casi por completo, Sara lloró impotente mientras ellos terminaban su pelea, cuando empezó a salir el sol terminaron de pelear y eso parecía algo bueno, pero el problema fue que empezaron a matar a las personas del pueblo, Sara empezó a buscar a su madre entre los escombros, tenía que darse prisa esos dos tipos con armaduras pronto matarían a todos, Sara movió un sofá y encontró a su madre mal herida
- Mamá sujetate de mi te voy a sacar de aquí – Sara estaba desesperada
- Vete Sara – la madre de Sara estaba en sus últimos momentos, le costaba hablar, su voz apenas era audible, sus organos debieron de quedar aplastados por el sofá que cayó sobre ella y su cuerpo estaba muy mal a causa del impacto que recibió cuando salieron volando
- No hables, mamá vamonos de aquí – dijo Sara negándose a dejar a su madre
- No, Sara, vete ya... ya no me queda tiempo y solo sería un estorbo para que te vayas – la madre de Sara lloraba sabiendo que era su útimo momento con su hija
Sara entendió a su madre, pero dejarla ahí era algo que no podía hacer, pero tampoco sabía que podía hacer y no vio otra opción más que ocultarse hasta que llegó el de blanco, era alto y grueso, de sus rodillas salían unos picos al igual que de sus codos, eran bastante grandes, de cada hombro salían 2: uno que daba a la altura de donde estarían las orejas y los otros a la altura de la cabeza, en el pecho de la armadura parecía formar un rostro con ojos alargados desde el pecho hasta los hombros y en el abdomen parecía formarse una sonrisa que le llegaba hasta la parte tracera de los hombros donde tenía una espada que pasaba del hombro izquierdo hasta la parte derecha de la cadera y un arma más que pasaba desde la nuca hasta la parte baja de la espalda, caminaba imponente hacia la madre de Sara, tomó a su madre por el cabello, la madre de Sara rogaba por su vida mientras pataleaba y lanzaba manotazos hacia el hombre de la armadura, la levantó le dió la vuelta y la partió en 2 de un solo golpe, tomó la parte superior de su columna vertebral y la sacó de su cuerpo, arrojó el cuerpo al suelo junto con la columna vertebral y se marchó, caminando, tranquilamente como si nada hubiese sucedido.
Sara lloró desconsolada durante horas la muerte de sus padres, se sentía toda una cobarde, mataron a su madre ferente a ella y ella no hizo nada excepto llorar escondida entre escombros, esos dos de armadura destruyeron su pueblo, el pueblo donde ella creció, mataron a todos los habitantes, amigos, vecinos y conocidos, también a sus padres, ellos acabaron a todos y todo lo que ella conocía, ese pueblo reflejaba su niñez, adolescencia, sus raíces y ellos lo destruyeron todo; después de eso volvió a la ciudad y abandonó su carrera para unirse al ejército con la única intención de cobrar venganza sobre ellos, en poco tiempo la investigación que llevaba acabo el ejército dio con ella, la única sobreviviente de ese terrible ataque, Sara contó todo lo que sabía con la única condición de ser parte de las operaciones que llevaran hacia ellos, Blys el encargado del área Z aceptó tenerla bajo su mandó, una persona que pudo ver como actúan y como pelean era útil.
Ahora es la líder de operaciones estrategas contra el terrorismo Sara Wimbull, respetada por todos los que la conocen y aún más por los que conocen su historia
- ¿Jefa está segura de llevar los tanques? van a morir muchos civiles si hacemos eso – preguntó uno de los soldados preocupado por los civiles
- Sí – dijo Sara con seriedad en su voz y su mirada clavada en la ciudad. – ya puse a trabajar a los oficiales de la ciudad para que la evacuen – Sara estaba muy segura de lo que hacía
- Bien, ya estamos a cinco minutos del centro – dijo el soldado con su mirada fija en el camino. – desde aquí se ven muchas explosiones ¿cuantos serán? – Sara vio al militar de con el rabillo del ojo
- Pues por nuestro bien que solo sean los 3 que reportaron – dijo Sara con un tono firme
- ¿Hay más? – el militar no pudo evitar que se escuchara su temor en la preguta, Sara se volteó hacia el milita
- Es muy probable, como sea apenas lleguemos todos tienen que tomar sus posiciones lo más rápido posible, hoy nos aseguramos de matar a todos esos desgraciados – Sara lo dijo con mucha decisión, pero en realidad era la ira la que hablaba.
BLAS
- ¡Rago recuerda el plan cuando lleguemos al centro sin importar nada, vas por Myr! – Blas era muy estricto y Rago lo tenía presente, aunque era obvio que a Blas no le agradaba Neir, pero a Rago no le importaba porque sabía que Blas no le iba a hacer nada dado que Neir era valioso para el equipo y creía que Blas podría ayudar a Neir
- ¡Cuenta con eso Blas! – a Blas le agradaba Rago, era obediente, valiente, útil y responsable claro a diferencia de su hermano que era desobediente, irresponsable, respondón, hablador y lo que Blas mas odiaba era que nunca se callaba
- entonces comencemos ¡Prako ya es hora de sacar la espada! – Prako sabía que Blas encargó el rescate de Myr a Rago ya que Rago haría lo que fuese por salvarla, una buena manipulación por parte de Blas
- Eso no es necesario que lo digas Blas – dijo Prako sacando su espada
Prako empezó a correr a toda velocidad cuando vio unos tanques que les cerrban el paso, los tanques estaban apuntando hacia donde ellos estaban. Prako sacó su espada y la empuñó con las dos manos, corrió directo a los tanques mientras Blas sacó las 2 espadas que llevaba en su espalda y corrió a toda velocidad en la misma dirección que Prako, Rago también sacó su espada con hoja hecha de rayos amarillos que llevaba en su cadera y corrió en dirección al vehículo donde tenían a Myr.
SARA
- ¡Apunten los cañones hacia los tres y cuando los tengan en la mira disparen! – ordenó Sara
Las ordenes de Sara eran claras y simples matar a los 3 lo más rápido posible, aunque era algo más fácil decir que hacer, más aún después del primer disparo que le dio justo al de negro, pensaron que lo habían matado ya que el de negro salió volando hacia atrás, pero rápidamente se recuperó y continuó su trayectoria, le lanzaron más, pero antes de impactarle él interpuso su espada los proyectiles explotaban en la espada sin siquiera hacer que él retrocediera un poco, mientras continuaba corriendo como si nada hubiese sucedido, muchos militares se asustaron, pero después de ver como Sara se mantenía fría ante una acción como esa siguieron su ejemplo
- ¡Sigan disparando no se detengan! – Sara solo observaba esperando para poder ejecutar un buen plan y matarlos. – ¡Carguen las bazucas y disparen al de amarillo! – Fue una orden extraña y repentina ya que si los disparos de tanques no tenían ningún efecto que diferencia harían unas bazucas. – ¿Qué esperan? ¡haganlo! – Sara estaba impaciente el vehículo que llevaba a la de verde iba a ser alcanzado por el de amarillo mientras el de blanco y negro recibían los disparos de los tanques, nadie se fijo en él por ir de último, los primeros disparos salieron, el de amarillo esquivó algunos, pero dos dieron en el blanco, salió disparado hacia atrás chocó contra el asfalto, pero se levantó y volvió a correr.
PRAKO
- ¡Prako se dieron cuenta hay que acabar con esas bazucas primero! – dijo Blas mirando a Rago que se incorporaba después de recibir un impacto de bazuca
Prako ya contaba con eso, era obvio que tarde o temprano verían que Rago iba por el vehículo que transportaba a Myr, ahora solo quedaba esperar la oportunidad e ir por la chica que daba las ordenes. Prako corrió hacia los militares con bazuca que estaban formando un semicírculo frente a los tanques cubriendo 3 calles, así solo dejan dar marcha atrás por donde ellos habían llegado. Prako era veloz superó al auto donde llevaban a Myr con mucha fácilidad y siguió su objetivo que eran los militares.
SARA
- ¡Sara el de blanco se dirige hacia nosotro!
Los militares estaban asustados al ver a que este no le hacían nada los pocos bazucasos que le lograban dar, el de blanco esquivaba muchos y los que no solo interponía su espada y no le hacían nada, Sara se imaginó que el objetivo del blanco y el negro no era el auto de captura ¿pero entonces cual sería? No lo entendiría aún, solo podía seguir con su plan inicial para averiguar que querían, además el que corría era el de blanco que tanto odiaba
- ¡Apunten las bazucas y los tanques hacia él, y matenlo!
Su nuevo plan era matar al blanco antes de que llegaran los demás en especial antes de que el amarillo recuperara a la de verde, eso Blys no lo perdonaría.
CASSIE MANT
Todo sucedía como Blas lo planeó, era hora de ejecutar la otra parte del plan
- ¡Cassie, Mant ya es hora bajen! – la orden de Blas fue respondida al instante y lo siguiente que se vio fue una línea café caer desde una azotea y destruir un tanque seguido de otra plateada que al caer destruyó otro tanque de inmediato volvió a subir para caer y destruir uno más.
- Neir tú ya sabes que hacer, que no quede ni uno – sentenció Blas
- Ya era hora, eso odio de tus planes, son demasíado lentos, se tarda demasíado en poner entretenido
- Solo hazlo enano y no es culpa de nadie que seas tan desesperado ¡maldito mocoso! – Blas tenía poca paciencia y Neir se la hacia perder muy fácil
- Sí, sí, ya voy estúpido regañon – Neir corrió a toda velocidad por las azoteas en dirección a espaldas de Blas como se lo habían ordenado
SARA
- Sara lo tene...
Antes de poder terminar una línea café destruyó el tanque, poco después una figura plateada destruyó 2 más, después la figura plateada se hizo visible tenía figura femenina, usaba armadura plateada, tenía una espiral en la rodilla que subía hasta los hombros, en las muñecas tenía unos triangulos uno sobre otro cada uno mas pequeño unidos que subían hasta el antebrazo, en el codo tenía la misma decoración, pero se doblaba lo que decía que era un metal flexible, en los hombros se salían unos tríangulos similares hacia los lados solo que eran más grandes, su casco tenía los ojos negros y brillaban como diamantes, con una cresta que salía de su frente hasta la nuca y empuñaba 2 espadas grandes plateadas de mango negro como el de los ojos y sus guantes tenían lo mismo en los nudillos unos triángulos que lucían bastante filosos, unos instantes después cayó una figura café, parecía ser mujer, la armadura lucía más pesada, era más alta que la de armadura plateada, en las rodillas tenía algo que lucía como el filo de un hacha, de la parte de la cadera salía metal delgado brindándole la apariencia de una gabardina, en sus hombros se salían dos picos grandes que quedaban más altos que la altura de su cabeza, en sus antebrazos salían dos picos como en los hombros, en la parte superior de la mano tenía una figura parecida a una clase de letra encerrada en un círculo, el casco tenía una figura alargada como una vibora y de la parte superior salían 2 trenzas de metal que llegaban hasta su cadera, mezclándose con el cabello castaño de ella que llegaba hasta la misma altura que las trensas de la armadura.
- ¡Entreguen a su líder o los mato! – la plateada habló, era un tono de voz juvenil y un poco agudo
- ¡No den un paso atrás! – ordenó Sara con firmeza. – ¡Para mí era obvio que ustedes eran más de tres por eso tenía un plan de respanldo! – Sara estaba orgullosa de sí misma por prever algo como eso, pero aun así en el rostro de los militares se podía ver el miedo que tenían era una realidad que la entregarían.
- ¡Te refieres a los militares que venían por la retaguardia! – Sara se asustó, ellos sabían lo que ella planeaba, le llevaban mucha ventaja porque ella no sabía nada de ellos, lo que sí sabía era que los refuerzos ya estaban muertos
LUIZ
- ¡Caminen rápido la sargento nos ocupa ya!
El teniente Luiz se sorprendió cuando Sara pidió su ayuda, por lo general Sara daba ordenes y punto, pero esta vez no fue así y lo entendió al llegar al campo de batalla donde antes era una ciudad, ahora todo ardía en llamas, habían muertos por todos lados, era un paísaje desgarrador. Él llevaba una tropa para atacar al enemigo por la retaguardia
- ¿Es un niño o un enano?
Luiz se fue en sus pensamientos, imaginando a las personas que transitaban por esa área y ahora estaban muertos, familiares, amigos, vecinos, personas comunes y corrientes que se vieron involucrados en un fuego cruzado, las personas que ahora lo habían perdido todo y por suerte no se encontraban en la ciudad, pensando en todo eso pasó por alto que a pocos metros de ellos alguien pequeño vestido con una armadura roja estaba en el centro de la calle ¿qué podía estar haciendo un niño en un lugar así? ¿habría perdido a sus padres durante el ataque? ¿sería el único sobreviviente? En definitiva no podía ser un niño el teniente pidió un megáfono
- ¡Hey tú apartate o no nos haremos responsables por lo que te pase! – en ese momento llegó un militar con un mensaje de la sargento diciendo que eran más de 3 y que estuvieran a la defensiva. Luiz no ocupó más, lo entendió de inmediato ese de rojo era uno de ellos, se giró para verlo y parecía estar jugando manitas calientes solo.
- ¡A sus puestos de batalla! – todos obedecieron rápidamente, una formación simple, pero útil, escudos en frente todas las armas atrás listos para disparar cuando recibieran la orden ya que tuvieron que dejar los vehículos por los derrumbes que no permitían el acceso
- ¡Enano tu última oportunidad! – él siguió jugando como si nada pasara
- Bien así lo quiéres ¡fuego! – una lluvia de balas cayó sobre el enano de rojo, por un momento Luiz sintió algo de lastima por él, la lluvia de balas se detuvo hasta que tuvieron que recargar, fue entonces cuando vieron al niño que seguía jugando como si nada más pasara a su alrededor.
NEIR
Neir levanto la cabeza vio a todos los soldados asustados y amó ese momento, esa sensación de supremacía, su mano derecha se encendió en llamas como una antorcha y tocó el suelo.
LUIZ
Todos vieron como la mano del niño se encendió en llamas y luego tocó el suelo, aunque nada sucedió, algunos minutos depués todos empezaron a sentir mucho calor, después el suelo tembló y una explosión dejó salir fuego del suelo que los redeaba a todos, sabían que ese era su final, mientras más aumentaba el calor más miedo sentían, empezaba a faltar el aire, las suelas de sus zapatos se empezaron a derretir y en el muro de fuego que los rodeaba cayó sobre elllos quemandolos vivos, gritaban de dolor y desesperación era una tortura sin igual, Luiz vio como el enano dio media vuelta y se fue. Ya no había nada que hacer ellos iban a perder sin imprtar que hicieran.
FRANK
Frank estaba con su hijo en un callejón, un gran grupo de militares se dirigía al centro por el camino que habían recorrido los vehículos militares, Frank tuvo que dejar su vehículo ya que los oficiales no permitían el acceso a la ciudad, vio como un enano quemaba vivos a un gran grupo de militares y escuchó como reía al hacerlo, era aterrador, un pequeño con armadura roja mató a todo los militares con un simple movimiento de su mano, vio la cara de horror de Lucas estaba en shock. El enano dio media vuelta y se fue al centro, Frank iba a intentar rescatar a los militares, pero era tarde se estaban convirtiendo en polvo, Frank al ver eso tomó a su hijo le cubrió los ojos para posteriormente echarse a correr hacia el centro a intentar salvar a su esposa e hija; Frank corrió y corrió, sus piernas ya no daban más, pero el temor de que le pasara lo mismo o algo peor a su esposa e hija lo impulsaba a seguir hasta que su hijo por fin dijo una palabra.
- Papá ahí está la cafetería – Frank del miedo no le cubrió bien los ojos, claro era un simple hombre que en ocaciones era bastante torpe.
Se alegró de ver la cafetería, se acercó a ella y desde una ventana de los lados pudo ver a su esposa en una esquina con su hija en brazos, mientras algunas personas discutían y otros estaban sentados llorando, la cafetería estaba hecha un desastre, desde ahí se escuchaban muchas explosiones, se alegró de que su esposa no estuviera cerca de donde provenían las explosiones. Frank intentó romper los cristales, pero no lo lograba, siempre que golpeaba un símbolo en la entrada brillaba en un tono rojo, su esposa golpeaba desde dentro junto con el resto de las personas que estaban dentro de la cafetería que golpeaban con todo lo que podían, pero siempre era el mismo resultado, incluso Frank estrelló un auto y no le pasó nada al cristal, a pesar de que el auto quedó totalmente destruido, la letra roja seguía brillando cada vez. A Lucas se le ocurrió entrar por las alcantarillas para poder salir por los baños de la cafetería, el plan fue un éxito, Lucas ayudó a que todos pudieran salir, era el momento Frank, Clara, María y Lucas debían salir de la ciudad, iban corriendo a toda velocidad, pero un rayo amarillo decapitó a Clara, su cabeza cayó y rodó hasta quedar a los pies de Lucas que al ver la cabeza de su madre solo pudo gritar y llorar descontrolado, Frank no sabía que hacer, hasta que vio al culpable, un tipo de armadura amarilla lanzando rayos sobre las personas, Frank se volvió loco de ira y fue corriendo en dirección al de amarillo gritando babeando pidiendo venganza. Sin que le importara no tener la más mínima oportunidad de hacerle algún daño
SARA
- Ya ellos están muertos
Sara lo creía ya había visto de lo que eran capaz esos tipos, estaba segura que la de armadura café no mentía. Estaban perdidos, el de blanco llegó a el equipo con bazuca y los estaba descuartizando a todos con su espada, los militares se estaban empezando a retirar, el de negro se estaba encargando de los tanques y el amarillo recuperó a la de verder.
- ¿Acaso no lo vez? ya perdiste, nunca tuviste oportunidad de ganar
La de armadura café tenía razón ya todo se había terminado, rápidamente la de armadura café y la de plateado empezaron a matar a los que estaban a su alrededor, la de plateado le agarró las manos y las colocó en su espalda, como si le estuviera arrestando un oficial, Sara sintió como algo unía y envolvía sus manos, se sentía líquido, pero en cuanto tomó hasta sus muñecas se solidificó y cuando eso sucedió no podía separar sus manos.
NEIR
Neir después de matar a los militares se dirigió a donde estaba lo más entretenido, con su gran velocidad no tardaría mucho en llegar.
- Enano date prisa ya terminamos aquí – dijo Blas con mucha calma ahora que todo había terminado
- Si es que ya terminaron ¿para qué carajos quiéres que vaya risitas? – dijo Neir molesto a causa de que se apresuraba para nada
- Para que vengas y ayudes a tu hermano a limpiar estúpido enano – como siempre Blas ya perdió su poca paciencia
- Hubieras empezado por ahí amargado, ya casi llego – Neir corrió a toda velocidad una vez más, pronto llegaría a su parte favorita "limpiar".
RAGO
- Rago ya hablé con tu hermano pronto estará aquí, nosotros nos vamos mientras ustedes encárguense de limpiar – dijo Blas mirando el desastre que habían causado. – ¿Estás bien Myr? – Blas se preocupaba mucho por Myr, nadie sabía la razón, seguramente con el pasar del tiempo se encariñó, aunque solo lo hacía con ella
- Claro, aunque a decir verdad ya me estaba aburriendo – dijo Myr estirando sus brazos
- ¡Agh! típico de ti – dijo Blas acariciando la parte alta de la espalda de Myr
- Lamento interrumpir tan conmovedora reunión, pero ya me quiero ir – interrumpió Mant
- Siempre tan impaciente Mant – señaló Blas
- Claro Blas, tú lo dices porque no estuviste con el enano todo el día – dijo Mant quejándose
- Que extraño, a mi no me parece tan mala compañía, en todo caso tienes razón Mant, debemos irnos – dijo Prako uniéndose a la conversación
- Eso es solo porque te recuerda a tú hijo – dijo Blas dejando a todos expectantes y sorprendidos sobre lo que diría Prako ya que ninguno sabía que él tenía un hijo
- Sabes que eso no se dice Blas – dijo Prako en un tono serio
- Cassie, tú te llevas a la chica – dijo Blas cambiando el tema drásticamente, Myr le cubrió los ojos a la mujer que dirigía el ataque hacia ellos
- Sí, yo la llevo – dijo Cassie entendiendo que el tema del hijo de Prako era un tema prohibido, Cassie levantó a la mujer en sus brazos y todos se marcharon dejando solo a Rago
Rago sacó una de sus espadas electricas y la elevó con la punta hacia el cielo, saltaban chispas de la espada hasta que las chispas se convirtieron en rayos, Rago clavó la espada en el suelo de donde los rayos salieron disparados en todas direcciones atravesando a militares y civiles por igual, sus rayos se extendían por la ciudad atacando a tantas personas sintiera, el radio de los rayos se hacía mayor con cada segundo alcanzando incluso a las personas que estaban escapando, atravesó a una mujer en el cuello decapitándola al instante, estaba con 2 niños y un hombre, el hombre corrió, rugiendo, babeando y maldiciendo a Rago, pero Rago ni se inmutó, justo cuando el hombre le iba a ensartar un puñetazo una línea roja cortó su brazo.
- ¿Por qué tardaste tanto Neir? – Rago era el único que se dirigía a Neir por ese nombre y no por "enano"
- Vi a muchos corriendo hacia las afueras del centro preferí matar a esos antes de venir, oye chisposo – dijo Neir al mirar al hombre y los niños. – ¿puedo matar a este y esos dos niños? – A Rago le pareció extraña la pregunta
- ¿Por qué quiéres matar a esos tres? – a Rago le causó curiosidad que Neir se interesara en esos tres específicamente
- Creo que los he visto antes, yo los dejé vivos y quiero ser yo quien los mate – al fin parecía tener algo de responsabilidad
- Pues ya que insistes adelante – Rago quería dejar que Neir se hiciera responsable por su error y aún mejor si él lo quería
Neir levantó su espada mientras el hombre corría hacia los 2 niños, Neir le cortó las piernas, el hombre cayó, una vez el hombre quedó tendido en el suelo sin posibilidades de moverse, Neir prendió su mano en fuego y la puso sobre la espalda del hombre, escuchó al niño gritar desesperado, Neir se extrañó ya que talvez sabía que haría o talvez solo era miedo, como fuese quemó al hombre vivo mientras observaba a los 2 niños gritando, el hombre gritaba desesperado, intentaba liberarse, pero sin sus pies y sin un brazo le sería imposible, Neir lo estaba quemando lentamente, poco a poco iba aumentando el calor en su mano con lo que quemaba lentamente al hombre, le encataba escuchar los gritos del hombre y de el llanto de los niños, lo iba a alargar tanto como pudiera, hasta que sintió que fue suficiente y aumentó el fuego de su mano quemando al hombre que ya no tenía ni fuerzas para gritar mientras era convertido en cenizas, posteriormente se dirigió donde los niños se encontraban, los dos niños lloraban y gritaban, los niños estuvieron un par de segundos inmóviles presos del miedo hasta que se pudieron echar a correr, Neir rápidamente los alcanzó y tomo a la niña por el pelo para elevarla y posteriormente tomarla por el cuello con su mano derecha; empezó a tirar hacia arriba, mientras con su otra mano tiraba del cuerpo de la niña hacia abajo, el niño lo golpeaba en un intento inútil de que la soltara, a Neir le agradaba escuchar los gritos de ambos mientras sentía como se desprendía la cabeza del cuerpo de la niña, no lo pudo contener y empezó a reír, escuchó el cuello de la niña crujir, el niño dejó de golpearlo y empezó a correr, la cabeza de la niña se empezó desprender de su cuerpo mientras la sangre empezaba a escurrir del cuello de la niña, se despegó la parte izquierda de su cabeza de donde salía más sangre la niña dejó de gritar, pero Neir siguió tirando hasta que arrancó su cabeza por completo, Neir fue bañado en sangre, soltó el cuerpo y fue tras el niño con la cabeza de la niña en su mano.
LUCAS
Lucas corría sin mirar atrás, el miedo no se lo permitía, Lucas no podía sacar de su cabeza la imagen de la cabeza de su madre a sus pies, su padre volviéndose ceniza y del tipo de rojo arrancando la cabeza de su pequeña hermana.
NEIR
A Neir no le costó encontrar al niño, era el único que se movía en la ciudad, el resto eran puros cadáveres. Neir se puso de pie frente al niño, el niño chocó con él y cayó al suelo, Neir estaba riendo, pero el casco no dejaba que el niño lo viera, aunque ya la sonrisa que tenía grabada el casco de Neir era bastante tenebrosa y siniestra
- Lo haz hecho más entrenido niño, supongo que por no ver como murió tú hermana te queda la esperanza de que este viva, una estrategia interesante pero… – Neir sacó la mano que tenía escondida en su espalda en la que cargaba la cabeza de su hermana, Neir vio los ojos de terror del niño y soltó la cabeza justo en los pies del niño. – Vez, intentaste huir antes de verla morir, pero simplemente me encanta ver la cara de terror que pones, claro no soy malo así que para que no mueras solo te traje a tu hermana… – el niño miró horrorisado a Neir. – Bueno, bueno la parte ligera de ella. Ahora – Neir sacó su espada. – Niño si no te importa, podrías gritar eso me hace sentir mejor a la hora de matar – El niño empezó a grtitar como loco mientras se ´ponía en pie para intentar huir.
Neir con un par de movimientos rápidos de su espada le cortó el brazo y casi toda la pierna izquierda y derecha, el niño cayó al suelo y apenas tocó el suelo Neir clavó su espada justo en el centro de su pecho dejándolo clavado en el suelo, Neir se sacó su casco para mostrarle su rostro al niño con su enorme sonrisa llena de gratificación por matarle, se acercó al oído del niño para dedicarle unas últimas palabras
- Mi nombre, es Neir. Bien ahora sabes a quien maldecir con tu último aliento – Neir sacó su espada del pecho del niño y limpió la hoja con el cabello de la hermana del niño seguido dio media vuelta y se marchó tarareando una canción.
- Te maldigo Neir – Lo último que pudo decir el niño antes de que sus ojos se cerraran.