DIEGO
Diego esperaba impaciente la llegada de Naga y los demás, cada segundo que pasaba se torturaba más y más pensando que estaban muertos y ya habían pasado horas desde que se fue de la base a preparar todo con la única esperanza de que ellos llegaran, caminaba de un lugar a otro en circulos alrededor de la pequeña casa en donde estaba, de vez en cuando se detenía y se sentaba a la mesa, se tomaba un poco de café en una jarra vieja que estaba en esa casa y después continuaba con su caminado de desesperación, ansia y un juego con sus manos, lo hacía inconcientemente, pero le ayudaba a liberar un poco de tensión. La luz del sol se empezó a filtrar por las ventanas, no se había percatado que llevaba toda la madrugada caminando en circulos y tomando café ocacionalmente hasta que se acostó en un sillón para rendirse ante el sueño y la fatiga. Diego despertó de golpe y lo primero que hizo fue ver la hora en su celular, eran las 7:12 am solamente había dormido una hora, pero esa hora fue eterna en un sueño abrazador y pesado, aun no habían llegado Naga y los demás, Diego pensó que ellos ya deberían de estar muertos así que se levantó abatido por la tristeza y el dolor llenándose de furia con cada recuerdo de todos mientras se dirigió al baño, estaba en una casa pequeña de un solo piso así que todo le quedaba cerca, no como en su casa, se dio una ducha y se puso uno de sus trajes elegantes, su reloj de la suerte, era un reloj negro bastante simple, pero desde que su hermano se lo regaló el creyó que ese reloj le traería suerte, después de todo con ese reloj conoció a su primera novia que lo dejó en un dia que él no encontró ese reloj, desde ahí lo usaba en ocaciones de máxima importancia como ahora, se acomodó el cabello hacia atrás, él creía que eso le daba un toque formal y salió para comer algo puesto que aún tenía unas horas antes de la reunión y tenía que parecer fuerte, tomó un poco de pan y se sirvió café, después se sentó en una pequeña mesa rectangular que estaba en la casa, mientras comía recordaba los momentos que pasó con su hermano los buenos y los malos, lo que se dijeron y lo que no, lo que pasó y lo que pudó pasar, el sentimiento lo controló por completo la tristeza lo llenó como a un baso de agua y en segundos Diego era un mar de lagrimas, tantas cosas que le pudo decir antes de dejarlo en la base… es más ¿Por qué diablos lo dejó ahí? El sabía lo que iba a pasar y Blys era su hermano su obligación era estar con él ¿o no? Después de todo para eso están los hermanos, para ayudarse entre sí, claro tenían problemas, pero eso era lo normal siempre los resolvían juntos como hermanos, y Diego lo dejó solo en su último día, Blys se enfrentó a ellos como todo un valiente… no, aún más, lo hizo como un heroe y Diego lo abandonó ahí ¿qué podría hacer Diego contra ellos? Diego no contaba con un brazo de metal o con habilidades de hielo, Diego era un simple inútil contra ellos, un estorbo más y ahora tenía que fingir que él no era nada de eso ¿como podría? ¿de dónde sacaría fuerzas ahora? ¿en quién se podría apoyar ahora sino en su hermano?, tocaron a la puerta, pero Diego ni despegó su cabeza de la mesa, no tenía animos, pero tocaron una vez y otra, hasta la quinta ocación Diego levantó la cabeza y se limpió las lagrimas del rostro, se levantó y se dirigió a la puerta mientras seguían tocando cada vez más desesperados, abrió la puerta para poder alegrarse un poco.
- ¡Naga, Mark, Lucas, Sara! Estan vivos, ¿cómo lo lograron? – el rostro de Diego recuperó un poco el brillo incluso su postura jorobada desapareció, pero un sentimiento amargo llegó a él, al ver que no estaba su hermano
- Es una larga historia Diego y por ahora ocupamos dormir – dijo Naga con mucho cansancio
- Sí... claro, disculpa Naga, me dejé llevar un poco por la emoción, pasen – Diego con un gesto de su brazo y cabeza les invitó a pasar, todos lucían terrible, Sara lucía un poco mejor, pero aun así Diego le habría puesto una gabardina, de seguro llamaron mucho la atención, ya que el helicóptero no podía aterrizar por ahí, caminar por ahí con una mujer completamente quemada de seguro atrajo muchas miradas curiosas. Entraron en una habitación donde había una cama matrimonial y dejaron ahí a Sara durmiendo, salieron y se dirigieron a una habitación contigua donde habían dos camas pequeñas, ahí dormiría Lucas, Naga y Mark iban a hacer turnos para poder vigilar a Sara las 24 horas.
- Naga, Mark antes de que duerman quiero hablar con ustedes en la cocina – los tres salieron de la habitación y dejaron a Lucas en ella con la puerta cerrada, cinco pasos y llegaron a la mesa o la cocina como la llamaba Diego. – Tomen asíento, gracias. Bien primero lo primero, Sara ¿cómo está?
- Esa pregunta yo la respondo – dijo Mark. – Diego, no sé como decir esto... hey hey, no me veas así... esta bien ya te digo... bien pues Sara, a mejorado rápidamente gracias a la cuna, pero no quedara igual que antes – dijo Mark sediendo a la presión de Diego
- ¿A qué te refieres?
- Pues veras Diego, cuando quemaron a Sara también dañaron tejidos, organos, parte de su cerebro y lo que son sus ojos son caso perdido, ahora puede distinguir colores y unas formas, pero de ahí no pasará, no podrá correr o saltar, disparar, se le va hacer imposible puesto no puede hacer mucha presión, no podra tener hijos, no le va a volver a crecer el cabello y las orejas, pues no hay nada que hacer ahí tampoco, el cuerpo le quedara con horribles cicatrices, lo bueno es que ella no ve ni sintie nada, así que no sabrá que esta hecha un monstruo – la forma en que Mark se expresó fue repudiada por Naga y Diego, pero prefirieron no decir nada, Diego no podía creer que Sara estuviera en tan mal estado, nunca se imaginó que fuese tan grave
- Crees que eso es bueno, eres un idiota Mark – Naga no pudo controlarse como Diego
- Tranquila Naga, mejor diganme ¿dónde está la cuna? – preguntó Diego inquieto puesto que se le haría tarde para su reunión
- Está en el helicóptero que dejamos en el “aeropuerto”, pensé que tú te podías encargar de eso – dijo Naga recordando a lo que ella llamó “aeropuerto”
- Vaya que rápido dejaste de decirme "presidente" – dijo Diego al ver que ahora Naga le hablaba distinto
- Lo lamento, es la presión
- Tranquila, olvidemonos de formalismos, de ahora en adelante soy Diego para los que estamos aquí – Diego reflexionó sobre todo en lo que había sucedido y entendió a Naga
- De acuerdo – respondió Naga
- Volviendo al tema, ¿qué pasó con la base?
- Ya no existe – Diego quedó atónito ante la respuesta de Naga
- ¿Qué? ¿cómo es eso posible? Era una estructura muy fuerte
- Pues todos la vimos volar en pedazos
- ¿Y los Knight?
- Pues… secuestraron un avión y a un piloto horas después de la explosión, me imagino que pudieron ser ellos – respondió Naga
- ¿Y Blys? – Diego preguntó con mucho temor de la respuesta, aunque ya sabía cual era
- Yo quiero responder señor – se hizo sonar la voz del pequeño Lucas a su espalda
- ¿Lucas? pensé que estabas dormido – dijo Mark
- Mark déjalo hablar, dime niño que pasó – dijo Diego nervioso
- Blys hizo un plan, decía que no podríamos ganarle a todos a la vez, pero que talvez podríamos con uno a la vez… – Lucas hablaba rápido y con tristeza recordando cada momento mientras unas lagrimas se le escapaban. – nos escondimos en el área de hiru y dos de ellos subieron ya habían matado a todos... Subieron el de rojo y la de verde… – Lucas tomaba aire para soportar las lagrimas. – cuando la de verde se quedó sola… atacamos ¡los dos peleamos valientemente contra ella señor!... – Lucas empezó a llorar, no pudo contenerse más. – ¡Entre los dos le ganamos señor, pero Blys cayó donde estaban los demás!... – Diego tragó saliva antes de hablar.
- Continua Lucas – el llanto de Lucas le había hecho cortar su relato
- ¡Él me dijo que me fuera, que protegiera a los demás!... ¡yo no quería, pero él me dijo que lo hiciera!... ¡lo abandoné señor, yo escuché como lo mataban y no hice nada!... – Lucas cayó de rrodillas al suelo llorando, Diego lo comprendía a la perfección porque él sentía lo mismo, Diego se levantó de la silla y lo abrazó, le susurro algo al oído, algo que solo Lucas escuchó, pero eso lo tranquilizó, hizo que parara de llorar casi al instante, después Diego lo soltó se vieron a la cara y Lucas asintió con la cabeza dio media vuelta y se metió al cuarto, se acostó y después de un rato se durmió
- Bien me voy a la reunión con el resto de los miembros de ONU – dijo Diego acomodándose su saco
- ¿Qué van hacer? – Naga quería escuchar que masacrarían a los Knight
- Ustedes encárguense de Sara, yo de lo demás – ya eran las nueve y Diego se dirgió a la puerta la abrió, pero antes de salir se volteó hacia Naga
- Naga entrégasela a Sara, no hay tiempo que perder
- ¿Y cuando vas a volver Diego? – Naga sentía mucha reponsabilidad y solo Diego se la podía quitar de encima
- En dos años, talvez – la respuesta de Diego no era la deseada, pero era la realidad, habían demasiadas cosas que hacer y no podía dejar que encontraran ese lugar
Diego cerró la puerta a sus espaldas y se marchó.
IGOROK
Igorok atesoraba los recuerdos que tenía de su familia ya que no eran muchos. A sus sies años fue elegido por el dios gélido Hilgok para ser uno de sus discípulos, depués de ese día no volvió a ver a su familia o amigos, se quedó a vivir en el templo de Hilgok en una apartada montaña de hielo entrenando día y noche con el abrazo de un terrible frío, tardó años en acostumbrarse al frío, hasta que le llegó la recompensa, cuando cumplió sus treinta años Hilgok lo escogió como el Knight de hielo y le entregó el nombre de Kalo, era la mano derecha de Hilgok y le obedecía en absolutamente todo, incluso hacía cosas que no quería. Los mortales se empezaron a revelar contra Hilgok y eso era algo que no toleraría, así que fue a Rusia e hizo un caos en un área que aún no se puede poblar haciendo que los mortales volvieran a temer al poder de Hilgok, pero a Igorok no le gustó para nada eso, para su suerte no era el único que estaba en contra de los dioses, había una Knight que él conocía, se unieron para derrotatar a Hilgok y otra diosa, pero algo pasó y ella nunca apareció, pero él no se dentendría, se cansó de Hilgok y se reveló contra él, pelearon, pero Igorok perdió después de una feroz aunque corta pelea, Hilgok lo castigó por su pecado mortal congelándolo en un desierto.
Igorok abrió sus ojos para ver que se encontraba en en una habitación color café, la habitación era bastante grande, habían muchos muebles y un par de espejos grandes, estaba acostado en una cama grande y suave, todo lo contrario a donde solía dormir, no sabía donde estaba ni cuanto tiempo había pasado, pero estaba fuera del hielo y eso era lo importante, ya no tenía la armadura puesta, pero aun sentía el poder de Knight, ya había recuperado su energía por completo así que se levantó y salió de la habitación solo había un pasillo largo de izquierda a derecha y al final de ambos unas escaleras, a la izquierda subían y las escaleras de la derecha eran para bajar, decidió bajar, abajo habían muchos pasillos y habitaciones, varias eran baños, había una armería donde tenían las armaduras, escuchó murmullos y siguió el sonido hasta llegar a una habitación sin puerta, se acercó y se quedó escuchando tras la pared, talvez escuchando entendería algo de donde estaba.
- Neir sigue, ¿que pasó después de la explosión? – ¿Habían dicho Neir?, sí, no se podía confundir, ese era un Knight y si mal no recordaba era el de fuego
- Ellos siguieron peleando… Depués se atacaron y crearon la gran luz que todos vivos… – era una voz de niño ¿Por qué Neir era un niño? ¿y quiénes eran los que pelearon? El niño se escuchaba muy triste y entre frases tomaba aire para continuar
- Sigue niño ¿que pasó con Prako y Blas? – ahora era la voz de una mujer, se escuchaba una voz fuerte y seria, pero sino escuchó mal entonces ¿Prako y Blas eran los que estaban peleando?
- Después de eso... solo encontré esto de ellos – Se escuchó metal y un silencio inundó todo
- ¿Esto quiere decir que están muertos? – otra voz de mujer, pero más suave y un poco más tierna que la primera que escuchó, seguramente era menor, si tenían razón Prako y Blas estaban muertos, ya no podría hacerle frente a Hilgok. – ¿y qué vamos a hacer ahora sin ellos?
- ¿A qué te refieres Mant? – ¿Mant? ¿Otra Knight? ¿estaban todos juntos?
- Todos vimos las noticias, la ONU le declaró la guerra a los Knight – ¿La ONU? Si mal no recordaba eran los líderes mundiales ¿Por qué ellos entrarían en guerra con los mortales? Jamás podrían ganar ¿o no? ¿qué pasó mientras él estaba congelado?
- Todos lo vimos Mant, pero no por eso nos vamos a retirar – ¿Retirar? ¿estarían pensando en eso realmente? ¿y cómo lo harían? ¿Por qué los dioses dejaban que los mortales se revelaran?
- Rago no te hagas el fuerte, ellos pudieron matar a Myr y ya no están ni Prako, ni Blas, dime ¿cómo vamos a pelear con ellos? Dime y yo me quedo contigo. Y si no es así, mejor ven conmigo – Rago, otro Knight, el electrico
- Yo me voy – dijo la voz femenina que era más fuerte
- ¿Cassie, en serio nos vas a dejar? – Cassie era la de esa voz, si estaban Neir, Mant y Rago, Blas y Prako estaban muertos, Nary había desaparecido hace mucho, lo que dejaba a ella como Gravel o Arulda
- Sí, voy a desaparecer y les recomiendo hacer lo mismo a todos – se escuchaba muy decidida a dejar todo atrás
- Yo también me voy – la voz femenina más joven se unió a la otra con la misma idea, se podía escuchar un pequeño toque de ira y tristeza en la voz de todos
- ¿Mant tú también? ¿Por qué? – Igorok pensó que tendría una posibilidad contra Hilgok si peleaban todos los Knight contra él, ahora todos se separaban por temor a los mortales, era claro que no podrían pelear contra un dios.
- Espera Mant, antes de irnos tenemos que hacer algo
- ¿De que hablas Cassie?
- Pues vamos a enterrar lo último que quedó de Prako y Blas – Igorok entró en la habitación, todos estaban sentados en una mesa larga sin sus armaduras excepto Neir, todos lo vieron a él en el momento que entró en la habitación, unas miradas rápidas y notó que esa era la cocina, solo había un hombre ahí que debía de ser Rago y por sus ojos amarillos lo confirmó, tenía pelo café, era un poco alto y algo musculoso, también estaba una mujer algo mayor de muy buen ver, tenía ojos cafés y así confirmó que era Gravel, tenía una cara alargada de expresión fuerte y sensual al mismo tiempo con un cabello castaño que le llegaba hasta la cadera, un cuerpo tonificado y esbelto, también había otra mujer, lucía más joven con su cabello rubio hasta los hombros, una cara alargada de expresión fría y grandes ojos plateados, era obvio que ella era Mant la Knight del magnetismo, era más pequeña que Gravel, pero también tenía un cuerpo tonificado, muy bonita en general. Todos lo miraban con expectativa a que diría
- Por su expresión parece que no saben quién soy, mi nombre es… – recordó que ellos se referían entre sí por sus nombres de Knight. – soy Kalo
- ¿También eres un Knight? – ¿Cómo no sabían que había otro Knight? Estos eran muy raros
- Pues sí – dijo Kalo como sabiendo que era la cosa más obvia de todas
- ¿Y qué pasó con tu armadura? De la nada se derritió – dijo Neir con curiosidad
- Pues me cansé y no pude mantenerla por más tiempo
- ¿Y tú sabes quiénes somos? – preguntó Rago con desconfianza
- Claro – Igorok señaló con su dedo. – Gravel, tu eres Mant, tu Neir y tu Rago
- Bien Kalo, te pondré al tanto, este grupo ya no existe y los líderes del planeta nos quieren muertos dijo Gravel
- Pues yo soy un Knight y si los mortales creen que se pueden meter conmigo, lo van a lamentar
- Jumm, ¿enserio? Pues te van a matar galán – Gravel le dedicó una sonrisa un tanto burlista
- Escuché lo que dijiste Gravel, ellos no podrán contra mi – Gravel se levantó y tomó un pedazo de metal negro y otro blanco que estaban en la mesa
- Entonces si gustas nos puedes acompañar y después haz lo que quieras, además yo soy Cassie no Gravel – ella también estaba encontra de los dioses y lo reflejaba al usar su nombre y no el de Knight, o eso pensaba, Cassie salió de la habitación y tras de ellas iban los demás, Igorok no podía creer que ese par de pedazos de metal fuera lo único que quedó de Blas y Prako. Después de unos momentos Igorok los siguió, todos iban en silencio se podía sentir un ambiente de tristeza, al salir Igorok vio que el lugar parecía un casco desde afuera, estaban rodeados de nieve
- Alguno podría decirme ¿dónde nos encontramos? – preguntó cuando no lograba ubicarse
- En Alaska galán – le respondió Cassie. ¿Alaska? ¿cómo llegó hasta ahí? Mejor preguntaría después ahora era un mal momento para hacerlo, lo bueno era que sabía donde estaba y para alguien de hielo era muy bueno estar ahí. Estuvo lejos del grupo mientras hacían un hueco y metían los pedazos de metal en el agujero, todos siguieron en silencio por un rato
- Ya me voy – Cassie fue la primera en decir una palabra, Rago y Mant la vieron con una expresión de tristeza en sus rostros, Neir no levantó la cabeza, él solo se quedó mirando el suelo sin decir nada
- ¿Realmente lo vas hacer Cassie? – Rago se escuchaba completamente destrozado
- Aceptalo Rago, no vamos a ganar, lograron matar a Myr y nosotros no podremos contra todos ellos – ¿Quién era esa tal Myr? Quien quiera que fuera su muerte los afectó a todos
- ¿Mant tú también te vas? – preguntó Rago
- Sí Rago
- Pero ¿por qué?
- ¡Porque me da miedo morir a manos de ellos! prefiero seguir viviendo, ¡por favor Rago ven! – casi se podía sentir la ira y la tristeza con las palabras de todos, parecía que Rago quería que el grupo siguiera unido, pero no lograba nada
- ¡Ellos nos encontraran sin importar que hagamos! prefiero morir peleando
- No nos encontraran Rago, ellos no saben quienes somos, solo nos tenemos que quitar las armaduras – Rago se quedó en silencio parecía pensarlo
- ¡Si lo piensas tanto mejor largate Rago! – Neir por fin habló y se escuchaba enojado
- Neir ¿qué pasa?
- ¡Todos son unos cobardes que le temen a unos simples humanos! – rugió Neir
- ¡Escucha enano! esos simples humanos mataron a Myr – dijo Mant repitiendo ese nombre
- ¡Sí, a la más débil de nosotros! Prako y Blas impusieron respeto y partieron a ese maldito por la mitad, ¡eso tenemos que hacer con estos! – Neir era el único que entendía la posición de los Knight con respecto a los mortales
- Bien mocoso para cuando termines te enterraremos aquí, al lado de ellos – Mant también estaba enojada
- ¡Pues eso tiene más dignidad que lo que ustedes hacen! – una vez más estaba de acuerdo con Neir, huir nunca fue algo digno, todos se quedaron en silencio, el niño jadeaba de ira sus manos echaban paqueñas llamas
- Niño escuchame, se que estas molesto y todos lo estamos, pero enfrentarnos a ellos es un suicidio, lo mejor es desaparecer – dijo Cassie intentando convencer a Neir
- Neir escuchala es lo mejor – Rago intentaba lo mismo
- ¡Noo! si ustedes se quieren ir haganlo, nadie los detiene – Neir estaba decidido a luchar así fuera solo
- ¡Neir eres mi hermano y reponsabilidad así que vienes conmigo! – ahora entendía mejor porqué Neir estaba molesto, su hermano estaba actuando como un cobarde, pero Rago hacía lo que creía mejor para él y su hermano, entendía a ambos y no lograba imaginar que haría él en esa situación
- ¡Vete a la mierda Rago! yo ya no soy un niño, si no te haz dado cuenta tengo cientos de años, ¡ya no te necesito! – Rago se vio muy herido por las palabras de Neir a lo que no dijo nada solo dio media vuelta y se marchó
- ¿Entonces estás seguro de esto niño? – preguntó Cassie una vez más
- El carruaje de la cobardía te va a dejar atrás – Cassie y Mant también se marcharon entre lagrimas e ira, solo quedaban Igorok y Neir. – Tú rubio, ¿no piensas irte?
- Claro que no Neir, ya lo dije una vez, los mortales no pueden contra mí
- Parece que seremos tú y yo contra el mundo, literalmente – dijo Neir cambiando su semblante, era claro que intentaba ocultar su dolor para parecer más fuerte
- Tienes suerte de que yo me quedé – comentó Igorok
- Te tienes mucha confianza
- Yo e peleado contra ejércitos solo y me e medido contra un dios, los mortales no son nada
- ¿De qué dios hablas? – solo con mencionar un dios y los ojos de Neir brillaron en curiosidad
- Hilgok el dios del hielo
- ¡¿El maldito que nos congeló?! – dijo Neir sorprendido
- Seguramente, así el castigaba a los que se revelaban contra él
- ¿Sabes dónde está?
- Talvez siga en su templo, no lo sé, de todas formas voy a ir por él – dijo Igorok con decisión
- Escucha em.... ¿cómo te llamas?
- Ahg, me llamo Kalo niño ¿como es que no lo sabes? – le resultaba muy extraño que no supieran nada de él
- Yo no se mucho sobre Knight, ni los dioses en fin. Escucha Kalo yo te ayudo a ir por ese dios pero primero ayudame a mí con los mortales – Igorok destacó dos cosas que dijo el niño, primero ¿cómo era posible que no supiera nada de los Knight, ni los dioses? ¿acaso a ellos no los entrenaron? Después le preguntaría eso ahora lo más importante era que Neir le propuso un trato, si iba solo contra Hilgok perdería otra vez sin contar que los mortales se meterían en su camino, pero si ayudaba a Neir podría sacar a los mortales del camino y tendría la ayuda de Neir.
- Acepto, yo te ayudo y después tú me ayudas a mí, pero lo vamos a hacer a mi manera Neir
- ¡Bien! solo dejame lo entretenido a mí y no tendremos problemas. Por donde empezamos
- ¡¿Qué?! ¡ni tan siquiera tienes un plan Neir! ¡¿como pensabas ir por ellos?!
- No te enojes rubio, es que lo de los planes no se me da bien
- No importa yo voy hacer el plan, en todo caso mejor así, todo estará en mis manos
- Ya que todo está, ¿podemos entrar? Quiero comer algo... antes de que lo olvide ¿sabes cocinar? – Igorok entendió mucho viendo como se comportaba Neir, apesar de tener muchos años seguía siendo un niño, talvez se mantenía así por cuidarse a sí mismo
- Ya me estoy arrepintiendo
- Tranquilo rubio, se que nos vamos a llevar bien
Ambos entraron en el casco y mientras Kalo cocinaba Neir le contaba todo lo que había sucedido mientras él estuvo congelado.
DIEGO
Diego llegó cinco minutos tarde a la reunión, la reunión era en un edicio bastante grande donde se dedicaban a fabricar vehículos de combate, el proprietario era Ahmar Lentovak un hombre ruso y uno de los siete hombres más importantes del mundo, Diego llegó al último piso donde se llevaría acabo la reunión, abrió las puertas y entró en una sala bien iluminada y equipada para cualquier necesidad, había una gran mesa redonda en el centro donde habían seis personas sentadas, eran todos los miembros de ONU que lo estaban esperando, Diego cerró la puerta a sus espaldas y tomó asiento, vio a cada uno de los miembros a los ojos, empezó por su derecha donde estaba Annata Valena, era la dueña de varios bancos de Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Suiza, Brazil e Italia y por lo tanto de gran cantidad de dinero, en su línea se manejaban enormes cantidades de deudas de estado lo que les daba poder sobre dichos estados, al lado de ella estaba Elica Bentter, era la encargada de armas virales también de vacunas y medicinas, la mayor productora de enfermedades para disminuir la población o dominarla, depués de un tiempo podían liberar la cura a un precio considerable provocando que las personas siguieran con sus deudas, al lado de ella estaba Aakif Onigio, era el encargado de crear y proveer armas a todo el mundo, mantenía viva la guerra y balanceaba el poder al lado que les beneficiara, a los que fueran más controlables y si alguien quería tener acceso a eso debía tener el dinero lo que hacía que más personas tuvieran que pagar a Annata, a su lado estaba Ahmar Lentovak, el principal proveedor de todo tipo de transportes, el que impulsaba la utilización del petroleo ya que él y Diego eran dueños de enormes petroleras, también estaba a la cabeza con la producción y la venta de piezas para vehículos de exploración espacial y submarina, no había un solo vehículo en aire, tierra, agua o sobre el aire que no tuviera algo que saliera de él y terminando el circulo estaba Sehun Kiong un coreano que era el principal en cuestiones de tecnologia y experimentación, todo con respecto al avance y los intentos de crear a un humano más evolucionado, más fuerte, más rápido y más inteligente, Sehun era un anciano así que siempre atrás de él estaba su hija y futura heredera Hana Kiong, Sehun creía que no viviría mucho más y por eso le mostraba todo a su hija, aunque todos creían que Sehun los enterraría a todos antes de morir.
- Llegas tarde Diego – Annata odiaba esperar y ya estaba de mal genio
- Lamento mi retraso y pido disculpas a todos
- Es lo mínimo, ya que esta es la segunda ocación que haces esta reunión, al menos esta vez sí llegaste – dijo Annata de mala gana, era comprencible, todos tenían mucho que hacer y sacar el tiempo era tarea difícil
- Sí y también lamento eso Annata, ¿podríamos seguir con la reunión? – Annata respodió con un simple gesto de su mano
- Diego ¿qué sabes del área Z? – preguntó Sehun una vez que Annata dejó que continuaran
- Pues Sehun, lamento informar que el área Z ya no existe
- ¡¿Y como dejaste que pasara eso?! – Todos se exsaltaron al escuchar la noticia excepto Ahmar que parecía saber lo que sucedía
- Pues así es Sehun, los Knight llegaron mataron a todos y la destruyeron – Diego intentaba ocultar su tristeza, pero se le dificultaba mucho
- ¿Y donde están esos malditos? – Aakif estaba alterado, sabía que él era el que más perdidas tenía con la destrucción del área Z ya que muchos de los elementos que utilizaba las sacaba de ahí
- Aakif, te aseguro que si lo supiera ya habría ido por ellos
- Y habrías fallado, como siempre Diego, ya pasamos la declaración de guerra contra ellos, ahora saben que los buscamos y que los mataremos – a Diego le molestó el comentario de Ahmar, pero tenía razón. Diego no había podido hacer mucho contra los Knight
- Pues ellos no se quedarán de brazos cruzados, ellos van a… – Diego no pudo terminar ya que Ahmar lo interrumpió
- Pues que vengan por nosotros, así nos ahorran el trabajo de ir por ellos, Sehun ¿cómo vas con los experimentos? – Diego odiaba cuando Ahmar pasaba sobre él, pero talvez ahora era lo que ocupaba, su mente estaba dividida entre el dolor, la tristeza, la nostalgia, la ira y la impotencia, aparentar que estaba bien se le dificultaba mucho
- Para ser honesto no he tenido gran avance, nadie soporta el injerto – dijo Sehun con gran frustración
- Por un lado tenemos a los Knight y también a esos malditos alados – Ahmar elevó la voz con enojo
- Nuestra prioridad ahora son los Knight – dijo Aakif intentando calmar los animos
- Concuerdo con Aakif... y Aakif ¿cómo van las armas? – preguntó Diego
- Con la ayuda de Elica hemos tenido un gran avance en ese tema, las B.A.1 están listas – comentó Aakif dando por fin una buena noticia
- Esa es una gran noticia Aakif. Y tu Elica ¿como vas?
- Los trajes estarán listos pronto – otra buena noticia, las áreas de ataque y defensa estaban mal, pero era de esperar, no estaban preparados para esa clase de enemigos, ahora lo iban a estar; Diego siempre pensó que eso significaba ser un humano en este mundo, caer y levantarse, siempre enfrentaban a seres más poderosos, pero lograban ganar, el ingenio siempre les permitía mejorar
- El ataque a la prisión no quedará impune, esos alados van a arrepentirse por atacarnos y en cuanto a los Knight, los vamos a matar a todos. Sin más que decir damas caballeros creo que nos retiramos y … – Ahmar interrumpió a Diego una segunda vez, seguramente para dejarlo en mal otra vez
- Mi estimado presidente Diego, antes de terminar me gustaría saber que pasó con el hielo del sector Z y el tipo que estaba dentro del hielo
- Con gusto te rrespondo Ahmar, del hielo no queda nada y del tipo que estaba adentro seguramente corrió el mismo destino – Diego no sabía mucho sobre lo que quedaba o no en esa área ya que los recolectores apenas fueron enviados
- ¿Y dices eso con gusto Diego? Eso debería de darte verguenza y todo por poner a el inútil de Blys acargo del sector Z, ahora perdimos lo más importante de nuestra investigación junto a multiples reliquias – Diego tuvo que controlar su ira para no golpear a Ahmar en ese instante
- Escucha Ahmar, yo sé lo que perdimos, pero nos recuperaremos para acabar con esos Knight
- Eso espero Diego – el tono de Ahmar era muy desafiante, él no tenía el menor respeto por Diego. – Dejando eso de lado. Elica ocupo esos trajes lo más pronto posible, esos tipos se están expandiendo y muy rápido, las B.A.1 no pueden ser nuestra única oportunidad, no debemos hacer las estupideces de Diego y dejar todo en un mismo lugar, debemos tener varias opciones
- Estoy de acuerdo con Ahmar, hacer frente a esos alados se vuelve cada vez más complicado, aparecen y desaparecen sin dejar rastro, debemos de estar preparados siempre – comentó Annata
- Annata, Ahmar, ocupo que esperen un poco, los trajes ya están en un ochenta porciento
- Es bueno escuchar que trabajas rápido Elica, pero en vista de las nesecidades yo te ayudaré – dijo Sehun que con sus recursos podría acelerar el proceso en gran medida
- Gracias Sehun – dijo Elica
- Bien entonces con esto concluimos la reunión, Annata y Ahmar se encargaran de los alados, Sehun ayudará a Elica, Aakif me ayudará con los Knight y también enviará las B.A.1 para enfrentar a los alados. Apartir de ahora estamos en guerra, debemos estar listo para pelear en cualquier momento y apoyarnos entre todos
Todos asintieron, se levantaron de sus asientos para marcharse y arreglar los detalles para acabar con los Knight de una vez por todas.