Knight-Lord Experiment: Cuentos Conceptuales

Knight-Lord Experiment: La evidencia del detective

Knight-Lord Experiment: La evidencia del detective

Autor: Manuel RM Reyes

- ¡Alto en nombre de la ley! -rugió un policía inglés al mismo tiempo que apuntaba su arma en lo alto, detrás de él aparecieron otros oficiales con armaduras y rifles de asalto-.

El ambiente se llenó de luces estridentes, producto del disparo de las armas a base de electrones paralizantes, tanto de la policía como de los criminales que iban a detener en esa redada gracias a una llamada anónima.

- ¡Es muy tarde Figueroa! -gritó un agente que llevaba anteojos que combinaban muy bien con su cabello pelirrojo de aspecto artificial. - ¡Tenemos rodeado el edificio!

- ¿Crees que este almacén es mi salida de escape? -respondió alguien de acento español de entre los disparos. - ¡no voy a caer sin pelear!

-Tú lo pediste -Jerry Woodman, que es el nombre del detective que nos vamos a enfocar, sacó una especie de plato que lo colocó en el suelo, este empezó a emitir unas ondas, apretó un botón oculto que había en sus lentes y a pesar de que sus adversarios estaban bien protegidos, podía verlos en siluetas amarillas. - bendita seas tecnología

Jerry hizo señas a un par de oficiales y estos corrieron a cubrirse detrás de unos tambos, luego uno de ellos comenzó a disparar su arma en ráfagas a ciegas. Después el agente señaló a otros dos guardias a que tomaran posiciones detrás de unas cajas, un muchacho novato sacó unas granadas de chispas, su compañera se puso en posición de francotiradora.

-Señal de la Reina -indicó el agente en modo de código-.

- ¿Señal de la Reina? ¿Qué es eso? -dijo un criminal escondido-.

-Creo que estamos fritos -dijo otro que no podía contener su miedo

-Jolly-Roger

El novato lanzó una granada de chispas sin ninguna intención de darle a nadie, la granada explotó al primer impacto contra el suelo, produciendo un estruendo semejante a la ruptura de un globo, salieron chispas enormes en todas direcciones, produciendo dolor en aquellos que llegase a pegar, obligándolos a salir.

- ¡Me quema! ¡me quema! -gritó un joven mientras arrojaba su metralleta contra el suelo y luchaba por quitarse su chaleco antibalas que había alojado varias chispas. Luego la policía lo neutralizaría con un disparo de sus armas.

Otros pasaban por lo mismo, uno de ellos se arrojó a un pequeño canal en el que había una lancha con tal de quitarse el dolor ígneo que tenía. La lancha trató de arrancar, pero se estrelló contra unos maderos, sacando a los hombres que la pilotaban e irónicamente el vehículo ya vacío había escapado del tiroteo.

El policía novato trató de lanzar otra granada, pero se le escapó de las manos, cayendo detrás de él. Su compañera, sin dudar, tomó del hombro a su compañero y saltaron su cobertura para caer del otro lado poco antes de la explosión. Sin embargo, el señor Figueroa había logrado escabullirse hasta la puerta hasta que las chispas de la granada lo obligasen a tratar de quitárselas, tirándolo por unas escaleras y así quedando impedida su huida.

- ¡No disparen, nos rendimos! -gritó un hombre que tiró sus armas y otros lo siguieron. - ¡Nos rendimos!

-Excelente -luego el agente indicó a los oficiales que les fuesen arrestando-.

La redada había sido un éxito, decomisaron armas de electrones no catalogadas repartidas en dos camiones, también granadas de diferente tipo y múltiples artilugios de exploración. La policía británica y el MI6 estaban orgullosos de haber colaborado en una misión Real muy importante.

Horas más tarde, en las oficinas de inteligencia británica, Jerry Woodman era felicitado por sus compañeros, le felicitaban por su liderazgo en el campo de batalla y el dominio estratégico de los escenarios. Habían servido pizza y otros ricos alimentos como fiesta, pero más tarde todo mundo volvería al trabajo. Jerry llegaría hasta su oficina, encendería su computadora mientras en su teléfono veía notas que había tomado hasta llegar a la resolución del caso, en el monitor se aparecería una imagen con un paisaje de los Alpes suizos y la inserción del password que no era más que su número código y el piso en el que se ubicaba, luego pasaría al fondo de pantalla en el que se apreciaba una sensual fotografía de la “chica-zorra” Maika Peña de Proyecto Skywing, ella estaba descansada sobre una cama, con el brazo derecho apoyado sobre su mejilla mientras que en el izquierdo sostenía al Skywing, vestía su corsé y su característica pequeña falda negra victoriana y sus piernas resaltadas por sus medias de liguero. Jerry amaba a esa imagen a pesar de que la novela en que ella sale tiene siglos que había salido, pero vaya que se quedó con la imagen de la coprotagonista del libro.



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En el texto hay: fantasia, futurista, kle

Editado: 22.04.2019

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