KLE - Cuentos de los Nightwind: Maestro Estratega y la Teoría del 1%

“Toma una decisión, tómala mal” ¿Sabes? A lo largo de nuestras vidas tenemos que tomar decisiones, a veces no siempre dependen de nosotros, y bueno, no todas son apropiadas para uno. Hay porcentajes el nivel de éxito o fracaso en todo lo que te propongas. “Voy a estudiar una carrera” Tienes un 80% de fracasar que debes tomar en cuenta para alcanzar el otro 30% para culminar los estudios correctamente. “Voy a cocinar carne de res estilo gourmet, aunque no tengo idea de cómo hacerlo” Tu falta de experiencia adicionan un 70% de peligrosidad a lo que haces y aumentará 20% si implica la estufa no tiene mecanismos de seguridad antiincendios, ¡Pero hey!, ese tutorial en tu teléfono te dan un 30% de seguridad si lo sigues al pie de la letra y un 60% si te explican la forma correcta de encender la estufa en los parámetros indicados. “Voy a salir a comprar un mueble para mi sala” Ten mucho cuidado con el 40% de que se caiga en el trayecto y se rompa, o del 20% que tienes de sufrir un accidente del cual un 60% no depende de ti, sino del resto de automovilistas despistados que conducen a tu lado…

Curiosamente, de los ejemplos que te acabo de dar, todas tienen chances de éxito a pesar de sus riesgos, Felicidades, acabaste tu carrera, aunque te costó. Enhorabuena, tu platillo está exquisito y me encantaría comerlo en la mesa nueva que compraste. En la vida tomas decisiones como he dicho, cada una con ciertos niveles de peligro. ¿Pero qué pasa si te digo, que incluso hay cosas que no previenes y haces que lo pierdas todo? Un error, no fue tu culpa. Pero ese error te costó lo que habías avanzado, eso que impide que te muevas, algo más contundente que el filo de una espada atravesando tu cuerpo de lado a lado: Eso, eso era el 1%. Como viste en los ejemplos, muchos iban en un rango de 20% a 100% aprox., cosas sencillas para darte a entender mi punto, ¿Pero que pasa si de las decisiones que tomas involucran el 0.001%? Más complicado, ¿No?

Desafortunadamente nosotros vivimos como animales: actuamos, pero no medimos los riesgos, la mayoría de las veces todo sale bien para nuestra fortuna, sólo basta cruzar el camino y ya está, no hay nada más. La cuestión es, siempre hay algo. Mi padre solía decirme: “Hay dos formas de aprender en esta vida, una es entendiendo y la otra a base de golpes… yo aprendí de la segunda opción” Papá se fue a la bancarrota dos veces, logró salir adelante, lo mismo mamá. Les costó muchísimo aprender conceptos tan básicos que al final derivaron en que su vida se fuera al traste por un simple error, tan pequeño que nunca lo vieron. Hoy en día viven en el campo, pero mandaron a su hijo aprender en escuelas militarizadas porque no podían costearse una buena escuela. No los culpo, aprendí muy bien, tal vez demasiado. Tenía la vida hecha, pude encontrar un buen empleo, tal vez seguir en el ejército. Todo fue que vacacioné en Inglaterra, caminé por la noche y alguien me acuchilló. Lejos del mundo, lejos de la gente, y yo desangrándome. ¿Qué chances había de ser acuchillado en ese lugar con poca gente?, ¿Cuáles eran las estadísticas de que me asaltaran cuando iba a cambiar una llanta de mi auto? ¿Y cuáles eran de ser apuñalado sin anticipo alguno? Me dejaron ahí, en la nada, desangrándome, juraría que había muerto, las luces más cercanas estaban al menos a un kilómetro de mí, la gente que pasaba iba en vehículos aéreos y sin embargo, todo mundo ahí ignoraba que un joven había sido atacado, caí y apostaría a que había muerto, no sentí nada más, de por sí tengo un complejo que me impide sentir muchas cosas, pero estoy consiente de lo que me pasa. Y sin embargo, estoy acá, hablándote. Ese era el 1%. Desperté, unos doctores me habían salvado, pero no eran humanos, y mucho menos certificados legalmente, pero me habían salvado. Atraparon al tipo, pero confesó su asesinato y me dieron por muerto en los sistemas del mundo, mis cuentas bancarias no estaban más a mi disposición y lo que fui tampoco estaba a mi alcance, sólo tenía mi nombre. Y fue así como entré en esta organización, mis conocimientos económicos resultaron de alto valor para ellos, pero pronto se darían cuenta que yo no era sólo finanzas, sabía administrar, ordenar… liderar. Me pusieron a prueba, y esas pruebas… Vaya que dejaban un sabor de boca que rivalizaría con el bistec que dan en este hotel 5 estrellas mexicano. Tal vez a los ojos del mundo, lo que hago no es lo correcto, pero ellos me salvaron la vida, y yo tengo que devolverles el favor. Meditar sobre el 1%, me ha ayudado muchísimo desde esa cuchillada.  Yo tengo el control de la batalla, incluso si esta es sólo un sketch en un plano…

Irlanda, año 2602

Es de noche, su oscuridad es tan intensa que las únicas fuentes de luz son las ciudades que están a lo lejos y la luna en sí. ¡Pero espera! Hay otras luces, a un lado de un camino en dirección a una carretera. Se mueven rápido, de un extremo a otro sin cesar, alumbrando un recinto, un almacén abandonado al parecer. Bueno, no del todo abandonado. Resulta que estas luces son en realidad las descargas de munición de ametralladoras y armas de electrones, combatiendo entre sí, coloreando de rojo, azul y verde el lugar.

TAN PUM TIIAAN TIIAANN

Incluso parte del lugar queda coloreado de naranja por un barril que acabada de explotar.

Dentro del almacén abandonado, unos hombres recargaban sus armas, metralletas, escopetas, pistolas e incluso un lanzagranadas.

            -No entiendo como dieron con nosotros -dijo uno de ellos.- se supone que los habíamos dejado atrás.

            -Cállate -habló un hombre pelirrojo, al parecer el jefe, mirando unos planos del lugar.- este lugar debería tener un sistema de drenaje por el cuál huir.

            -Se han prendido en fuego los autos -dijo un matón que miraba por una ventanilla al exterior.- los hombres de afuera perderán la situación de un momento a otro.

            -A ver, tenemos montacargas abandonados aquí, quizá si les aplicamos una descarga eléctrica vuelvan a funcionar…