Usando el Libro de las Sombras, Anna comenzó un ritual de contención. Dibujó símbolos en la nieve con velas de cera virgen y pronunció palabras antiguas mientras los sobrevivientes aportaban su bondad genuina.
Krampus rugió con furia, pero la luz del ritual comenzó a debilitarlo. Las sombras humanas en el saco se liberaron, dispersándose en destellos de luz. Sin embargo, la criatura logró escapar hacia la niebla, prometiendo regresar más fuerte. El bosque quedó silencioso, pero Anna sabía que esta victoria era solo temporal.