Con un acto de sacrificio inesperado de uno de los sobrevivientes y la unión de todos los demás, la luz del ritual alcanzó su máximo poder. Krampus fue repelido, liberando a las almas atrapadas y dejando la nieve brillante y pura.
Sin embargo, antes de desaparecer en la niebla, el demonio pronunció su última amenaza:
—Esto no es un adiós… volveré cuando la oscuridad vuelva a nacer.
Anna y los sobrevivientes regresaron a sus aldeas, exhaustos pero vivos. La Navidad estaba a salvo por ahora, pero la amenaza de Krampus permanecía, un recordatorio de que la maldad nunca desaparece completamente.
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Editado: 08.12.2025