Anna encontró referencias a un segundo manuscrito, conocido como El Libro de las Sombras, que contenía rituales para repeler o contener temporalmente a Krampus. El libro advertía que cualquiera que intentara usarlo sin preparación se arriesgaba a ser atrapado por el demonio para siempre.
Los rituales requerían un sacrificio de bondad genuina: actos de altruismo que debían realizarse sin que nadie los viera, con la intención pura de proteger a otros. Además, había símbolos específicos que debían dibujarse en la nieve y encender velas de cera virgen para crear un círculo de luz que pudiera debilitar al demonio.
Anna entendió que no podía hacerlo sola. Necesitaría aliados, personas dispuestas a enfrentar sus propios miedos y oscuridad interior para sobrevivir y proteger a los demás.