El grupo regresó a Hinterwald exhausto pero vivo. Habían contenido a Krampus temporalmente, salvando a las víctimas atrapadas en sus sombras. Sin embargo, Anna sabía que la criatura no había sido destruida, solo contenida. Su presencia aún latía en la niebla y en los corazones de los aldeanos.
Mientras la nieve caía sobre el pueblo, Anna escribió en su diario:
"Krampus no es solo un monstruo; es la oscuridad que llevamos dentro. Mientras existan secretos, miedo y maldad, él regresará. Y la próxima vez, será aún más fuerte."
La última página del Libro de las Sombras se cerró sola, dejando un susurro en el aire:
—Nos vemos en la próxima Navidad…
El terror de Hinterwald continuaba, y Anna comprendió que su lucha por detener a Krampus apenas comenzaba.