Mientras caminaba rumbo a la escuela, Za Dan Kye comenzó a sentir una extraña sensación a darse cuenta que un carro gris la seguía, lo que desesperadamente comenzó a buscar donde entrar para refugiarse pero aún era muy temprano los locales aún continuaban cerrados, entonces sacó discretamente su celular para marcarle al 911, de pronto sintió como alguien se le pego a lo que intento no verse nerviosa entonces echó un vistazo era un rostro familiar lo que la hizo sentir aliviada.
-Me asustaste estúpido.-dice alterada.
-Menos mal te alcancé, miré como aquel carro te seguía entonces comencé a caminar un poco más rápido sin tratar de llamar la atención.-Responde una voz varonil.
-Srita.¿se encuentra bien?.-Preguntó la operadora que continuaba en la línea.
-Si, llego un amigo a salvarme.-Contestó amablemente y colgó la llamada.
-Te he dicho mil veces que me llames cuando vengas a la escuela.-Dice molesto el joven.
-Lo siento, es que no me gusta la idea de depender de alguien más para poder ir a la escuela.- Contesta seria mientras se alejaba de él lentamente.
-Entiende que corres peligro, diariamente.-El tono de voz del chico cambio, se escuchaba preocupado.
Se quedo callada Za Dan.
-No quiero que te pase nada malo, como le sucedió a nuestra maestra.-Volvió acercarse lentamente a Za Dan.
-Lo sé.- Respondió cabizbaja.
Entonces llegaron a la escuela en la entrada estaban dos maestras junto al director asegurándose de que todos sus alumnos y maestros llegaran con bien.
Ya que recientemente había desaparecido la maestra de piano, tras ser encontrado el cuerpo de su prometido sin vida, se había lanzado una alerta por persona no localizada ya que todo indicaba que la habían secuestrado.