Kull-Dan: La Búsqueda de las 7 Máscaras Perdidas

La Bienvenida al Somnus Maldito.

 

 Anteriormente en el capítulo Buenas Nuevas, Robert Schmitt. El adolescente recibe la máscara de Pewter en el rostro por parte de una figura fantasmal, cuyo objetivo no fue aclarado del todo, pero en cuanto el joven se desmaya por el suceso, éste mismo percibe una voz sigilosa a lo largo del sueño.

 

- ¿?: Inconsciente, otra vez… Y ojalá la última…

 

   Después de unos segundos, el joven Schmitt abre los ojos muy cansado debido a la falta de energía que recién activa. Viendo la 1era. Imagen del nuevo mundo, la cuál representa un gran arco de concreto con restos de metano adherido a éste mismo.

 

- Robert: Ah… ah… ah…

 

   Al momento de levantarse, el muchacho coloca el antebrazo derecho encima de una extraña superficie.

 

- Robert: ¿Ah?

 

  Dirigiendo la vista directamente en la curiosa constitución del suelo, éste protagonista se da cuenta que hay un conjunto de flores amarillas en toda el área donde éste se encuentra acostado, acariciando los suaves pétalos haya un fragmento de papel, el cual lo pone dudoso con lo que éste mismo es, por lo que decide sujetarlo con la mano izquierda, lo aproxima hacia un centímetro de las hermosas plantas y procede a leer la indicación que lleva éste mismo.

 

- Robert: Léeme…

 

   Al hurgar la pequeña nota para revisar su estructura, una parte de ésta misma es levantada por el chico, de tal manera que va leyendo la nueva misión que aguarda en el mundo.

 

- Robert: Sigue a las ratas hasta encontrar una escalera.

 

   De pronto, una apelante risa malvada se llega escuchar muy lejos de la locación de Robert, quien jadea mientras voltea su cara hacia la ruta de una cloaca maloliente.

 

- Robert: *Gulp*

 

   Tras tragar saliva, Robert se arma de valor para asumir su reto y procede a levantarse de las flores, de modo que se pone erguido y decide hacer contacto auditivo con la risa de hace un momento.

 

- Robert: ¡¿Hola?!

 

   Ampliando las ondas sonoras del joven Schmitt, éste no recibe ningún tipo de respuesta, por lo que duda por un momento, sin embargo otro sonido diferente al de una voz se percibe a lado del muchacho, por lo que se extraña, voltea a la zona inferior y mira que una rata corre directamente hacia la ruta subterránea, haciendo que éste se asuste brevemente pero por otra parte, siente curiosidad por lo que está sucediendo.

 

  Cuando el muchacho mira pasar otra rata, inspecciona la nota que leyó hace un momento para verificar que su situación está relacionada con lo que tiene escrito. Enterándose que las cosas van predestinadas, Robert se atreve a ir a la misma dirección que los roedores y de forma cautelosa.

 

   Después de pasar por la zona derecha de la ruta, éste mantiene los ojos en las ratas para que no se llegue a perder, sin embargo se siguen escuchando carcajadas cada vez más fuertes y escalofriantes, por lo tanto Robert pregunta varias veces si hay alguien escondido o tímido por algún rincón lejano.

 

    Luego de cruzar por la ruta directa, el muchacho se da cuenta que hay dos caminos con ratas caminando a los laterales, por lo que Robert empieza a dudar por el trayecto correcto.

 

- Robert: Oh… Dios mío… ¿Qué pretenden que haga aquí?

 

   Sin saber a dónde ir, Robert escucha más alto las risas maquiavélicas por el lado derecho, por lo que éste se asusta y prefiere dirigirse a la ruta contraria.

 

- Robert: Ojalá esta tenga menos risas.

 

- Mikel: ¡Robert!

 

- Robert: *Jadeo* ¿¡Mikel!?

 

   El joven Schmitt corre por el agua mientras escucha la voces de Mikel, Angel Johann y Richard, incluyendo a sus padres, familiares, enemigos, gente desconocida, quiénes según sus palabras, suenan como si estuvieran en peligro o a punto de enojarse por lo que haya hecho Robert, quien se va desalentando por los comentarios negativos hasta que un punto del camino decide quedarse quieto, pensando en todo lo malo que ha hecho durante su temprana vida.

 

 - Robert: *Suspiro* No…

 

  Testarudo, el chico vuelve a correr sin dejar de escuchar los pasos de las ratas siguiendo el curso, las risas malévolas sonando y las frases masivas son muy fuertes, pero Robert persiste y con sus manos se cubre los oídos para evitar la entrada del ruido a su cabeza. Tan desesperado, tan asustado, tan valiente para encontrar la forma de escapar de la pesadilla, haciendo todo el camino más largo y bullicioso.

 

- Robert: ¡Ah!

 

   Después de haber recorrido los pasadizos bajo suelo, el muchacho respira repetidas veces, con sus manos puestas en dos tubos de hierro, los cuales resultan ser de una escalera, por lo que el joven Schmitt abre los ojos felizmente.

 

- Robert: *Suspiro* Yokatta…




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