Kull-Dan: La Búsqueda de las 7 Máscaras Perdidas

Capítulo Zero – Parte 2.

 Después de haber estado pasando tiempo de diversión, Richard y Angel Johann guardan silencio entre ambos durante el camino de regreso a casa. Una vez que llegan a un cruce, éstos dos se despiden fraternalmente para dirigirse directamente hacia sus casas, por lo tanto el joven Dedecker procede a ir hacia su ruta, se quita su camisa de cuadros y se la amarra en su cadera, se posiciona como si fuera un atleta a punto de correr hacia su punto de llegada, inhala y exhala para estar preparado y comienza a contar desde tres hacia atrás.

 

- A. Johann: 1… 2… ¡3!

 

 Sin pensar, tan solo recordar breves momentos de su vida, éste joven parte corriendo lo más rápido que puede hasta su casa, va evadiendo obstáculos, saluda a las personas que están aún trabajando en la intemperie mientras va a mucha velocidad. Una vez que arriba a su hogar, éste chico va dando unos trotes extra para iniciar una serie de lagartijas de 1 a 50, no obstante, cuando las hace, lleva una cantidad que cada vez más se aproxima a la exacta. Pero cuando está por completar la número 36, un misterioso sonido atraviesa los tímpanos del muchacho, por lo que tristemente se deja caer así mismo, respira con mucha profundidad mientras que en su mente se proyecta un recuerdo donde se encuentra él y su detestable padrastro diciéndole a su hijo que es muy débil, esto hace que el joven Dedecker se desquite agarrando su camisa de su cadera para usarla de látigo hacia el asfalto mientras refunfuña por cada golpe. Sin embargo, éste chico se vuelve a levantar, se coloca la camisa encima de su espalda y procede a subir al pórtico de su casa, luego se dirige al banco del lado derecho de la morada, se sienta para quitarse sus zapatos debido a que no se le permite entrar si no los lleva en la mano, por lo que procede en abrir la puerta con su llave individual y entra tranquilamente mientras avisa que ya llegó. En ese entonces, Angel Johann va dejando sus pertenencias en un perchero cerca de la puerta y procede a la cocina por una bebida energética, así que se dirige hacia la nevera y la abre para tomar lo primero que le convenga, por lo que decide tomar una Energirade Plus de cereza, gira la cubierta superior para tirar de él para darle un sorbo rápido, mientras tanto Adam Carl Dedecker o Adam Dedecker, el hermano menor de éste personaje le interrumpe cuando le cierra la puerta del refrigerador, haciendo que su pariente se sorprenda brutalmente en el acto.

 

- A. Johann: ¿Por qué haces eso?

 

- Adam: ¿Qué acaso no lo sabes?, hay que mantener la puerta de la nevera cerrada para ahorrar luz. ¿No te lo dijo el abuelo?

 

- A. Johann: Sí, lo hizo. Pero no tenías que cerrarlo justo cuando estoy bebiendo tranquilamente en medio de la puerta y el resto de la nevera.

 

- Adam: Uy… ¿Por qué hueles tan mal, hermano?

 

- A. Johann: Estaba haciendo ejercicio…

 

- Adam: Ah, sí. Ya lo sabía. Iré a practicar soccer afuera.

 

- A. Johann: …

 

 Mientras que Adam procede a tomar su balón y salir de la casa, le hace mención a su hermano mayor que dentro de poco van a cenar con el abuelo de estos dos chicos, “Hans Friedbert Henrich” de 65 años de edad, así que le pide de favor que se de una ducha antes de presentarse a la mesa.

 

 Una vez que Angel Johann se acaba la botella de Energirade Plus, éste se dirige hacia su habitación, subiendo los escalones. Luego se intercepta con la puerta de su cuarto y gira del pomo, la empuja y entra arrojando la botella de la bebida al bote de reciclaje que está en seguida de su televisor pero tristemente se da cuenta que no le atina y la recoge por sí mismo para tirarla directamente en el hueco. Después, procede al sanitario para darse una ducha, por lo que una vez adentro se desviste conservando la ropa interior, jala la palanca del agua para que salga a chorros, la toca para reconocer la temperatura que le agrada, de pronto, éste joven piensa que ya está listo para bañarse pero para su sorpresa no tiene ninguna toalla en su mano, así que va rápidamente a tomar una de su armario. Cuando regresa a la regadera de su baño, se retira la ropa interior y procede a meterse en medio de los chorros de agua, disfrutando del ambiente sereno dentro de la ducha, éste muchacho toma la barra de jabón y lo frota por cada zona hedionda de su cuerpo, se vierte un poco de champú en las manos y se frota la cabeza mientras recibe el agua. Una vez que Angel Johann sale de la regadera, se comienza a secar cada zona húmeda de él mismo, se cambia desde su cama, después se peina mientras le llaman desde el comedor para informarle que la cena se encuentra servida, así que éste personaje procede a salir de su habitación, baja las escaleras y saluda a su abuelo con un gesto de alegría un tanto falsa, sin embargo, aún así no evita tener un momento familiar con él.

 

- Hans: Guten Appetit, nietos míos.

 

 Los chicos le desean a su abuelo buen provecho al proceder a comer, mientras que Adam come sus pepinos a la Frankfurt con salsa de tomate, Angel Johann picotea la carne del plato con su tenedor, en tanto el abuelo le pregunta a éste mismo que sí no le gusta lo que tiene servido, por lo que le responde que sí le gusta, además el Sr. Henrich observa a su nieto un poco inquieto con la comida, como si no tuviera hambre, así que decide sonreír y mantenerse comiendo durante toda la hora de la cena.




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