Kull-Dan: La Búsqueda de las 7 Máscaras Perdidas

La Decisión de Robert Schmitt, ¿Aceptar o Negar?

 

 Dentro de sus sueños se aprecia la oscuridad lánguida, rodeándolo. Y es en realidad que en este lugar no se oye ninguna voz o sonido, pero es extraño, porque definitivamente hay alguien ahí. Conoce que él está ahí, no cómo ni cuál es su objetivo, pero definitivamente lo está. Se podría decir que hay una tranquilidad absoluta dentro de ese vacío, pero no lo es, siente… algo que lo inquieta.

 

  Mientras Robert Schmitt está acostado… No, ni siquiera entiende su posición, podría hasta decir que está de cabeza e igual eso no es lo que más llama su atención: unos pasos se escuchan, unos pies que caminan sobre una superficie acuosa, no puede visualizarlo del todo. Por lo tanto, Robert logra entrar en sí para despertar y escuchar con más fuerza el sonido del agua siendo golpeada por las pisadas.

 

  En ese preciso instante, ve a una persona que viste una túnica justo enfrente de él, y no sólo eso, esa persona tiene el rostro cubierto con una máscara dorada que, si no se equivoca, es como las que usan en los carnavales o algo así.

 

- ¿?: Dije que nos volveríamos a ver.

 

   Dijo la persona desconocida con una extraña confianza hacía Robert, quien no parece reconocerlo del todo.

 

- ¿?: No te haré ningún daño, Robert Schmitt. Puedes estar seguro de que soy de fiar.

 

- Robert: Eh…. ¿Quién es usted?

 

  Habla por fin.

 

- ¿?: Un brujo.

 

- Robert: ¿Un… brujo?

 

- ¿?: Y también un alquimista, uno excepcional si debería recalcar.

 

- Robert: ¡Oh…!

 

   Todavía dando una mirada medio confusa, el muchacho trata de mostrar su impresión. Poco a poco empezando a ver su situación.

 

- Robert: Pero ¿qué hace aquí, señor alquimista?

 

- Alquimista: Sólo he venido a saludar, y hablar sobre el pequeño obsequio que uno de tus amigos llevaba consigo.

 

- Robert: No sé de qué me habla….

 

- Alquimista: No te preocupes si no lo recuerdas, Schmitt. Después de todo sólo se trataba de algo pequeño y hasta sin importancia. Bueno, no si fuera una botella común y corriente. Es en este caso, un obsequio de lo más interesante.

 

- Robert: Ah, la botella. Sí, me acuerdo. Este… Recuerdo que uno de nosotros llevó una botella y así.... No sabía que era de usted.

 

   El hombre con túnica sólo sonríe. Algo en el aíre de este lugar se mueve en conjunto a eso.

 

- Alquimista: Sí, es en efecto una creación mía.

 

- Robert: Entonces usted hace botellas.

 

- Alquimista: No es la botella sino sus propiedades las que importan. Como ya dije, soy un mago, pero más que eso un alquimista. Creo cosas, y muchas veces esas cosas tienen…. efectos, que pueden o no servir para varios objetivos.

 

- Robert: Mmmm, no entiendo muy bien lo que me está diciendo.

 

- Alquimista: Y no necesitas hacerlo. Sólo quiero que me escuches atentamente.

 

- Robert: ……

 

    Lo mira Robert con los ojos un poco dormitados.

 

- Alquimista: Ahora mismo podemos conversar gracias a un pequeño truco mío, uno que pude lograr gracias a un objeto mágico que yo creé.

 

- Robert: Oh, la botella….

 

- Alquimista: Exacto, es un objeto bastante útil.

 

- Robert: Oh, entonces usted tiene poderes, ¡wow!

 

  Ya estando más convencido, Robert parece más despierto.

 

- Robert: Uhmmm, ¿eso significa que vino a pedírmela?

 

- Alquimista: No me importa el objeto, eso ya cumplió su objetivo. En realidad, la razón por la que tú y yo estamos aquí es para ofrecerte algo.

 

- Robert: ¿Ah?

 

   A pesar de que este hombre desconocido lleva cubierto el rostro, es fácil notar su semblante serio, por lo que todas sus palabras las dice con la misma seriedad.

 

   Chasquea sus dedos.

 

   Una gran llama azul aparece repentinamente flotando en ese vació muy cerca de ellos. Es curioso que la oscuridad no cubra por completo sobre el lugar en el que ellos hablan, pero definitivamente ese extraño fuego no ayuda en mucho. Ese color azul va en contraste a lo poco que ilumina. Robert mira impresionado.

 

- Alquimista: Necesito que encuentres algo para mí, o más bien, que me ayudes a encontrarlos.

 

   Al mismo tiempo, más llamas van apareciendo.

 

- Robert: Oh…. ¿Qué son?

 

- Alquimista: Objetos mágicos muy preciados. Los cuales necesito para mejorar mis habilidades.




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