Kull-Dan: La Búsqueda de las 7 Máscaras Perdidas

Capítulo Zero – Parte 4.

 

 Es molesto, ¿o debería decir desesperante?.... Quizás no. Cuando todo parece normal, sin problemas y parece que todo está yendo bien para que después esa felicidad o tranquilidad sea perturbada fácilmente por asuntos que no podemos predecir. Diría que eso es una de las cosas que nos vuelve humanos, vivimos la vida sin saber absolutamente nada de lo que ocurrirá, siempre arriesgándonos a lo que pueda ocurrir.

 

  Pensar que yo, un simple adolescente, se encontraría en una situación como esta, pasando por momentos simples y cotidianos a esto; no lo esperaría, ni yo ni ellos.

 

- Robert: “Muy bien, ahora todos formen un circulo y siéntense.”

 

- Mikel: “¿Pero quién va a…?”

 

- Robert: “Ah… ¿Si puedo comenzar primero?”

 

- Mikel: “Recuerda, solo porque confiaré en ti y tengo curiosidad de descubrir tu idea, te permitiré que la reveles cuanto antes.”

 

   Primero, empezaré presentándome a mí mismo, mi nombre es Richard Desmoulieres, Richard se pronuncia con una r suave y ch como una c, entonces el nombre quedaría algo como “Ricard”. Muchas veces ha sido normal que otras personas pronuncien mal mi nombre, pero no me importa, es algo típico. Mi cabello es bastante oscuro al igual que mis ojos, y soy de estatura un tanto alta.

 

   Cierto día, los pocos amigos que tengo y yo decidimos reunirnos después de un largo tiempo, estaba un poco emocionado, tenía curiosidad de saber cómo estaban. Por recomendación de Mikel Soulard, un chico de una estatura menor que la mía, cabello y ojos obscuros, tez pálida y de complexión delgada, fue que hicimos esta reunión, todos estuvimos de acuerdo, elegimos un día y aquí estamos.

 

  Otra de las personas presentes es Ángel Johann Dedecker, este siendo además del más alto de todos por un par de centímetros después de mí, cabello castaño ligeramente obscuro, y ojos cafés; actualmente él es el que menos emocionado se encuentra sobre nuestra reunión. Por último está Robert Schmitt, quien vive en la casa en la que estamos todos ahora, su complexión es la más robusta, rubio y ojos cafés amarillentos. A diferencia de Ángel, su entusiasmo es notable, en realidad, fue él quien pensó la idea de que jugáramos con una botella que Mikel había traído sin razón aparente después de encontrarla tirada mientras venía hacia acá, sigo pensando que no es algo muy divertido para pasar el día.

 

- Ángel: “Solo para ya saber que trae entre manos, ¿entendido?”

 

- Robert: “¡La botella girarás y 7 máscaras de siete mundos buscarás y obtendrás…! Así será iniciada cada ronda.”

 

   Lo más extraño de todo es que dentro de esa botella se encontraba una pequeña nota con la frase que Robert mencionó, aunque no encuentro mucho sentido a eso, él cree que es buena idea decirlo para empezar un simple juego de castigos.

 

- Richard: “¡Alto!... ¡Un segundo!”

 

   Dije eso repentinamente.

 

- Mikel: “Tu tiempo se acabó.”

 

- Richard: “Bien, un momento… Robert, no es que no me agrade tu idea sobre decir la oración de la nota mientras giras la botella, es solo que… Presiento que algo malo va a surgir en tanto a esto.”

 

  La verdad es que a pesar de no recordar algún momento de haber pasado por cualquier evento sobrenatural, realmente me parece extraño el hecho de encontrar una nota dentro de una botella que luce bastante vieja con origen desconocido, solo… No se siente bien. Y no solo es eso, desde hace un rato tengo esa sensación de que alguien me está observando, estoy seguro de que no son las miradas de ninguno de ellos, se siente… Diferente.

 

- Ángel: “Descuida, Richard, lo que es más probable es que este me haga un desafío muy sucio.”

 

- Robert: “Si, Richard… Vamos a relajarnos mientras podamos. ¡Y yo no dije que haría algo así!... Quizás.”

 

   Después de jugar cinco rondas en un juego repetitivo, llegaba el turno de Mikel de jugar, pero en ese momento suena tu reloj de muñeca.

 

- Ángel: “¡¿Mikel?!”

 

- Mikel: “¿Ah?”

 

- Ángel: “¿Ocurre algo?”

 

- Mikel: “Disculpen… Ah… Lo siento, amigos, tengo que irme, tendremos que terminar esto otro día. Ya va siendo hora de que me esté yendo a casa.”

 

  Después de una larga protesta de Robert y Ángel, Mikel por una extraña razón advierte a los tres restantes en la sala sobre lo que se encontraban haciendo.

 

- Mikel: “Lo siento. Quisiera jugar más, pero no puedo quedarme más tiempo. Fue divertido pasar tiempo con ustedes, nos vemos luego, cuídense. Y… Un consejo de mi parte… haha… No jueguen demasiado con esa botella, ¿ok?”




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.