L Detective

Apertura

—¿Qué es lo que tenemos? 


—Tamara Hawking: nueve años, fue raptada anoche. Su madre se encontraba en la casa de una vecina y su padre fue a comprar vino a la bodega de la esquina, el cerrojo de la ventana del dormitorio de la niña estaba forzado, seguramente es por donde entró el secuestrador. Cuando los padres llegaron a casa se fueron a dormir enseguida, y esta mañana al despertar, solo encontraron un globo rojo atado a una caja de regalo; en el interior del ”regalo” encontraron esto: 


La agente Katherine dio un sobre al detective Thompson, en el interior de éste se encontraba una fotografía de la niña, al reverso de la foto se podía leer esta leyenda: ¡Gracias por el regalo! 


—Un globo rojo —dijo el detective ensimismado en sus pensamientos. —Eso significa que… 


—No es un simple criminal... se trata de “Pennywise” ... ha vuelto —dijo la señorita Katherine. 


Ambos se miraron a los ojos. 


—Odió tener que decir esto pero… necesitamos de su ayuda —el detective soltó un suspiro con pesar. —Tenemos que llamarle. 


—Sabes cómo es él, no contestará —dijo la apuesta joven. —Tendremos que ir a verlo personalmente, aunque no estoy segura de que siga viviendo en el mismo departamento: oí que se mudó recientemente.


—¡Ah¡ —volvió a suspirar el detective. —Si, lo sé, estoy al tanto de eso.


El detective Thompson era un hombre de 30 años de edad, alto, robusto y bien parecido. Era uno de los meejores detectives de la ciudad de Nueva York, le gustaba hacer alarde de su título; era un hombre autoritario. Sin embargo al estar cerca de aquel joven más pequeño que él en estatura, su poder y renombre se opacaban.


—Bien, subamos al auto —ordenó el detective. 


Thompson junto con la agente Katherine subieron al automóvil y salieron de la estación. Cuando llegaron a destino, el detective salió primero del auto y en un acto de caballerosidad abrió la puerta del lado de la señorita, para que la joven pudiera salir. 


—Aquí es —dijo el detective. 


Subieron las pequeñas escaleras que tan solo parecían adornar la enorme casa blanca dónde supuestamente vivía la persona que estaban buscando, llamaron a la puerta en espera de una respuesta, nadie contestó, llamaron una segunda vez pero nuevamente recibieron el mismo resultado. 


—Quizá no esté en casa —señaló la agente Jones. 


—Tienes razón —dijo el detective. —Pero esperemos unos minutos más. 


Pasaron alrededor de 5 minutos y seguían sin obtener respuesta, así que decidieron rendirse. Justo cuando ambos estaban de espaldas, la puerta de color negro con cerradura dorada empezó a abrirse. Nuevamente dirigieron la mirada a la puerta de madera.


—Disculpen la tardanza, ¿en qué les puedo servir? —preguntó una voz inocente detrás de la puerta. 


Se trataba de un niño de no más de diez años, vestía con una playera sucia y zapatos rotos. 


—Perdón, creo que nos equivocamos de dirección —contestó la señorita Katherine dando media vuelta. 


—¿Buscan al señor L? —interrogó el niño. 


—Si, lo estamos buscando —respondió el detective.


—Entiendo, pasen por favor —dijo el pequeño mostrando el camino con la palma de su mano. —No hagan mucho ruido el maestro está ocupado. 


Los agentes esperaron a que el niño cerrará la puerta para explicar el asunto de su visita, ambos veían a todas partes escaneado el interior de la cómoda vivienda, el interior también estaba pintado de blanco a excepción de los marcos de las ventanas que eran de color negro, igual que el tejado de la enorme casa. 

 

En el interior de la residencia se podía escuchar "Four Seasons-Winter" de Valvadi tocada en piano, melodía que junto con los estantes de libros, cuadros y distintos cubos Rubik ubicados en diferentes sitios de la casa daban un ambiente elegante e intelectual.

 

El niño pidió que lo siguieran, los agentes se adentraron a la casa hasta bajar las escaleras que conducían al sótano, el niño les señalo la puerta y desapareció sin que ellos lo notaran. Al terminar de bajar los escalones el sonido del piano incrementaba, vieron que la puerta del sótano estaba entreabierta, la señorita Katherine empujó con suavidad haciendo que ésta se abriera completamente. 
 




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