L Detective

Capítulo XVlll

—Lo que ese chico hizo, ese tal Liam, fue asqueroso —admitió Thiago, llevando una taza de café al asesor. —Detesto que él se halla salido con la suya y se encuentre libre pero usted marcó la diferencia, salvó la vida de la niña, no asesinó a Morgan y además ya enteró a la policía de la clase de tipo de persona que es Liam. 


—Tú no lo entiendes Thiago —respondió L mirando hacia una un punto en la pared, apuntando con una pistola. —Siempre he sabido controlarme pero esta vez fue diferente: me dejé llevar por mis sentimientos y memorias, no razoné. Siempre me encargo de recordarte que hagas caso omiso a tus sentimientos, que no te confíes de nadie ni siquiera de mí pero ahora yo he cometido todos esos errores como si fuera un simple detective del montón. 


—Vea el lado positivo: no irá a la cárcel. 


—Pero dejé a un psicópata asesino en libertad —apretó los dientes y disparó cuatro balas hacia la pared.  


—Si trata de aliviar la tensión podría prepararle un té relajante, de esa manera dejará de arruinar la decoración.  


L volvió a recargar el arma y dio un sorbo a su café. 


—Le dejaré la taza en su escritorio —anunció Thiago después de que L volviera a poner la taza en sus manos. —Si usted no quiere el té voy a prepararlo para mí, llevé al niño nuevo cargando de caballito hasta el parque después de llevarlo al doctor, cómo decía el mensaje que usted me envió; me duele todo el cuello y la espalda —concluyó, llevándose ambas manos a la nuca. 


—La espalda… —murmuró el detective, dejando de apuntar a la pared, volteando a ver al muchacho parado a su derecha. —Si… tienes dolor de… espalda. 

••• 

Era una fresca mañana, los pájaros cantaban, el parque estaba lleno de adolescentes enamorados, padres jugaban con sus hijos y las madres de los niños charlaban con otras mujeres. 


—Buenos días Liam —saludó al muchacho que estaba sentado en el banco dónde él y Cero solían conversar.  
—Detective, no pensé que fuera tan sentimental, así que después de todos estos años aún sigue frecuentando este parque. 


—Lo mismo digo —suspiró L, tomando asiento junto al joven de la cicatriz. —El inicio de nuestro juego, aquí fue donde fichaste a Cero, la primer víctima que tomaste solo. 


Liam sonrió sínicamente al detective para luego volverse hacia los niños que estaban jugando con sus padres en el pasto. 


—¿Te los imaginas en la televisión suplicando por la vida de sus hijos? —preguntó L entrecerrando los ojos. 


—No, no en realidad, es un lindo día: estoy pasando el tiempo solamente, descansando de los golpes que me daba Morgan —volvió a sonreír. 


—Usted debería hacer lo mismo, se ve fatal, debería ir a dormir plácidamente. Ya no hay nada que usted pueda hacer. 


—Así que tú también estás empeñado en hacer que yo duerma —suspiró. —Escucha Liam, antes de que te vayas quería hacerte una última pregunta: ¿Recuerdas a Jade, la niña que tomaste después de haber secuestrado a Cero? 


—Ah, por supuesto, la niña llorona que no se cortaba las uñas, si, si la recuerdo. 


—Me atrevería a decir que no fue tu mejor trabajo: la policía encontró su cuerpo. 


—Si, era un novato, tenía 16 años, empecé a enterrar los cuerpos mucho más profundo después de haber cometido ese error. Mejor dicho, mí raptor me obligaba a enterrarlos más hondo —sonrió nuevamente, le gustaba mucho jugar el papel de víctima. 


—De quien fuera la idea, creo fue muy buena. Sin embargo la policía logró encontrar piel bajo las uñas de la niña: definitivamente de uno de sus atacantes, está mañana la compararon con el ADN de Morgan y... 


—No me diga —dijo, interrumpiendo al asesor. —No coincidió ¿Eso debería preocuparme?, debe ser mía y qué, eso no me asusta. Tengo un trato de inmunidad. 


—Si así es. No puedes ser procesado por ningún crimen, cito: “… En conjunto con el raptor…” —Liam desvió la mirada del detective para poder pensar. —El asunto es: que Morgan se rompió tres vértebras de la espalda; dejando atrás su trabajo como exterminador por eso tenía que utilizar ese raro aparato alrededor de su cuerpo. Pasó un largo tiempo en el hospital, ha de ser difícil secuestrar y matar a un niño cuando uno se encuentra muy delicado de salud, me imagino que estando internado en un hospital, hacer todo eso es… imposible. 


—Tengo un trato de inmunidad —repitió Liam arrugando la nariz, moviendo sus pulgares inquietamente. 


—Si, pero por crímenes cometidos en conjunto —resaltó. —con Morgan, pero recuerda que a Cero y a Jade los tomaste tú solo, ¿o, no? Dime ¿Te aburrías estando en el hospital junto con tu papi? —concluyó L sonriendo extrañamente. 


Liam guardó silencio, la ira en su interior se veía reflejada en su mirar. 


—Sabes qué, no me digas, no me importa. 


El muchacho observó a su alrededor sin mover la cabeza, se inclinó y movió su pierna. 


—Oh, así que piensas huir, bien, es saludable salir a correr por las mañanas, la verdad me da flojera pero en este caso tendría una motivación, aunque la verdad no hará falta, estamos rodeados de patrullas; las llamé en cuanto tu mamá me dijo que habías ido al parque. 


Liam cerró su puño. 


—Vaya, así que piensas pelear conmigo para tomarme de rehén, ha cierto, las peleas justas no son tu fuerte —dijo para luego abandonar al muchacho. 


Un par de agentes encubiertos se acercaron para apresar al criminal. 


—Solo es un homicidio —volteó hacia el detective. —Saldré en muy poco tiempo. 


L detuvo su marcha, se quitó los lentes para limpiarlos y reanudó el paso. 

••• 

—Lamento que le suspendieran. 


—En realidad yo no lo veo así, estoy dejando que Thompson descanse un tiempo de mi persona, amén por usted. 




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