En un lejano y hermosos bosque, habitado por hermosas criaturas, grandes y frondosos árboles; de bellas rosas y mágicas cascadas. Vivía una pequeña abeja que al ritmo de una hermosa melodía se levantaba cada mañana a recorrer los grandes valles que allí existían.
Como cada mañana salió a recorrer los hermosos valles, encontrándose en el camino a su amigo escarabajo.
—Buenos días, señor Escarabajo — saludo amablemente a su amigo.
—Buenos días, amiga Abeja —le contestó su amigo escarabajo.
— ¿Ha salido temprano de casa, señor Escarabajo? — le preguntó la abejita.— Así es, amiga Abeja, iré a la cascada a presentar mi audición en la feria de talento —dijo el Escarabajo.
—¿Una feria de talento? — pregunto la pequeña Abeja.
—Si, amiga Abeja, la feria de talento ha llegado al bosque, todas las criaturas que quieran mostrar sus habilidades y talentos pueden ir a presentarse.
— ¡Oh! No sabía que había llegado una feria al bosque ¿ hace cuánto tiempo ha estado en el bosque? —preguntó la abejita.
—Sólo tiene dos días de haber llegado, amiga Abeja —le contestó su amigo.
—¡Eso es fantástico! —exclamó la Abeja —.espero llegar a inscribirme a tiempo y mostrar mi talento a los demás —dijo la abeja.
— Seguro que si, amiga Abeja — contestó el señor Escarabajo.
—No le tomo más tiempo, señor Escarabajo, puede hacerse tarde y no llegar a tiempo.
—Tiene razón, amiga Abeja, al volver le avisaré si aún hay lugares disponibles —expresó él Escarabajo.
—Gracias, amigo Escarabajo, nos vemos luego y buena suerte.
Despidiéndose de su amigo, continuó con su viaje a través de las frondosas ramas de los gigantes árboles que allí crecían, emocionandose a cada segundo por cada nuevo tesoro que encontraba.
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