El día de presentarse nuevamente en la feria había llegado, la pequeña abejita aunque estaba nerviosa no podía evitar sentir felicidad. Estaba a un solo paso de enfrentarse a aquellos que en un momento la hicieron dudar y desviarse de su camino. Dispuesta a dar lo mejor de sí y probarse a sí misma que cuando tienes fe en ti, puedes lograr lo que te proponga.
La abejita y sus amigos tomaron el camino rumbo a la feria, iban bailando y cantando. Mientras le daban palabras de aliento y apoyo a la abejita. Por fin habían llegado y las miradas sobre ellos especialmente en la pequeña abeja no se hicieron esperar. Mientras avanzaban los murmullos a su espalda iban en aumento, palabras de burlas y desagrado eran dirigida a la pequeña abejita. ¿Por qué ha vuelto? No tiene vergüenza, ¿Es que no se da cuenta que no sabe bailar? La pequeña iba sintiendo cómo poco a poco su ánimo y felicidad iban decayendo. Sintió un pequeño apretón en su hombro, al levantar la mirada, sus amigos la veían con una sonrisa en sus rostro.
- No deje que sus palabras te afecten y te lastimen - dijo su amiga ardilla-usala como escalón para llegar a tu meta - concluyó la ardilla.
- Trabajaste muy duro para esta segunda oportunidad, no deje que te arruinen el momento - expresó el señor conejo.
- Demuestrale de que estas hecha, demuestrale que puedes vencer tu miedo. Hazle ver que se equivocaron al juzgarte pero sobre todo, demuestrate a ti misma qué tan lejos puedes llegar - dijo la tortuga.
- Estamos junto a ti, siempre lo estaremos - dijo el señor escarabajo.
Se fundieron en un emotivo abrazo y despidiéndose de sus amigos, caminó hacia el lugar donde debería esperar su turno de presentarse. Estando allí, se permitió pensar y prepararse para lo que haría. Se preparó mentalmente convenciéndose de que esta vez lo iba a lograr. De que esta vez iba a demostrar todo lo que sabía, su turno había llegado y con una larga respiración salió al escenario. Fijó su vista en todo lo allí presente que la veían con la burla reflejada en sus ojos, respiró dos veces seguida y cerrando sus ojos, se dejó llevar por la música.
Imaginó que volaba sobre las nubes del cielo, que el viento guiaba sus pasos, se sintió flotar. Ligera como una pluma a la que el viento movía a su antojo, se permitió disfrutar de lo que tanto le apasionaba, se permitió disfrutar de aquello que le hacía feliz.
Abrió sus ojos, vio el asombro de los demás y los aplausos y gritos estallaron. Lo había logrado, había logrado lo que tanto añoraba. Aquello que por tanto tiempo quiso cumplir, pero por miedo al fracaso y a las burlas. , jamás lo intentó. Cuando tuvo la oportunidad, le despreciaron pero no le importo, aunque quiso rendirse no lo hizo. Sus amigos la levantaron y le enseñaron a luchar por lo que anhelaba, aprendiendo de los errores y fracasos cumplió su sueño.
Ser una abeja bailarina.
🐝Fin🐝
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