La afección del jefe del valle

Capítulo 3: Dolor y más dolor

Las horas pasaban, Samin Sayri volvió su mirada a aquella choza silenciosa.

La pérdida de un hijo no es algo bueno, los llantos que soltaban en las noches eran desconsoladores para los pobladores. Las cosechas no ayudarían en su alimentación. Perder a alguien especial, hace querer morir con él.

El único que estaba despierto a esas horas, era el niño que jugaba con el barro en sus manos. Sus padres estaban en la chacra, hasta ahora nadie sabe lo que harían a esas horas.

Las personas que vivían cerca a esa choza, estuvieron vigilando al niño por un tiempo, aseguraron que no había nada extraño, a excepción del niño con sus muñecos.

Les costó mucho esperar más, ya eran pasada la media noche y ninguno de sus padres se atrevía a aparecer, así que regresaron a sus chozas. Los responsables por los niños deberían ser sus propios padres. 

El pequeño niño que jugaba solo, escuchó ruidos internos de su choza, con alegría se acercó. La felicidad de volver a ver a sus padres después de un día entero estaba presente, pero jamás pensó que la criatura que se encontraba frente a él serían sus padres, era todo menos eso—el niño espiró—¡Era un jarjacha*!

[Jarjacha: es un demonio mitad hombre y mitad llama. En ocasiones se presenta en forma de perro o de cualquier persona, pasando desapercibido con el fin de asesinar a su víctima.]

Ahora que había hipnotizado al niño, el jarjacha volvió a su  forma original. Esa bestia podía sentir el miedo del niño, podía ver su pequeño cuerpo temblando y sus ojos llenos de lágrimas. No podía hablar.

Los llantos de sus padres se interceptaban con la realidad, las personas tienen conocimiento de que esas bestias se alimentan de la carne humana, pero era la primera vez que se llevaban a un niño, ¿Qué había de especial en él? no era más que huesos y pellejo. 

La sangre esparcida en la tierra, los dedos pequeños estaban cortados en trozos. Después de esa muerte, siguieron más. Era raro, pensaba el líder, si nadie engañó a su pareja ¿cómo pasó algo así? las dudas aumentaban en él ¿cómo sabían que era un jarjacha? si dejaron solo al niño… era casi imposible de saber lo que era esa bestia.

Sin embargo, el olor a excremento podrido de ave se hizo presente, una sonrisa se le formó en el rostro, ahora que recordaba bien, los jarjachas dejan su olor en las chozas, es por eso que lo reconocieron, no había dudas, la gente de su pueblo no mentiría con algo así.

Su camino hacia el otro lado del pueblo fue tranquilo, las bestias jamás se presentaron.

Se acercaba el invierno, las cosechas ya no daban los mismos frutos. El olor del aire también era diferente, además de los fuertes vientos que azotaban en el pueblo.

Samin Sayri fue a controlar la distribución de alimentos, se reía mientras veía las discusiones de sus pobladores, era lo bueno de ir a estos lugares, la sorpresa de fingir no saber, siempre lo delataba. Quería lo mejor para él y para el pueblo, así que cuando veía que las mujeres empezarían a golpearse, él se interponía, solo era un juego y un espectáculo para él.

Ser fan de los tipos de armaduras te lleva a una obsesión, era la cuarta vez que el líder había ido a la tienda guerrera para pedir otro tipo de armaduras. Estaba feliz, fue un día muy bien producido y relajado.

En su regreso al pueblo, vio a un joven escondido dentro de las cosechas de uno de los campesinos, estaba comiendo un paltay* medio podrido; el joven vestía ropa de trabajo y a esta hora nadie debe de estar fuera del pueblo, es muy peligroso en las tardes. 

[Paltay: Es palta o aguacate, así lo conocían anteriormente por lo que busqué]

Aunque esa ropa estaba desgastada y rasgada en algunos puntos, Samin Sayri dudaba, esa persona estaba completamente sucia, "solo está buscando comida", no le tomó minutos analizar su situación. Viendo de cerca, ese color de ropa y apariencia, le resultaba familiar.

Las ligas, los adornos: era similar a la ropa que ofreció al joven.

—... 

Con curiosidad, se acercó sin hacer ningún sonido.

La persona que estaba comiendo un poco disgustado por lo podrido del paltay, avanzó dos pasos, en ese momento, alguien agarró su hombro, dio un gran salto por el susto, pensó sin razón:

“Mierda”—dejó caer el paltay de sus mano y tragó grueso—. “Es un Pishtaco, ¿verdad?”

Hablaba para sus adentros, sabía que en algún momento llegaría su hora por estar saliendo solo en las tardes, ¡pero jamás imaginó que fuera en este tipo de circunstancias!

El joven comenzó a  temblar de forma violenta y notoria, dio un giro para ver a la persona que lo sostenía. Inhaló su último aliento.

 Al ver al hombre con sus ropas de oro, con el cuerpo voluminoso y sus grandes aretes... ¡Era el líder del pueblo! ¡Mucho peor que un pishtaco! Tambaleó por la impresión, pero en ese momento, Samin Sayri sostuvo fuertemente sus brazos y lo ató en un perfecto nudo que ni los dioses podrían igualarlo, con voz seria y sin nada sorprendido dijo:

—Te tengo, chiki allqu.*

[Chiki allqu: perro enano, perro callejero(perro insignificante)]

El líder no volvió a hablar, arrastró al joven por todo el camino hasta la aldea. Ninguna palabra que decía el joven era escuchada. Ahora el sordo era el líder y no él.

¿Cómo las cosas llegaron así de rápido? El líder debe estar molesto para arrastrarlo de esa manera, no era un animal muerto, “¡Sigo vivo!” jamás sería escuchado, fue igual en los demás pueblos y este no sería la excepción.

Recién estaba atardeciendo, los pueblerinos regresaban de sembrar, algunos cargaban a sus hijos y algunas mujeres llevaban de las orejas a sus esposos, se dieron cuenta de su plan.

Al llegar al pueblo, Samin Sayri volvió a subir a las piedras que estaban en el terreno vacío, No estaba feliz de anunciar este tipo de actos, pero la gente del pueblo sería feliz al saber que atraparon al joven. 



#15521 en Fantasía
#21206 en Otros
#1544 en Novela histórica

En el texto hay: demonios, boys love bl, epocainca

Editado: 08.08.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.