Los días pasaron, no había una pista de ellos. Samin y Sayarumi estaban perdidos en sus pensamientos, dos personas importantes se fueron de la nada y no entendían por qué hicieron eso.
Las personas del pueblo estaban preocupados, en estos momentos eran como un perro olvidado en el desierto, no le tomaban importancia.
Samin mandó a sus soldados a buscar entre las cosechas, ríos y en otros pueblos lejanos, sin embargo, no encontraron nada.
Atuk Kusi seguía a Samin como un perro, su cuello estaba amarrado con una soga muy resistente que para su cuerpo débil, sería imposible desatar. El líder no soportó los intentos de escape que Atuk daba en las noches, así que lo amarró con varias sogas en sus manos y pies.
El líder mandó a buscar en las cosechas, lagos, ríos y en otros pueblos, pero nadie encontró nada. Había una pequeña luz del cuarto de Qisu, el líder tenía en mano una soga tejida de lanas gruesas, en el cuello de Atuk se encontraba la otra parte. Justo esos días cuando Atuk intentaba escapar, Samin no podía soportarlo más y lo amarró como un perro. Observó lo que le rodeaba recordando los buenos momentos.
—Libiak no ha hecho estas cosas antes, estoy seguro que Qisu lo llevó de ayuda...eso debe ser—susurró—. No han hecho nada a Libiak para que decida escaparse, así que debe ser eso…
Samin Sayri sacudió la cabeza y jaló la soga para mantener más cerca a Atuk Kusi.
—Ya sabes la verdad, en especial sobre este allqu*—jaló la soga más fuerte haciendo que Atuk pierda el equilibrio y caiga de rodillas—. Puedo entender el escape de Qisu, pero ¿Libiak?¿por qué se escaparía?
[Allqu: Perro]
No podían creerlo. Sayarumi pensó en las cosas que sucedieron antes de su escape, cuando Libiak fue a esperar a Samin.
[....]
Libiak estaba despertando luego de dormir dos días seguidos, a comparación de lo que era antes, se había vuelto un holgazán.
El joven Libiak mejoró con los días, ahora que había despertado, Sayarumi se acercó llevando una cucharada de sopa a sus labios. El amor y cariño que había dedicado en la sopa, fue rechazada con un fuerte empujón. “¡!” los labios de Sayarumi temblaron.
Libiak observó el plato destrozado que manchaba el suelo con sus hojas verdes, volvió su mirada sorprendida hacia Sayarumi, se notaba el enojo y decepción de su parte.
—¡¿He hecho algo mal?! ¿por qué me ignoras?
“Hiciste mucho más que eso” Libiak lo miró, no entendía lo que debía responder.
—¿Qué importa? Vete, ¿por qué te comportas tan bueno cuando no lo eres?—sus labios hablaron sin siquiera pensar en una respuesta—. Vete, no pedí tu ayuda desde el comienzo, no te necesito.
Sayarumi se volvió impaciente, no importa que sea su amigo de infancia, él no debe ser tratado aspu
—¡¿Qué?! Entonces las cosas que hice por ti…¿no importan?—su voz se quebró en cuanto escuchó sus propias palabras. Solo estaban ellos dos en la habitación, era fácil saber que Sayarumi tenía sus ojos puestos en Libiak en estos momentos.
Sayarumi lo conocía perfectamente, sabía que si Libiak se molestaba, se volvía así: frío y pensando en sí mismo.
—¿A ti te importó? Reconoces mis sentimientos hacia ti, debiste dejarme a un lado, debiste alejarte cuando viste a esos chicos golpeándome—suspiró—. Nada de esto estaría pasando… vete; iré con el líder, le diré que estoy mejor y que no necesito más tu ayuda.
Frustración: fue lo primero que sintió Sayarumi al escuchar sus palabras. Sentía que sus sienes iban estallar al verlo, no pudo más y agarró las mangas de Libiak para llevarlo a la pared de barro cerca del fuego.
—¡¿Cómo no puede importarme alguien como tú?! ¡¿Has pensado en mis sentimientos?!—su pecho subía y bajaba pesadamente, por un momento logró mantener un poco de claridad en su mente y con temor dijo:—¿Era verdad?, lo que siento por ti es v…
—¿Es algo nuevo para ti saberlo?—Libiak lo interrumpió—En la cueva, dijiste que mis sentimientos no son correspondidos, no puedes olvidar algo así—quitó el agarre con un movimiento rápido—. No me hagas sentir mal; tus palabras hieren, Sayarumi.
Los ojos de Sayarumi estaban cristalizados, sentía su garganta secarse ante las respuestas inesperadas de Libiak. Se alejó del joven y habló:—Lo que dije fue un error—susurró—, no lo tomes en serio, yo, en realidad...—dudó nervioso.
—¿En realidad qué? ¿Que no puedes ir lejos solo por cuidarme?—habló rápido y sin importancia.
—¡Calmate! ¿Por qué estás así? ¡Te cuido porque eres mi amigo! ¡Si tanto quieres estar solo entonces vete! Esta es mi choza, no puedes echarme de este lugar, así que no vuelvas nunca más, no quiero verte.—Aunque las palabras de Sayarumi todavía no terminaban, Libiak ya se había ido.
[....]
—¿Pasó algo con Libiak?
Sayarumi salió de sus pensamientos sorprendido por las palabras de su líder
—¿No?
Samin Sayri lo siguió mirando fijamente antes de hablar:—Siento tu mirada culpable y además Libiak dijo…
—¿Qué dijo?¿sabes a dónde se fue? ¡Dime rápido! ¡Tengo que aclarar las cosas con él!—Sayarumi se quitó sus pulseras y las lanzó lejos.
—¿Esperas que algo como esto ocurra para poder reaccionar? Eres tan especial Sayarumi—habló sin ganas—, pero Libiak no mencionó nada.
—Entonces…¿por qué mencionaste algo de Libiak?
Samin Sayri lo miró de arriba abajo, vio su preocupación en el exterior, era algo nuevo verlo así, sentía que si le llegaba a mentir estaría metiendo ideas en su cabeza, así que suspiró y dijo calmadamente:—Libiak escuchó todo lo que mencionaste acerca de sus sentimientos. Dijo que como tú no querías salir afectado, entonces él se alejaría. Ese día, él lloraba como un niño, lo hubieras visto—sonrió tranquilamente—. Por eso al dia siguiente, cuando te despertaste…Libiak ya no te trataba igual, tus palabras lo hirieron muy en el fondo.