Capítulo 02

Capítulo 2

Ethan no tuvo más remedio que aceptar lo que su intrépida hermana había fraguado. Después de todo no podía escapar a un destino milenario, y por la sangre de Jin siempre había corrido sangre deseosa de hacer algo que no estuviera al alcance de cualquiera.

Sus padres habían sido agentes del servicio secreto también, muertos mientras cumplían su deber, así que era regla que sus hijos quisieran seguir sus pasos. Ethan hubiese deseado que Jin tuviera una vida distinta y normal, pero también se dio cuenta de que esa no hubiese sido vida para ella.

A la par que seguía en la preparatoria por correspondencia, por el resto que sobraba de día entrenaba en la Academia para convertirse en una soldado al servicio de la Agencia, aunque con un aliciente específico: Su entrenamiento era supervisado por Danvers, el agente que se dedicaba a trabajar en exclusiva para Wilson. Ethan se dio cuenta de esto, pero decidió no intervenir, en parte porque creía que estando cerca del Director y bajo su protección, más posibilidades tenía de salir bien de los trabajos de campo y de los eventuales problemas que se le pudieren presentar.

Sabía que Wilson era un ser extraño, lleno de secretos y muchos decían que era un sádico, pero no dejaba de ser justo. Claro, a su manera particular. Eso lo tranquilizaba, aunque muy por el fondo, él ya sospechaba que su hermana empezaba a albergar unos sentimientos que iban más allá de aquel que debía existir entre un jefe y una subordinada.

Jin tenía 18 años cuando emprendió su primera misión. El trabajo era simple.

Infiltración. Robo de datos. Llevar a los malos a prisión.

Pan comido para la joven prodigio. Su agilidad y rapidez eran de gran ayuda. Quizá no era muy fuerte, pero estaba entrenada bajo un régimen de temibles técnicas de combate que suplían esa falta. Para ese tiempo, Ethan, había dejado de preocuparse tanto por ella, al verla tan resuelta y lista. Jin trabajaba ya sea con los Ninjetti, que era el equipo de Ethan en sigilo e infiltración, o con Danvers, quien era su compañero y agente superior, pero respondía directamente ante Luke Wilson; incluso en las misiones que comandaba su hermano, Jin daba sus reportes a éste, pero también pasaba informes al Director.

En específico, se había vuelto una espía del ex Lobo de Mibu.

A veces éste solía observarla y recordaba a Viktoria Sterling [1] cuando la veía trabajando.

“Si Sterling se hubiese deshecho de sus sentimientos en el trabajo, hubiese podido ser como ella” pensaba Wilson al recordar los tristes sucesos que acabaron con Viktoria.

Alcanzar la Justicia justificaba los medios y en ese entonces, Viktoria era una de sus mejores agentes. Por eso no dudó en utilizarla para llegar hasta un sospechoso y crearle una debilidad… mediante ella misma. Viktoria no fue consciente de la manipulación hasta que vio sus sentimientos completamente involucrados y las cosas se salieron de control.

Aunque Skye[2], el sospechoso, resultó ser inocente, el asunto se puso tan turbio que Viktoria terminó fuera de las fuerzas de manera indefinida, su excelente carrera truncada. ¡Bah! Mujeres.

¡Qué enredo había hecho! ¡Qué desperdicio de talentos!

Afortunadamente Jin no parecía de esas, del tipo sentimental y enredado, aunque fue por esa época que había creído descubrir un brillo distinto en los ojos de Carter, al momento de pasarle sus reportes. Wilson meneó la cabeza.

Lo menos posible del mundo es que una muchachita como Jin hubiera fijado sus ojos en él.

Por esa época, ocurrió uno de los sucesos más graves que levantaron polvareda en el servicio secreto. Un atentado contra el director.

Bueno, no era de extrañarse. Wilson tenía muchos enemigos y era natural que algo así pasase, pero él era un hombre demasiado astuto para dejarse emboscar, sin contar que podía defenderse solo, pero sin embargo esta vez lo cogieron con la guardia baja, mejor dicho, alguien casi tan bueno como él, le tendió una trampa. Era la única explicación posible.

¿El resultado?

Pudo escapar a duras penas, pero recibió un balazo en un brazo y fue allí, que el mismísimo Consejo de Seguridad ordenó se creara un grupo de protección al Director, al tiempo que se buscaba al causante de todo esto. No pudieron rastrearlo.

Extrañamente Wilson en su convalecencia de brazo lastimado, porque lo tenía vendado, decidió que quería hacerlo en su casa. No le gustaba que hubiera agentes rondando un lugar tan íntimo y privado para él, pero tenía deseos de estar en su casa, solo y en paz.

Bueno, tampoco tanta paz, porque sentía que había caído en algún fracaso al no poder prever el ataque que sufrió. Se sentía algo ridículo por aquello y la quietud de su hogar, aparte de curarle la herida, quizá lo ayudaría a pensar en cómo fue que había ocurrido aquello.

Todavía recordaba la pelea de puños con el atacante, quien actuó con una máscara especial, había sido muy pareja y en eso Wilson no conocía rival en la actualidad. La manera de moverse del asesino había sido muy específica, como si le recordara a algo, pero su mente prodigiosa y laboriosa, pareciera bloquearse cuando intentaba indagar en aquel extrañísimo ataque.